El humanismo, movimiento intelectual contemporáneo al Renacimiento del cual fue manifestación intelectual y literaria, representa la reacción contra la tradición espiritual y social de la Edad Media, así como el rescate de la preocupación por el hombre. El humanismo desarrolla una idea fundamental: la grandeza y dignidad humanas, además de subrayar la labor activa del hombre como participante en la obra de Dios. Los humanistas se concentran en el estudio de las humanidades y de las artes liberales: gramática, poesía, elocuencia, pintura, escultura, arquitectura y música.
Dante Alighieri, con la Divina Comedia, representa el antecedente de las grandes preocupaciones de los humanistas; así como Petrarca y Bocaccio, quienes muestran enorme interés por el estudio de las obras heredadas de a antigüedad. Los humanistas de los siglos XIV y XV, grupo intelectual superior del Renacimiento, son los ideólogos de la burguesía, encargados de la educación de los hijos de los ricos y de los príncipes, así como de escribir para las élites.
El humanismo considera al hombre en el centro del universo, privilegia la inteligencia y aplica la razón para encontrar la verdad, interpretando la realidad natural y humana con libertad crítica.
Para la segunda mitad del siglo XV el humanismo se consolida con la ayuda de los mecenas, de la invención de la imprenta que permite la divulgación de libro, y de las aportaciones que hacen los grandes maestros provenientes de Bizancio cuando los turcos otomanos ocupan la ciudad.