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Benito Juárez:
Manifiesto al volver a la Capital de la República. 15 de julio de 1867
El 15 de julio de 1867 el gobierno nacional
volvió a establecer su residencia en la ciudad de México, de donde salió para
luchar contra la invasión extranjera, con la confianza, señala Juárez, de que el pueblo
la combatiría, para seguir sosteniendo las instituciones de
la República. Los mexicanos combatieron solos, apunta el autor, antes de consentir en perder la
libertad. El triunfo de la Patria, concluye, corresponde a los buenos mexicanos.
Volvió el Gobierno a la ciudad de México,
con la bandera de la Constitución y, advierte, con las mismas leyes; señalando que no contrajo
ningún compromiso en el exterior o el interior, que perjudicara la independencia, la
soberanía, la integridad de su territorio o el respeto a la Constitución y sus
leyes, como así lo hicieron quienes apoyaron la intervención y al supuesto
imperio. Declara que su gobierno resultó triunfante sobre la invasión extranjera,
y que su deber será, en ese momento del triunfo, convocar al pueblo; para que, sin
ninguna presión de la fuerza y sin ninguna influencia ilegitima, pueda elegir, con
absoluta libertad, a quien confiará sus destinos.
Declara Juárez que el Gobierno no ha querido,
ni ha debido, en el momento de la guerra, y menos en esa hora del triunfo, dejarse
inspirar por ningún sentimiento de pasión contra los que lo han combatido. Por lo
tanto, ha demostrado su deseo de moderar, en lo posible, el rigor de la justicia.
Propone entonces, encaminar los esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios
de la paz; y confía en que todos cooperarán por el bienestar y la prosperidad de
la nación, con un inviolable respeto a las leyes y con obediencia a las
autoridades electas por el pueblo.
Propone entonces, que el pueblo y el Gobierno
respeten los derechos de todos: Entre los individuos, como entre las naciones, el
respeto al derecho ajeno es la paz.
Comparación-Contrastación 

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