Ciencia 1: Astronomía

La revolución científica

La revolución científica que tiene sus primeras manifestaciones en el siglo XVI planteó una transformación del pensamiento, antes  basado en la tradición antigua y medieval y en una filosofía natural cualitativa-especulativa, en su lugar derivó en el ascenso de ciencias modernas. Ya desde el Renacimiento se venían desarrollando distintos campos del saber a partir de lo cual se configurarían teorías y métodos que dieron paso a distintas ciencias experimentales y matemáticas.

Astronomía

Hasta la Edad Media el modelo astronómico dominante fue el sistema geocéntrico ptolomaico que situaba a la tierra en reposo y como centro del universo. Sostenía que la Tierra constituía una base sólida e inmóvil hacia la cual caían todas las cosas; además esto fue respaldado por la iglesia católica, dado que la tierra fue considerada un lugar de privilegio donde Dios había descendido la gracia de la creación.

Copérnico

Órbitas elípticas según Kepler. La tierra gira sobre su eje, siguiendo su órbita, a velocidad más lenta cuanto más alejada está del sol y más rápida cuanto más cercana se encuentra a éste.

El primer cambio sobre el enfoque científico medieval fue el del matemático y astrónomo Nicolás Copérnico (1473-1543), quien propuso un sistema solar heliocéntrico. Su sistema colocó al sol en el centro del universo, señalando un giro diario de la tierra sobre su propio eje, una órbita anual alrededor del sol y un giro del eje de rotación de la tierra a fin de explicar los equinoccios.

No obstante la diferencias señaladas, Copérnico se basó en un dogma compartido por Aristóteles, Ptolomeo y otros astrónomos: los movimientos de los cuerpos celestes se rigen por reglas perfectas -según éstos- porque Dios no podía haber creado una obra imperfecta; quiere decir que la tierra gira en torno al sol, como lo hacen los demás planetas, en movimientos circulares y uniformes; con esto sugería que todos ellos tienen gravedad, la cual no actuaba a través del espacio sino en la materia, dando cohesión y forma perfectamente esférica.

 

Un avance importante en la explicación del sistema planetario se daría a partir de las ideas de Johannes Kepler (1571-1630), expresadas en su publicación Nueva astronomía (1609), quien planteó que las órbitas no son esféricas sino elípticas, por tanto, no existe un movimiento circular, además, la rapidez con que se mueven los planetas en sus órbitas no es uniforme; también concibió dos leyes: la de las áreas y periodos, que le llevarían a predecir posiciones planetarias con gran exactitud.

Su explicación sería dinámica y en términos de fuerzas físicas, emanadas del sol, el cual creía, giraba sobre su eje y era la causa del movimiento orbital de los planetas.

Copérnico
Sistema solar de Copérnico realizado por Galileo

Más fue Galileo Galilei (1564-1642) el descubridor de pruebas sobre el movimiento de la Tierra; seguidor de las ideas de Copérnico y quien paradógicamente nunca aceptó las ideas de Kepler. En 1609 construyó un telescopio de refracción y descubrió las fases de Venus, lo cual le permitió deducir que este planeta giraba alrededor del Sol, así como lo hacen las cuatro lunas en torno a Júpiter, con esto comprobaba que no todos los cuerpos celestes giraban alrededor de la Tierra.

Galileo fue el primero en realizar experimentos con mediciones y de una forma sistemática; sitúo el método inductivo por encima de la deducción, como el método lógico de la ciencia; por tanto puede considerarse el padre de las ciencias modernas ya que sus ideas se basaron en experimentos.

 

Sabías que...



Galileo enfrentando a la Inquisición Romana, Cristiano Banti, 1857

El sistema helioéntrico propuesto por Copérnico y apoyado por Galileo establecía que la Tierra es un planeta con igual jerarquía a los otros; el sistema geocéntrico de Ptolomeo -parte de la doctrina escolástica- se venía abajo. Cuando Galileo se presentó en Roma fue inevitable el choque; los académicos entonces aristotélicos apremiaron a los clérigos a rechazar la nueva teoría y en 1616 se le impuso silencio, calificándola de falsa y contraria a las Sagradas Escrituras, aunque se le concedió el lugar de hipótesis matemática. El Papa no ratificó el edicto de suspensión; en 1757 es revocado y sólo hasta 1822 el Papado reconoce que el sol representa el centro del sistema planetario.

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