¿Por qué hablar de innovación educativa en el CCH?

27 mar 2017

María Leticia De Anda Munguía

Profesor titular C del plantel sur del CCH

Tenemos aulas del siglo XIX y profesores del siglo XX para alumnos del siglo XXI

Senen Barro

El CCH, es una institución que representa el proceso de innovación educativa más importante de la década de los setentas, tanto para la UNAM cómo para el país. La creación del Colegio de Ciencias y Humanidades en 1971 por parte del Rector Pablo González Casanova quién lo consideró como: “la creación de un motor permanente de innovación de la enseñanza universitaria y nacional, el cual deberá ser complementado con esfuerzos sistemáticos que mejoren a lo largo de todo el proceso educativo, nuestros sistemas de evaluación de lo que enseñamos y de lo que aprenden los estudiantes" (Gaceta UNAM 1971). Este proyecto pretendía también, impulsar la transformación académica de la propia Universidad con una nueva perspectiva curricular y nuevos métodos de enseñanza.

Esta ambiciosa propuesta, cumple 46 años y es un referente para refrendar nuestra experiencia sobre la innovación educativa. Por ello, este artículo propone revisar el concepto y dar pauta para generar la reflexión y renovar la visión innovadora del Colegio.

Entendemos que la innovación es un proceso necesario y fundamental en el contexto en el que se encuentra la educación. Este pasa de manera fundamental por la forma en la que se concibe al estudiante y en la cual, se atienden sus necesidades de aprendizaje, de acuerdo con la etapa educativa en la que se encuentre. Desde 1974 con el informe Delors de la UNESCO, se recomendó que los estudiantes debieran asumir un papel más activo en su proceso de aprendizaje. Ellos deben ser los autores y actores de su formación; esto implica que la educación tradicional se transforme con una importante participación de los docentes. Esto, a través del tiempo ha llevado a realizar cambios y a implementar nuevas propuestas para fortalecer el trabajo en el aula.

El enfoque sobre el aprendizaje y la innovación constituye un aspecto de la mayor importancia para la sociedad del siglo XXI. La OCDE propone en 2008 una premisa que le da el nombre al texto: Innovation to learn, learning to innovate; “Innovación para aprender y aprender para innovar”. Esto, resulta fundamental para la sociedad actual basada en el conocimiento la cual debe preparar a las personas para adquirir estas habilidades y reconoce que, los sistemas educativos no lo están promoviendo.

Es evidente que una de las características de nuestro tiempo es el cambio; por ello,

Angulo Rasco, señala que: “… lo cierto es que todas las innovaciones pretenden aspirar al estatuto del cambio. Se innova (…) para generar cambios” (Angulo, 1994: 359). “Si uno cambia algo es para mejorar” dice Zabalza (2008:78)

El concepto de innovación ha enfrentado dificultades para su definición; diferentes autores, concuerdan que es un término polisémico y que, implica ideas nuevas que pueden surgir de la práctica cotidiana y proponen una forma diferente de hacer las cosas. Innovador, de acuerdo con Torres (2000), “es una persona que continúa siempre inventando, creando alternativas; o alguien que, adoptando la propuesta, la adapta con libertad”.

Blanco y Messina (2000) señalan que “las innovaciones se presentan como un espacio crucial para anticipar respuestas a nuevos desafíos y generar nuevas soluciones a los temas pendientes”.

Al hablar del concepto ligado al proceso educativo es importante presentar la definición que presente Jaume Carbonell (Cañal de León, 2002: 11-12), quien entiende la innovación educativa como: “(un) conjunto de ideas, procesos y estrategias, más o menos sistematizados, mediante los cuales se trata de introducir y provocar cambios en las prácticas educativas vigentes”.

En este sentido, investigadores como Shulman (1986, en Domínguez y Colaboradores 2001: 66) ha considerado que los pensamientos, acciones y contextos tienen una gran incidencia, en cuanto suceden en el proceso de enseñanza- aprendizaje, en consecuencia, al innovar hemos de mejorar:

  • Los contextos, comunidades y microsociedades que atañen al proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • Las acciones, diseñando las tareas más representativas para la clase y para los estudiantes que hemos de asumir y estimular, consiguiendo una plena comunicación y una interacción empática y liberador especialmente del acto formativo, que corresponde en colaboración a docentes, estudiantes, directivos y comunidad educativa, como verdaderos co-protagonistas de la tarea del aula.
  • Los pensamientos que construyen los agentes del aula, con gran responsabilidad del profesional.
  • Las acciones, diseñando las tareas más representativas para la clase y para los estudiantes que hemos de asumir y estimular, consiguiendo una plena comunicación y una interacción empática y liberadora.

