Un vasallo arrodillado rinde homenaje su señor, poniendo sus manos entre las suyas. Tras el homenaje se producía la investidura, que representaba la entrega de un feudo por parte del señor.
Características del feudalismo
- Uno, el de la sociedad feudal, definida a partir de las relaciones económicas existentes entre el señor (laico o eclesiástico) y sus siervos, una relación que se comenzó a dar con la crisis del sistema esclavista romano en el siglo III y que en muchos países europeos perduró hasta el siglo XVIII e incluso hasta el XIX.
- El otro es la institución feudal basada en una serie de relaciones jurídicas entre un señor y sus vasallos (todos nobles) y que se desarrolló entre los siglos IX al XIV.
La sociedad feudal apareció cuando el Imperio Romano dejó de ser un Estado en expansión que explotaba sus tierras con mano de obra esclava, obtenida por sus guerras de conquista. Y es que hacia el siglo III, el imperio alcanzó sus fronteras naturales: en el sur se encontraba el desierto del Sahara, en el norte el río Danubio y los asentamientos de los pueblos germánicos, y en el este el imperio persa. Para los romanos era imposible seguir avanzando. Lo anterior derivó en una crisis de la estructura político-económica del imperio. El ejército, que ya no obtenía botines de guerra, protagonizó una serie de golpes de estado produciendo una anarquía militar que impedía el abastecimiento de las ciudades, mismas que fueron abandonadas por sus pobladores. Asimismo, la escasez de mano de obra esclava trajo consigo una significativa disminución de la producción agrícola.
En la región occidental del imperio, los señores locales aprovecharon los vacíos de poder para crear señoríos autónomos, sometiendo a los campesinos libres y convirtiendo a sus antiguos esclavos en siervos, hombres semilibres que debían a su señor servicios a cambio de protección. A diferencia de los antiguos esclavos, el siervo podía tener una familia y recibía una tierra en usufructo, pero curiosamente siguió llamándose del mismo modo que los esclavos: servus.
El proceso de degradación económica, que se vio acentuado en Occidente por la llegada de los germanos, no afectó del mismo modo a la sección oriental del imperio romano. De hecho, desde que Constantino fuera emperador (entre los años 306 a 337 d.C.), la capital se había trasladado a Bizancio y alrededor de esa ciudad se conservaba la unidad política y administrativa del imperio gracias a una burocracia eficiente y a una Iglesia sometida al Estado, además de un ejército fiel que permitió rechazar la violencia de las invasiones germánicas.
Mientras el Oriente cristiano poseía ciudades prósperas y una economía monetaria sólida, la sociedad feudal en Occidente tenía una economía limitada, sin sentido de la ganancia y que producía sólo lo necesario para el consumo. Los comerciantes (judíos y griegos que procedían del Imperio de Oriente) abastecían de artículos de lujo al clero y a la nobleza. Los campesinos vivían al día (en una economía donde la moneda era escasa y la mayor parte de las transacciones se hacían por trueque), sujetos a hambrunas y a una elevada mortandad y convivían hacinados en sus pequeñas chozas junto con sus animales domésticos. Los señores, aunque en condiciones de privilegio, vivían también con gran austeridad y con pocos lujos. En general, toda la población moría a temprana edad y sus relaciones eran endogámicas, esto es que los matrimonios se realizaban entre familiares cercanos.