Características generales

A continuación se presentan las principales características de los sistemas biológicos.

El término homeostasis deriva de los vocablos griegos homoios que significa lo mismo o semejante y stasis que quiere decir permanencia, así pues, que la homeostasis es el estado de equilibrio dinámico por el cual todos los sistemas vivos tienden a mantener condiciones internas estables, en respuesta a los cambios del medio ambiente que les rodea, y de esta manera mantenerse vivos y funcionales, por ejemplo, los cambios de temperatura, la salinidad, las concentraciones de oxígeno y glucosa en la sangre, etc.

La autorregulación es el mecanismo por medio del cual los organismos responden a los cambios que ocurren en su entorno y/o a sus necesidades internas a través de diferentes órganos y sistemas. Por ejemplo, en la regulación de la temperatura corporal los organismos activarán diferentes mecanismos dependiendo de si es necesario subirla o bajarla; en el caso del hombre sudará para disminuirla y tiritará para aumentarla, mientras que otros organismos, como las arañas, se enterrarán en el suelo para regularla.

Homeostasis

Es el proceso que realizan todos los sistemas biológicos y consiste en la producción de nuevos organismos, con lo cual se garantiza la continuidad de las especies. La reproducción se puede llevar a cabo a nivel celular o de individuos, en el primer caso se refiere a la capacidad que tienen las células de crear nuevas células semejantes a ellas, ya sea para reponer a las que murieron o bien para el crecimiento de los organismos.

En cuanto al tema de la reproducción de los seres vivos, ésta puede ser asexual o sexual. En la asexual participa un solo progenitor y da origen a organismos idénticos genéticamente, por ejemplo: las bacterias, protozoarios, etc.

Fecundación
Reproducción

En la reproducción sexual participan uno o dos progenitores los cuales producen gametos (óvulos y espermatozoides en los animales, y óvulos y granos de polen en las plantas) que al unirse (fecundación) dan origen a organismos con características genéticas diferentes (variabilidad), que son importantes en los procesos de adaptación y evolución, como se puede observar en las aves, mamíferos, reptiles, entre otros. Los nuevos organismos son pequeños al nacer, por lo que deberán crecer (aumentar la cantidad de materia que poseen) y desarrollarse (serie de cambios que experimenta a lo largo de su vida) hasta alcanzar la talla de los adultos de su especie, de acuerdo a sus características genéticas.

La importancia de la reproducción es que garantiza la continuidad de las especies en la Tierra, y este proceso se realiza desde que existe la vida en el planeta. A lo largo del tiempo han aparecido diferentes modalidades dependiendo del tipo de organismo de que se trate, pero todas ellas contribuyen a perpetuarla.

Es la capacidad que tienen todos los sistemas biológicos de responder a los estímulos del ambiente (luz, temperatura, gravedad, etc.) que alteran sus condiciones de vida y las respuestas a éstos son internas o externas. La irritabilidad es importante para la sobrevivencia y adaptación de los seres vivos, ya que les permite contrarrestar la acción de los estímulos antes mencionados para garantizar que sus efectos no los dañen.

Irratibilidad

Las respuestas que los organismos pueden dar dependen del estímulo y la complejidad de éstos. Por ejemplo, el fototropismo positivo en plantas consiste en que los tallos, hojas y flores se orientan hacia la luz; en el caso de los animales, cuando se sienten amenazados, se puede observar como respuesta el cambio de color, es decir, el organismo se asemeja al medio en donde vive, tal como ocurre en los calamares, camaleones, algunos peces, etc. (coloración críptica).

La irritabilidad es un proceso evolutivo que han desarrollado los organismos a lo largo de su vida en la Tierra y que les ha permitido adaptarse al medio y sobrevivir, desarrollando diferentes estrategias para neutralizar los factores del ambiente que les afectan.