Aprender a hablar es una experiencia social; es parte sustancial de la competencia comunicativa. La estudiosa Amparo Tusón (2011: 66) dice que:
Contar historias es una actividad que a todos nos gusta porque en ellas encontramos emoción, interés, expectación, disfrute, y otro sinfín de sentimientos e ideas que impactan nuestro ánimo e intelecto.
Una historia presenta acontecimientos o episodios con unidad de acción que constituyen secuencias con las que se forman las historias, ya sean reales o ficticias. Para saber si un texto es una historia podemos preguntar: ¿Cuándo y cómo pasó?
En nuestro medio hay una mayor abundancia de historias audiovisuales a través del cine y la televisión; también se consumen mucho las historias gráficas. Escuchar historias, por ejemplo en la radio o en el teatro con los cuentacuentos, es bastante menos frecuente.
Para el trabajo de este aprendizaje, examinaremos algunas historias con la finalidad de poner atención en el para qué se cuenta la historia, de qué manera se pretende influenciar al enunciatario. En suma, ¿cuál es el impacto o impresión afectiva que se busca: sorpresa, asombro, compasión, etc.?
Al revisar este material podrás determinar el objetivo o finalidad de algunas narraciones.