El contexto imperialista (1876-1900)
El desarrollo de la estructura capitalista del Estado mexicano se desarrolló en el contexto de la Segunda Revolución Industrial y el desarrollo del Imperialismo capitalista. Entre 1870 y 1914 tuvo lugar la Segunda Revolución Industrial, sobre todo en Inglaterra, Estados Unidos, Alemania y Francia.
La formación de los monopolios fue una de las condiciones fundamentales en el surgimiento de una nueva fase del desarrollo del capitalismo denominada el Imperialismo, que tomó impulso en las últimas décadas del siglo XIX y quedó plenamente establecida desde los primeros años del siglo XX. El imperialismo, y por lo tanto los países imperialistas como Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos, presentó las siguientes características:
Los países imperialistas implantaron una dominación política y económica hacia diversas regiones del mundo; dan cuenta de este proceso: la ocupación francesa de Indochina en 1878 y la Conferencia de Berlín celebrada en 1885 para la repartición de África entre las potencias europeas.
Estados Unidos impuso en América Latina una dominación sobre todo económica, por ejemplo en México; lo mismo sucedió en el Caribe, como fue el caso de Cuba en la que a partir de 1898 ejerció la protección tutelar después de derrotar a España.
Fue en este contexto internacional en el que México impulsó su crecimiento económico, apoyándose en la apertura externa:
- Exportó sus materias primas agrícolas y minerales.
- Recibió inversión extranjera para el desarrollo de ferrocarriles, electricidad, sector financiero, petróleo, minerales, bancos, comercio.
- Importó productos manufacturados.
Sin embargo el crecimiento basado en el sector externo trajo consigo una creciente vulnerabilidad de la economía en su conjunto en relación con las fluctuaciones externas, sobre todo las de la economía de Estados Unidos del que se tuvo una dependencia cada vez mayor.