En la actualidad, para realizar nuestras actividades diarias se requieren cada vez más procesos y productos. Como efecto de esta demanda la producción industrial ha aumentado significativamente, lo que implica un requerimiento cada vez mayor de energía, obtenida, principalmente, al quemar combustibles fósiles. Se sabe que más del 88% de la energía de uso comercial y doméstico proviene de éstos.
Se considera combustible a un compuesto orgánico que puede dar lugar a una reacción de combustión. Un comburente, es aquella sustancia cuya presencia es necesaria para que suceda la reacción (el oxígeno, por ejemplo). Es decir, cuando una o más sustancias que contienen carbono e hidrógeno (hidrocarburo) se queman en presencia de oxígeno, produce dióxido de carbono gaseoso y vapor de agua.
Por ejemplo, durante muchos años la madera ha sido utilizada como combustible para generar energía en forma de luz y calor.
Celulosa
C6H10O5 + 6 O2 --> 6 CO2 + 5 H2O + ∆
Otro ejemplo que puede ser familiar es la combustión del gas licuado a presión (Gas LP), que en algunos hogares se consume en la estufa o en el calentador de agua.
2 C4H10 + 13 O2 --> 8 CO2 + 10 H2O + ∆
Esta reacción de combustión es muy importante para que puedas realizar muchas de tus actividades, por ejemplo, al transportarte, para cocinar, bañarte, entre otras.
