Historia Universal, Moderna y Contemporánea II

Unidad I: Surgimiento del imperialismo capitalista y su expansión en el mundo (1873-1914)

 

Humberto Domínguez Chávez

 

Agosto de 2006

 


La nueva expansión colonial

La expansión colonial según Lord Salisbury (Robert Arthur Gascoyne-Cecil, tercer marqués de Salisbury, 1830-1903)

 

“Podemos dividir las naciones del mundo, grosso modo, en vivas y moribundas. Por un lado, tenemos grandes países cuyo enorme poder aumenta de año en año, aumentando su riqueza, aumentando su poder, aumentando la perfección de su organización. Los ferrocarriles les han dado el poder de concentrar en un solo punto la totalidad de la fuerza militar de su población y de reunir ejércitos de un tamaño y poder nunca soñados por las generaciones que han existidos. La ciencia ha colocado en manos de esos ejércitos armamentos que aumentan el poder, terrible poder, de aquellos que tienen la oportunidad de usarlos. Junto a estas espléndidas organizaciones, cuya fuerza nada parece capaz de disminuir y que sostiene ambiciones encontradas que únicamente el futuro podrá dirimir a través de un arbitraje sangriento, junto a estas, existen un número de comunidades que sólo puedo describir como moribundas, aunque el epíteto indudablemente se le aplica en grado diferente y con diferente intensidad. Son principalmente comunidades no cristianas, aunque siento decir que no es éste exclusivamente el caso, y en esos Estados, la desorganización y la decadencia avanzan casi con tanta rapidez como la concentración y aumento de poder en las naciones vivas que se encuentran junto a ellos. Década tras década, cada vez son más débiles, más pobres y poseen menos hombres destacados o instituciones en que pode confiar, aparentemente se aproximan cada vez más a su destino aunque todavía se agarren con extraña tenacidad a la vida que tienen. En ellas no sólo no se pone remedio a la mala administración, sino que ésta aumenta constantemente. La sociedad, y la sociedad oficial, la Administración, es un nido de corrupción, por lo que no existe una base firme en la que pudiera apoyarse una esperanza de reforma y reconstrucción, y ante los ojos de la parte del mundo informada, muestran en diverso grado, un panorama terrible, un panorama que desafortunadamente el incremento de nuestros medios de información y comunicación describen con los más oscuros y conspicuos tintes ante la vista de todas las naciones, apelando tanto a sus sentimientos como a sus intereses, pidiendo que les ofrezcan un remedio.

(...) Por una u otra razón, por necesidades políticas o bajo presiones filantrópicas, las naciones vivas se irán apropiando gradualmente de los territorios de las moribundas y surgirán rápidamente las semillas y las causas de conflicto entre las naciones civilizadas (...) naturalmente no debemos suponer que a una sola de las naciones vivas se le permita tener el beneficioso monopolio de curar o desmenuzar a estos desafortunados pacientes (risas) (...) estas cuestiones pueden ocasionar diferencias fatales entre las grandes naciones cuyos poderosos ejércitos se encuentran frente a frente amenazándose (...) indudablemente no vamos a permitir que Inglaterra quede en situación desventajosa en cualquier reajuste que pueda tener lugar (aplausos). Por otro lado, no sentiremos envidia si el engrandecimiento de un rival elimina la desolación y la esterilidad de regiones en las que nuestros brazos no pueden alargarse (...)”

Discurso pronunciado el 4 de mayo de 1898 en el Albert Hall

The Times, 5 de mayo de 1898

Ministerio de Educación y Cultura de España, MEC,(2006), "Edad Contemporánea: La época del Imperialismo", en: Kairos, http://iris.cnice.mec.es/kairos/ensenanzas/eso/contemporanea/textos/lord_salisbury.doc


Se amable, pero carga un gran garrote [Speak softly and carry a big stick]

Discurso del Vicepresidente de EUA Theodor Roosevelt en la Feria Estatal de Minnesota, 2 de septiembre de 1901

 

“El desarrollo de la paz entre las naciones está confinado estrictamente a aquellas que son civilizadas. Con una nación bárbara la paz es condición excepcional. En los confines entre la civilización y la barbarie, la guerra es generalmente normal. Que los bárbaros sean el indio rojo en la frontera de los Estados Unidos, el afgano en los confines de la India Británica o el turcomano quien limita con el cosaco de Siberia, el resultado es el mismo. A la larga, el hombre civilizado encuentra que no puede conservar la paz más que subyugando a su vecino bárbaro, pues el bárbaro no cederá más que ante la fuerza [...]. Toda expansión de civilización trabaja para la paz. En otros términos, toda expansión de una potencia civilizada significa una victoria para la ley, el orden y la justicia. (...) En todos los casos la expansión ha sido un provecho, no tanto para la potencia que se beneficia nominalmente como para el mundo entero.”

