Muy ligada con la coherencia está la adecuación, que es la propiedad del texto que tiene que ver con el sentido comunicativo que se le da a un mensaje específico.
Para que un texto tenga adecuación es recomendable:
1. Que el enunciador tenga claro a quién se dirige el texto.
2. Definir el propósito del mensaje que se quiere producir (explicar, conmover, persuadir, demostrar).
3. Utilizar el registro apropiado al contexto en el que se produce el mensaje, es decir, considerar el lenguaje y el vocabulario propicio.
De esta manera, habrá textos que pueden considerarse como adecuados para el ámbito académico y otros que se utilizan en espacios específicos como redes sociales (por ejemplo). La diferencia entre uno y otro está en los fines que se persiguen y en los matices que se utilicen.
A continuación veremos un ejemplo en el que se reflejan las propiedades textuales de las que hemos hablado.