Proyecto liberal-capitalista

El proyecto liberal-capitalista en México

Después de la derrota del Imperio de Maximiliano, los liberales comenzaron a reorganizar el gobierno.  De 1867 a 1876, algunos historiadores sitúan el periodo de la “República Restaurada”. Si bien los diferentes grupos de liberales coincidían en un proyecto general acorde con la Constitución de 1857 y con las leyes de Reforma, no siempre se pusieron de acuerdo en su implementación, debido a la pugna de intereses entre ellos mismos o bien por las condiciones de desarrollo del país y su relación externa.
Pugnan en este momento por el poder: los lerdistas, porfiristas y juaristas (todos ellos liberales y los últimos en el gobierno) cada grupo trataba de imponer su programa.

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  • Lerdistas

    En la convocatoria para las elecciones emitida en agosto de 1867, Juárez incluyó un plebiscito para reformar la Constitución con el fin de ampliar el poder del presidente, y aunque su propuesta no prosperó le ocasionó fuertes críticas de porfiristas y lerdistas.

  • Porfiristas

    El grupo de militares, seguidores de Porfirio Díaz, había desempeñado el principal papel en la derrota de la invasión francesa y del segundo Imperio, por lo que aspiraban a la hegemonía del poder político.

  • Juaristas

    Juárez conformó su gabinete con civiles constitucionalistas: el grupo de liberales que en su mayoría fueron seguidores de Juárez. Se distinguieron porque combinaron su alto grado de cultura con la política, entre ellos había médicos, abogados, periodistas, novelistas, poetas, etc. Los civiles constitucionalistas se diferencian del grupo de militares seguidores de Porfirio Díaz.

La reelección de Juárez en 1871 provocó una división en el Partido Liberal, aunque las verdaderas diferencias se ubican en el proyecto de desarrollo capitalista que defiende cada corriente. Si bien Juárez y Lerdo representan un esquema que pretendía el crecimiento capitalista del país sin una importante intervención extranjera, respetando las formas federales del gobierno. A diferencia, los adeptos a Díaz buscaba consolidar la paz social mediante la represión al pueblo y la consolidación con los conservadores, en particular el clero, impulsando el desarrollo con la apertura de México al capital extranjero y constituyendo un gobierno fuerte y centralizado. (Ma. Eugenia Martínez Lira, 2008).

Durante los gobiernos de Juárez y Lerdo se inició con la instalación de líneas telegráficas y se restauraron y abrieron caminos: en 1873 se inauguró el primer ferrocarril con trayecto México-Veracruz. Sin embargo, la inversión extranjera para la construcción de ferrocarriles y para el comercio fue muy reducida.

Mapa del trayecto del primer ferrocarril mexicano, 1877.

 

Porfirio Díaz. Tarjeta de visita, Aubert, ca. 1867

Fue durante el gobierno de Porfirio Díaz (1876-1911) que se consolidó un Estado liberal-capitalista de carácter oligárquico durante la etapa que comúnmente se ha llamado Porfiriato. El proyecto porfirista se estructuró básicamente en torno a la idea de progreso en el que destacaba el crecimiento económico y la estabilidad política. Pero dada la insuficiencia del capital nacional para invertir en ferrocarriles (que impulsaran un mercado nacional) y crear industrias modernas, Díaz consideró que era necesaria la apertura a los capitales extranjeros.  Los propósitos de ir en pos del progreso se combinaron con la situación del contexto mundial que desde las últimas décadas del siglo XIX presentó una nueva configuración del desarrollo del capitalismo -“el imperialismo capitalista” con base en procesos como la Segunda Revolución Industrial, el predominio de los monopolios y el surgimiento de nuevas potencias (como Estados Unidos y Alemania).