Se considera que cada personaje es como un ser humano cualquiera: tiene cualidades y defectos. Aunque a lo largo de la historia existan los protagonistas y los antagonistas, en los relatos modernos, si bien los personajes manejan valores positivos y negativos, hay que entender que su conducta responde a ciertas condiciones que el novelista debe de considerar y que marcan su forma de ser o de actuar.
Si bien no se trata de catalogar a los personajes de forma maniquea (buenos y malos), si hay que considerar que en la mayoría de las novelas se maneja la idea de que hay personajes positivos y otros que no lo son y generalmente éstos se ven confrontados.
Protagonista
Es el personaje más importante y quién representa una de las fuerzas que normalmente existen en la obra o relato y que se encuentran en conflicto. Lo común es que éste siempre trata de buscar la solución del conflicto de buena manera.
Antagonista
Es también un personaje importante, y representa la otra fuerza que lucha. Es, entonces, quien se opone al protagonista, está en contra de que él logre sus fines. Dicho de un modo familiar, el antagonista es como el malo de la historia. Él retrasa la solución del conflicto, y los lectores generalmente, no estamos de su lado, no queremos que triunfe.