Repeticiones

Un efecto similar al de las muletillas se produce cuando en los textos orales se utilizan reiteradamente determinadas palabras, lo cual distrae a quien escucha. El resultado, a la larga, es que la intención o el propósito comunicativo se extravían, pues el enunciatario pronto pierde el interés en lo que se le está comunicando.

Lee el siguiente fragmento de una conversación en la cual la repetición se encuentra presente:

“No, güey, tengo que contarte algo, güey. Pero me urge, güey. No me digas que no, güey. Es que tengo que contarte lo que me pasó, güey. Yo no me lo esperaba, güey, pero ya ves cómo es ese güey, güey…”.

Si bien el ejemplo es muy similar al uso de una muletilla, se puede advertir que más bien se trata de una reiteración innecesario del vocativo (el enunciador se dirige, cada vez, al enunciatario). En lugar de utilizar sinónimos, el hablante recurre siempre a la misma palabra y el tono se vuelve denso y se refleja un vocabulario sumamente limitado.

Lee, ahora, el mismo texto, pero sin la reiteración:

“No, Jessica, tengo que contarte algo, amiga. Pero me urge, compañera. No me digas que no, por favor. Es que tengo que contarte lo que me pasó, camarada. Yo no me lo esperaba, Jessi, pero ya ves cómo es Antonio…”.