"Se puede ser un gran historiador sin poseer necesariamente una formación teórica profunda". Parece imprensable, pero hay personas que asumen que el de historiador es un oficio que se trae en la sangre, que se aprende en los archivos entre las pilas de documentos, en contacto con el moho que carcome las pruebas del pasado y a veces a quien lo estudia...".
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