Jitanjáfora y anáfora

Existen otras dos figuras retóricas o desviaciones, la jitanjáfora y la anáfora. A continuación se definen:

La jitanjáfora es una figura retórica muy rara que produce una imagen acústica y visual, éstas casi siempre aparecen en grupo. En ocasiones, tal efecto eufónico puede estar provocado por juegos de palabras portadoras sólo de imagen acústica (sin significado).

Hay ejemplos repetidos de esto en el trabajo del poeta cubano Nicolás Guillén (aunque, con frecuencia, esos sonidos también sugieren ritmos de danza, rituales de sectas o grupos como en el siguiente ejemplo:

¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!

Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
sensemayá.”

La anáfora es la repetición de una o varias palabras al comienzo de versos inmediatos o sucesivos. También pueden repetirse dentro del verso. Por ejemplo:

“No perdamos el tiempo”

Si el mar es infinito y tiene redes,
si su música sale de la ola,
si el alba es roja y el ocaso es verde,
si la selva es lujuria y la luna caricia,
si la rosa se abre y perfuma la casa,
si la niña se ríe y perfuma la vida,
si el amor va y me besa y me deja temblando….

*Texto de Gloria Fuerte

“Romance sonámbulo”

Verde, que te quiero verde.
Verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura,
ella sueña en su baranda
verde carne, pelo verde
con ojos fríos de plata.
Verde, que te quiero verde.

*Texto de Federico García Lorca