La organización o clasificación de los seres vivos ha sido una actividad muy antigua, por lo que se han hecho muchos intentos a lo largo del tiempo hasta llegar a las actuales, para las que el desarrollo de instrumentos de observación y nuevas técnicas de investigación han sido muy importantes. Como ejemplo tenemos la clasificación de Aristóteles (350 a.C.), que es considerada la primera clasificación científica y jerárquica, en la que todos los organismos estaban divididos en dos grandes grupos, que era el de las plantas y el de los animales; resultado de tomar en cuenta y comparar muchas características generales de los organismos, siendo esta clasificación válida y usada durante varios siglos.
Con las aportaciones de Carlos Linneo al sistema de clasificación, hecha a mediados del siglo XVIII, se inició la taxonomía moderna, creando el sistema de “Nomenclatura Binomial”, que consiste en asignarle a cada especie un nombre científico, universal y único, formado por dos vocablos que es usado hasta el día de hoy.
Con frecuencia al final del nombre científico se pone la inicial o el apellido de la persona que lo clasificó y el año
Nomenclatura botánica
Escribir correctamente el nombre científico de las plantas
El primer vocablo es un sustantivo y corresponde al nombre genérico o género y se escribe con mayúscula, pudiendo ir solo, por ejemplo; Canis, Homo, Drosophila, Felis, Escherichia, Zea, etc. Y el segundo vocablo es un adjetivo o modificador del sustantivo que es una palabra específica y descriptiva que se refiere a la categoría taxonómica de la especie o epíteto específico. Se escribe con minúscula y no puede ir sola, por ejemplo, familiaris, lupus, sapiens, melanogaster, leo, coli, mays, etc.
Ambos términos están en latín o son latinizados. Todos los nombres científicos se escriben con letra cursiva, si está en otro tipo de letra se subrayan, por ejemplo; Canis familiaris (perro), Canis lupus (lobo), Homo sapiens (hombre), Drosophila melanogaster (mosca del vinagre), Felis leo (león), Escherichia coli (bacteria intestinal), Zea mays (maíz).
Nombre científico
Esta manera de adjudicar los nombres científicos, tienen la ventaja de que no cambian, ya que están en latín (lengua muerta). Otra ventaja es que la especie (es un adjetivo) ayuda a describirla y finalmente, muestra la relación que existe entre la especie y el género.