Al margen de las actividades de escucha que se realizan en el salón de clase, es evidente que hay que tener una actitud favorable, buenos motivos para escuchar, estar abiertos a activar los conocimientos previos con la nueva información, a realizar inferencias y a interiorizar las informaciones relevantes.
De acuerdo con algunos estudiosos sobre el tema de la escucha existe un perfil del oyente ideal que consiste en:
- Adoptar una actitud activa. Tener curiosidad.
- Mirar al interlocutor.
- Ser objetivo. Escuchar al otro.
- Ponerse en el lugar del interlocutor.
- Descubrir la idea principal.
- Descubrir los propósitos y los objetivos del interlocutor.
- Valorar el mensaje escuchado.
- Valorar la intervención del otro.
- Reaccionar al mensaje (reacción verbal o no verbal).
- Hablar cuando el interlocutor haya terminado.