Comprensión y Desarrollo del Pensamiento
Propuesta Didáctica para la Enseñanza en el Bachillerato
CCH Plantel Azcapotzalco
Rafael Alfonso Carrillo
Aguilar
CCH Plantel Sur
|
|
Comprensión y Desarrollo del Pensamiento Propuesta Didáctica para la Enseñanza en el Bachillerato CCH Plantel Azcapotzalco Rafael Alfonso Carrillo
Aguilar CCH Plantel Sur |
|
|
Su definición amplia es que integran tendencias hacia patrones particulares de comportamiento intelectual; tradicionalmente se ha definido el buen pensamiento en términos de habilidad o destreza congnitiva. Por lo general, se identifica a un buen pensador como aquel que cuenta con cierta clase de habilidades del pensamiento crítico y creativo; sin embargo, esta cualidad involucra mucho más que simplemente la habilidad congnitiva, ya que los buenos pensadores recurren a sus propias motivaciones, actitudes, valores y hábitos mentales. Hasta cierto punto, son estos elementos los que determinan si la gente utiliza sus habilidades cuando las necesita (Perkins David N., Eileen Jay, y Shari Tishman, 1992; Tishman, 1995; Tishman y Andrade, 1995 y Perkins David N. y Shari Tishman, 1998).
Muchos educadores e investigadores, involucrados en el estudio de las habilidades de pensamiento, insisten en llamar la atención a lo que por lo general se denominan las disposiciones de pensamiento, en un esfuerzo por explicar la dimensión afectiva y actitudinal del pensamiento de orden superior, (Tishman, 1995).
Ideas para el desarrollo del pensar
El buen pensamiento es más que una simple habilidad, involucra prestar atención a actitudes, valores y hábitos mentales. Con el fin de cultivar las disposiciones de pensamiento de los estudiantes, sus maestros deben ocuparse de cada uno de los tres componentes al diseñar tareas o actividades:
1) Habilidad o destreza (capacidad para llevar a cabo una tarea especifica de pensamiento), 2) Inclinación (tendencia para comprometerse en una oportunidad de pensamiento), y 3) Sensibilidad (tendencia para detectar o advertir oportunidades de pensamiento).
Las disposiciones se pueden enseñar, su desarrollo involucra proporcionar muchos modelos de pensamiento; interacciones con otros estudiantes, maestros y expertos centrados en el pensamiento; retroalimentación centrada en el pensamiento y explicación directa sobre los tipos de comportamiento de un buen pensamiento o de las disposiciones deseadas.
El buen pensamiento se puede aprender, ya que el prestar atención a las disposiciones de pensamiento ayuda a los estudiantes a desenvolverse con nuevos conocimientos y a profundizar su comprensión sobre esos conocimientos.
El buen pensamiento comienza al descubrir o advertir una situación para pensar de manera crítica, la detección es clave; en otras palabras, los alumnos deben se capaces de percibir las ocasiones para aplicar las habilidades que poseen. Desafortunadamente, los estudiantes no se dan cuenta de estas posibilidades, que son potencialmente generativas; esta falta de sensibilidad es un cuello de botella importante en los desempeños de pensamiento y del aprendizaje del estudiante.
Se deben cerrar las brechas entre potencialidades y capacidades, ya que los estudiantes poseen, en general, las habilidades o destrezas básicas para realizar una tarea de pensamiento cuando se les insta a hacerlo; por ejemplo, cuando se les solicita que den explicaciones o una opción alternativa. Sin embargo, sin un andamiaje o una demanda explícita del maestro o de otra fuente de instrucción, los alumnos por lo general tienden a no entender la tarea, o a no comprometerse totalmente con ella. Esta brecha entre las potencialidades del estudiante, en cuanto a habilidades de pensar de manera crítica, y la posibilidad de involucrarse totalmente en una oportunidad de pensamiento, puede verse como un efecto de disposiciones. Un objetivo de los docentes debe ser el de minimizar al máximo estas brechas en las disposiciones.
Cuatro enfoques para el desarrollo del pensamiento
|
|
Sugerencias de enseñanza para el aprendizaje de la transferencia |
Las Disposiciones del Pensamiento