El ser humano siempre ha buscado comunicarse a través de diversos medios de expresión y la imagen ha tenido un papel fundamental en este propósito, pues además de representar una idea hace posible también que ésta perdure a lo largo del tiempo.
Generalmente, los temas representados corresponden a los personajes y asuntos que son importantes para la cultura de la época y para quien crea la imagen; por supuesto, la figura humana siempre ha sido uno de los temas preferidos y ha estado presente en la mayoría de las obras gráficas desde los orígenes de la historia.
¿Por qué nos representamos nosotros mismos?
Puede haber muchas razones que nos motiven a interesarnos en dibujar, pintar o esculpir la figura humana, como verás no siempre se ha representado de la misma forma ni tampoco se le ha otorgado el mismo significado, pues éste depende de la idea con la que la figura humana se relacione directamente, por ejemplo, algunas ocasiones se la ha relacionado con la idea de la fertilidad, con alguna deidad o con la belleza.
Gombrich (2004) afirma que una de las razones por las que nos representamos a través de la imagen es porque ésta es una forma de comunicar lo que es importante para nosotros como individuos y es también una forma de trascender y ser recordados incluso después de la muerte.
“a través de uno nos representamos todos…”
E. H. Gombrich
La Cueva de las Manos ubicada en la Patagonia, Argentina es una muestra de arte paleolítico que nos permite entender cómo la representación de la figura humana comenzó a adquirir importancia para el ser humano que toma conciencia de sí mismo y manifiesta el deseo de trascender. Esta obra ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO
Por esta razón cada cultura ha establecido reglas sobre la forma como se debe representar la figura humana, las características que debe mantener cada una de sus partes y los conceptos con la que esta imagen estará relacionada. A estas reglas se las conoce como canon y generalmente responden a los valores estéticos que establecen lo que en ese momento se considera bello y al contexto sociocultural que determina lo que se considera importante en cada época.
Así pues, el canon de belleza responde a una condición cultural e histórica y tiende a cambiar; por esta razón los griegos no representaron de la misma forma el cuerpo humano que los hombres de la prehistoria y es la razón por la que nosotros tenemos una forma particular de hacerlo también, incluso hoy en día el concepto de belleza es muy diferente entre una cultura y otra, un ejemplo de ello son las representaciones de los pueblos en África que contrastan con los modelos occidentales.
En el arte africano, por ejemplo destacan las figuras antropomorfas que representan antepasados, dirigentes o alguna deidad. Estas no pretenden retratar al individuo, mas bien buscan recalcar determinados caracteres que simbolizan conceptos o creencias generalmente de carácter mágico religioso.
La siguiente línea de tiempo muestra algunos de los cánones más difundidos en la historia del arte, pero es importante aclarar que casi cada cultura cuenta con uno propio:
Paleolítico
Las venus paleolíticas corresponden a un grupo de figurillas femeninas de pequeño tamaño que oscilan entre los 2 y 22 centímetros de alto, elaboradas en diversos materiales como hueso, terracota, madera o el marfil. Estas fueron consideradas ídolos de fecundidad o primitivas representaciones de la “diosa-madre” debido a que presentan atributos sexuales como senos, vientre y caderas muy desarrollados; por esta razón se les ha denominado también venus esteatopigias.
Una de las características de estas figurillas es que corresponden a un esquema romboidal cuyos vértices corresponden a los extremos superior e inferior de las figuras; cabeza y pies respectivamente, y la zona más ancha a la cadera y el abdomen, por lo que podría suponerse que ya en el paleolítico se empezaban a manifestar tentativas para el desarrollo de un canon.
Egipcio
El canon egipcio es el primer canon modular. K.R. Lepsius director de una expedición a Egipto ordenada por el Rey de Prusia, descubre en una tumba de Sakkara que las figuras estaban cubiertas por una cuadrícula, y que sus proporciones se basaban en las medidas de la mano y el brazo “los miembros corporales que producen y crean las cosas”. Inversen (En Horcajada, 2012), amplia los estudios de Lepsius y demuestra que los lados de la cuadrícula egipcia corresponden al ancho de la mano medida sobre los nudillos, por lo tanto el puño viene a ser el módulo de todas las proporciones del cuerpo y la altura ideal correspondía a 18 puños.
Los egipcios representaban la figura humana de memoria tomando en cuenta las estrictas reglas del canon, determinada también por la ley de frontalidad.