Domínguez y colaboradores (2011) plantean desde estas características que, “en el aula se innova el proceso de enseñanza-aprendizaje, cuando la comunidad educativa afianza una cultura de colaboración que atañe a todos los participantes, estimula el liderazgo del docente y se vivencia con auténtica responsabilidad la acción educativa en todo el contexto escolar, como génesis de una comunidad de aprendizaje”.

Las acciones innovadoras han de focalizarse en el programa formativo del aula (currículum) y valorar su pertinencia para la educación integral de los estudiantes en el marco de la sociedad del conocimiento, los retos interculturales y los proyectos y acciones socio-laborales que atañen a los integrantes de la escuela y de cada clase en la que se desarrollan. La tarea de innovar consiste en trabajar en un horizonte de mejora continua para cuantos intervienen en el acto formativo y demostrar que los implicados en tal acción logran los objetivos y dominan las competencias básicas que se estiman más valiosas (Domínguez: 68).

Innovar es aportar líneas de reflexión y transformación cada vez más relevantes que atañen a la institución y a los procesos de enseñanza-aprendizaje alcanzados en cada aula.  La innovación se sitúa como una nueva cultura, que impulsa a todos los participantes del aula a avanzar, a repensar lo realizado y a encontrar el pleno sentido, en un estilo de compromiso, que se espera de los proyectos y programas auténticamente innovadores (ibídem).

Un proceso que podemos presentar en las siguiente lámina:

Innovación educativa

Finalmente quiero destacar lo que señala Marcelo García (2011): “La innovación, requiere de innovadores. Necesita de personas que se ilusionen, que se identifiquen y se comprometan con un proyecto que introduzca un cambio en sus prácticas habituales”, esto es lo que ha caracterizado a muchos maestros de nuestra institución.

Esta breve introducción, propone las siguientes preguntas como punto de partida para la reflexión y fortalecimiento de la innovación educativa en el Colegio:

¿El Colegio se mantiene como una institución innovadora?

¿La reciente revisión de su Plan de Estudios impulsa, como parte de un proceso innovador, la necesidad de formar mejores ciudadanos que se enfrentan a un mundo en permanente cambio y forma a los estudiantes como agentes de la innovación?

¿Cuáles son las habilidades necesarias que hay que promover en los estudiantes en las sociedades innovadoras?

¿Cómo puede ser fomentada una cultura de innovación en las aulas?

Para abordarlas presentaremos en este blog, cápsulas sobre el tema y testimonios sobre la innovación educativa que se lleva a cabo en el Colegio. Síguenos en el blog: Aprender a Aprender: Buenas prácticas del Modelo Educativo del Educativo del CCH.

¡Participa y comparte tu experiencia con la comunidad del Colegio!


Fuentes consultadas

ANGULO RASCO, J. F. (1994): Innovación, cambio y reforma: algunas ideas para analizar lo que está ocurriendo. En J. F. Angulo y N. Blanco (Coord.) Teoría y desarrollo del currículo (pp. 357-367). Málaga, Aljibe

BLANCO GUIJARRO, Rosa y MESSINA RAIMONDI, Graciela (2000), Estado del Arte sobre las Innovaciones Educativas en América Latina. Santiago de Chile, Convenio Andrés Bello.

CAÑAL DE LEON, Pedro, y otros (2002). La Innovación Educativa, Madrid.

DELORS, J. (1996.): “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, Madrid, España: Santillana/UNESCO. pp. 91-103.

DOMINGUEZ G, M. C (2011) La Innovación en el aula: referente para el diseño y desarrollo curricular. Revista: Perspectiva Curricular: Volumen 50, No. 1, Pp. 61-86. Disponible en: http://www.perspectivaeducacional.cl/index.php/peducacional/article/view...

MARCELO G, C. (2011) La escuela, espacio de innovación con tecnologías. Revista Fuentes, 11, 2011; pp. 86-105 Universidad de Sevilla

OCDE (2008) Innovation to Learn, Learning to Innovate. Centre for Educational Research and Innovation.

TORRES R. (2005) Sociedad de la información / Sociedad del conocimiento. Disponible en: http://www.mecd.gob.es/dctm/revista-de-educacion/articulosre318/re318070...

UNAM (1971) Se crea el Colegio de Ciencias y Humanidades.  Gaceta Amarilla, Disponible en: http://www.cch.unam.mx/sites/default/files/actualizacion2012/Gacetamaril...

ZABALZA M.  (2008) El Espacio Europeo de Educación Superior.  Innovación en la enseñanza universitaria. Innovación educativa,    n.º 18, 2008: pp. 69-95 https://dspace.usc.es/bitstream/10347/4437/1/06.Zabalza.pdf

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