Movimiento obrero

Con base en el desarrollo del pensamiento socialista, amplios grupos de trabajadores abanderaron luchas sociales con miras a cambiar la situación de explotación económica en la que se encontraban. Algunas de sus peticiones fundamentales fueron: mejoras salariales, obtención del derecho a la salud y a la educación, y el sufragio universal. Los movimientos obreros se difundieron por Europa a mediados del siglo XIX y finales del mismo, periodo en el que sus posturas políticas y sus modos organizativos tomaron diferentes formas. El movimiento obrero tuvo una tendencia a la organización de sindicatos con base en una postura socialdemócrata, es decir, de una postura mucho más moderada que los movimientos obreros de mediados del siglo XIX.

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Disturbios cartistas. Cornelius Brown. 1886

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Las malas condiciones laborales en las que se encontraba la clase trabajadora comenzaron a hacer mella en el ambiente social del siglo XIX. Más allá de lo económico, también podemos constatar una situación política en la que el proletariado no podía participar en las elecciones. Si bien al comienzo del movimiento obrero en Inglaterra encontramos indicios de un movimiento con tradiciones de corte más liberal, con el tiempo identificaremos versiones de carácter mucho más radical, como lo es el caso de la infiltración de las ideologías socialistas y anarquistas. Londres fue uno de los lugares en donde surgían brotes de organización obrera.

Hubo distintas propuestas políticas que se filtraron entre la clase trabajadora. Una de ellas fue el socialismo, corriente que defendió una distribución más justa de los medios de producción, proponiendo que el Estado debería tener la potestad de organizar las condiciones de la vida civil, económica y política. Los socialistas estaban en contra de la propiedad privada y por ello propusieron que el Estado debía regular todos los ámbitos de la vida, pues ese Estado era representante de toda la sociedad. Algunos de los principales pensadores fueron Karl Marx y Frederich Engels.

También se desarrolló el anarquismo, más radical que el socialismo. Su postura radical invitaba a los trabajadores a no obedecer a ninguna autoridad, es decir, promovía el antiautoritarismo. En sí misma, la palabra anarquía significa: sin gobierno. El príncipe Kropotkin y Mijail Bakunin fueron sus más destacados representantes.

En franca oposición a estas tendencias políticas surgió la socialdemocracia, una corriente de pensamiento con tendencia socialista que pretendía cambiar el sistema capitalista por la vía pacífica. Proponía que hubiera una regulación estatal que, con base en reformas y programas sociales se pudieran eliminar las injusticias del capitalismo. A través de esta vía, buscaron conseguir libertad, igualdad y bienestar entre los miembros de la sociedad. Uno de sus más destacados representantes fue Eduard Bernstein.

Esta postura es la que predominó al final del siglo XIX en la Europa Occidental. La corriente socialdemócrata se apoderó de la política de la Organización Internacional de los Trabajadores, en su segundo resurgimiento, mejor conocida como II Internacional Comunista, reunión de tendencias políticas revolucionarias, en la que la socialdemocracia encontró mucha aceptación. Uno de sus principales dirigentes fue Kautsky, político que con base en la postura pacifista, infundió la idea de las luchas nacionales de la clase trabajadora, obviamente con la finalidad de no llevar a cabo la política revolucionaria del socialismo científico propuesto por Marx y Engels. Lenin, criticó duramente las posturas socialdemócratas de Kautsky.

Durante este periodo hubo Sindicatos generales en donde se afiliaban obreros de toda clase, independientemente de su oficio o calificación. Una de sus características fue que se basaban en la sección local, también tenían secciones generales, una figura organizativa para coordinar distintas zonas y grupos de trabajadores.

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Roberto Owen, William Henry Brooke, 1893

Entre estos grupos había algunos que podían cambiar de rol, tal era el caso de los peones, ya que había Sindicatos que integraban grupos más particulares. Aquí, se pueden identificar obreros calificados, obreros no calificados, artesanos y peones, esto ha sido denominado como Estructura de la clase trabajadora por Eric Hobsbawm.

El sindicalismo buscaba organizar a los trabajadores y hacer frente a los patrones (en específico a aquellos que no pertenecían a un oficio particular, y que por lo mismo no se organizaban en sindicatos), normalmente con una visión socialista revolucionaria, aunque, con el paso del tiempo, algunas agrupaciones tendieron a conformar dirigencias más moderadas, tal fue el caso de los trabajadores portuarios, y del Sindicato de Trabajadores de Gas con J. R. Clynes en Inglaterra.

Por otro lado, se tuvo un sindicato común, como lo fue Tillet´s Tea Operatives, antecesor del sindicato de Portuarios, que comenzó como una organización que serviría de contrapeso a los patrones, para después adherirse a la corriente socialista. También existió el caso de la Federación Nacional de Trabajadores de Tyneside (1886-1893), que partieron de ideas apegadas a Roberto Owen (socialismo utópico), y que después plantearon como objetivo un tipo de transformación social y moral (más radical). Es decir, en la transformación de la organización de los trabajadores, se pudo observar cómo se mezclaban grupos sin mucha preparación política, con otros que ya tenían no solo una larga trayectoria, sino una formación de tipo socialista.

Como punto de referencia, en la época de la Gran Depresión (1929), el movimiento obrero se puso a la defensiva y sus líderes se inclinaron más a reforzar las barreras limitativas en cuanto a la relación con otros trabajadores, que a expandir el sindicalismo. Se toma esta fecha un tanto distante como referencia de la tendencia que van tomando los movimientos sindicales. Hobsbawm plantea que el sindicalismo por secciones fue de carácter cauto, limitado y conservador, suscitado en un periodo de 1892 a 1910. Mientras que el sindicalismo de industria estuvo en expansión de 1911 a 1920, con base en una organización general como lo fue el Sindicato de Trabajadores del Transporte. La primera de estas etapas buscó organizar a las masas proletarias, aquellos que no se especializaban en algo, en la segunda etapa, se limitaron a organizar los grupos capaces de llevar a cabo antañas formas de negociación, es decir, buscaron sobre todo a grupos con experiencia en ese tipo de lucha.

Por lo que se puede decir, que los grupos de trabajadores, en particular el sindicalismo, tuvo variantes tanto en sus organizaciones como en el plano político. Algunos sindicatos se moderaron, y otros adoptaron ideologías más radicales, como el de la ideología socialista. Tomando en consideración que los movimientos sociales de corte más radical, como el caso de las Revolución Rusa en 1917 (comunista), tuvieron ese tipo de antecedente a finales del siglo XIX, en el entendido de que en los inicios del movimiento obrero hubo tendencias liberales, según Edward Palmer Thompson.

El movimiento obrero en este periodo tendió políticamente hacia la socialdemocracia, política moderada surgida del socialismo. En el caso de los países más industrializados la clase trabajadora se organizó bajo la forma sindical en sus distintas variantes. El caso de Rusia fue distinto, pues aunque era un país con un bajo desarrollo industrial, en un sentido contrario el desarrollo del pensamiento socialista fue más fecundo. Aunque no hubo una clase trabajadora amplia, surgieron líderes que propusieron retomar las bases más radicales del socialismo científico, y de esta forma intentar llevar a cabo un movimiento revolucionario.