Griego
El canon egipcio es heredado por los griegos, y sus primeros modelos fueron los Kurós que representaban a los jóvenes atletas victoriosos en los juegos olímpicos. Este canon evolucionó hacia el canon clásico caracterizado por la belleza y la gracia de las formas y la expresión de movimiento.
Tomando como base de las proporciones la altura de la cabeza, el primero de éstos cánones fue el de Policleto de 7 1/3 cabezas, que fue utilizado por Fidias para esculpir la diosa Atenea y las cariátides del Partenón.
Los griegos en su búsqueda de la belleza y la perfección desarrollaron algunas variantes del canon así, el de 7 1/3 cabezas evolucionó al de 8 cabezas desarrollado por Eufránor, discípulo de Policleto y descrita por Vitruvio y Plinio, este canon es retomado por Praxíteles también para sus esculturas (Afrodita de Cnido).
Medieval
También llamado canon bizantino, se caracteriza por la representación de figuras planas resueltas por un método esquemático de acuerdo con Panofsky (1979), toma como base la longitud de la cara (en italiano viso o facia) y de acuerdo con lo mencionado en el Manual del pintor del Monte Athos por Dionisiso de Fourna la longitud total del cuerpo correspondía a 9 de éstas.
El canon bizantino, se ocupó también de las proporciones del rostro tomando como módulo la longitud de la nariz (1/3 de la longitud de la cara), y determinaba también la configuración de la cabeza misma por medio de 3 círculos concéntricos, cuyo centro era la nariz misma. Un ejemplo de ello, son los llamados pantocrátor.
Fue muy común en Francia, Alemania, Austria e Italia, tanto en la pintura monumental como en las miniaturas de innumerables escritos.Durante este periodo, en la representación de la figura humana se vuelven a imponer las cualidades simbólicas sobre las naturalistas.
Renacentista
El humanismo y el avance en los estudios científicos y anatómicos significó la base de un naturalismo científico que en conjunto con la teoría de las proporciones permitió el desarrollo de múltiples cánones, los más destacados son los desarrollados por Alberti, Leonardo Da Vincy y Alberto Durero. Su principal aportación es abordar el estudio de la naturaleza en términos matemáticos y desarrollar los primeros cánones antropométricos.
Alberti retoma los postulados de Vitruvio y desarrolla un sistema de medición llamado Exempeda (seis pies), dividida la altura del cuerpo en seis pies (pedes) sesenta pulgadas y seiscientas partes pequeñas (minuta). El canon de Leonardo parte de dividir la altura del cuerpo en ocho cabezas, pero éste es enriquecido por sus estudios de anatomía descritos en diversos manuscritos, especialmente en el Códice Atlántico.
Alberto Durero es el primer artista que sistematiza el estudio del canon y de las proporciones del cuerpo humano en su obra Los cuatro libros de la simetría de las partes de cuerpo.
Siglo XVI
En esta época Jehan Cousin (1522-1594), retomará el canon de Leonardo como referencia para desarrollar el primer tratado impreso para la enseñanza del dibujo titulado Livre de Pourtraiture en donde aparecen una serie de ilustraciones sobre las proporciones humanas que tendrá después una influencia importante sobre la enseñanza del dibujo, en la que describe las fuentes y operaciones geométricas que sustentan sus dibujos, en modelos de distintos tipos y edades también en posiciones distintas.
Siglo XX
Durante la Segunda Guerra Mundial, Le Corbusier, arquitecto de origen Francés que teorizó sobre la relación entre la arquitectura y las proporciones humanas tomando como punto de partida la sección áurea.
De este estudio desarrolló el Modulor “que es un intento de devolver al hombre al centro de la creación, tomando su canon como medida de todas sus construcciones arquitectónicas, gráficas, plásticas, musicales, visuales, etc.”
El modulor es el último canon artístico desarrollado y aplicado en el siglo XX.
Para saber más...
En el siguiente artículo titulado “Leonardo da Vinci: las mil y un maneras en las que el "Hombre de Vitruvio" revela que el artista italiano era un genio”, podrás conocer como este artista del Renacimiento logró resolver un desafío planteado en el siglo 1 a. C. por Marco Vitruvio Polión, un arquitecto romano que, en el siglo 1, a.C. estableció que para lograr que un edificio sea hermoso y tenga proporciones perfectas debe tomar como base las proporciones del cuerpo humano.