Pellini Claudio (2005), "La Era del Imperialismo", en:Planeta SEDNA Planeta SEDNA, http://www.portalplanetasedna.com.ar/imperialismo.htm


El imperio colonial

 

“El periodo que estudiamos es una era en la que aparece un nuevo tipo de imperio, el imperio colonial. La supremacía económica y militar de los países capitalistas no había sufrido un desafío serio desde hacía mucho tiempo, pero entre finales del siglo XVIII y el último cuarto del siglo XIX no se había llevado a cabo intento alguno por convertir esa supremacía en una conquista, anexión y administración formales. Entre 1880 y 1914 ese intento se realizó y la mayor parte del mundo ajeno a Europa y al continente americano fue dividido formalmente en territorios que quedaron bajo el gobierno formal o bajo el dominio político informal de uno u otro de una serie de estados, fundamentalmente el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Bélgica, los Estados Unidos y Japón. Hasta cierto punto, las víctimas de ese proceso fueron los antiguos imperios preindustriales supervivientes de España y Portugal, el primero –pese a los intentos de extender el territorio bajo su control al noroeste de África- más que el segundo. Pero la supervivencia de los más importantes territorios portugueses en África (Angola y Mozambique), que sobrevivirían a otras colonias imperialistas, fue consecuencia, sobre todo, de la incapacidad de sus rivales modernos para ponerse de acuerdo sobre la manera de repartírselo. No hubo rivalidades del mismo tipo que permitieran salvar los restos del imperio español en América (Cuba, Puerto Rico) y en el Pacífico (Filipinas) de los Estados Unidos en 1898. Nominalmente, la mayor parte de los grandes imperios tradicionales de Asia se mantuvieron independientes, aunque las potencias occidentales establecieron en ellos «zonas de influencia» o incluso una administración directa que en algunos casos (como en el acuerdo anglorruso sobre Persia en 1907) cubrían todo el territorio. De hecho, se daba por sentada su indefensión militar y política. Si conservaron su independencia fue bien porque resultaban convenientes como estados-tapón (como ocurrió en Siam –la actual Tailandia-, que dividía las zonas británica y francesa en el sureste asiático, o en Afganistán, que separaba al Reino Unido y Rusia), por la incapacidad de las potencias imperiales para acordar una fórmula para la división, o bien por su gran extensión. El único estado no europeo que resistió con éxito la conquista colonial formal fue Etiopía, que pudo mantener a raya a Italia, la más débil de las potencias imperiales”

Eric Hobsbawn (2003), La era del imperio 1875-1914, Madrid, Editorial Crítica, pp. 66-67

Ministerio de Educación y Cultura de España, MEC,(2006), "Edad Contemporánea: La época del Imperialismo", en: Kairos, http://iris.cnice.mec.es/kairos/ensenanzas/eso/contemporanea/textos/imperio_colonial.doc


 

 

 

Acorazado ruso Cesarevich de 1901

Lago José I. (2000), Acero y vapor, http://www.historialago.com/aceroyvapor.htm

Concepto

Hacia 1876 se inicia el proceso neocolonial de ocupación de territorios ultramarinos por los países europeos, lo que hará necesario su regulación internacional entre las potencias, para evitar enfrentamientos; así, en la Conferencia de Berlín de 1885, se pactará que sólo la ocupación de territorios, y no únicamente el establecimientos de enclaves en la costa, otorgarán el derecho a la posesión de un territorio, lo que acelerará esta carrera colonizadora entre los países, apareciendo en el escenario expansionista, además de Inglaterra y Francia, nuevas potencias europeas como Alemania, Italia y otros países no europeos como Japón y los EUA. Para los inicios de la Gran Guerra, en 1914, que tuvo como principal causa este apoderamiento desigual del mundo, ya que el 60% del territorio del planeta y el 65% de su población, que incluía casi toda el África, Oceanía, el Sur y Sudeste Asia y Siberia estaba controlado social, política y económicamente por Europa.

El Imperio Británico

En el siglo que transcurrió desde la derrota de Napoleón, en 1815, y el inicio de la 1a Guerra Mundial, en 1914, el Imperio británico no cesó de expandirse más allá de las Islas Británicas. Cuando las demás potencias europeas, exceptuándo a España, Portugal y Holanda, tenían escasos territorios ultramarinos; sus colonias se situaban en las Antillas, el Canadá, la costa del Golfo de Guinea, Australia, la India y en Asia; extendiéndo sus dominios gracias a su espléndida marina de guerra, que le había permitido beneficiarse de las adquisiciones estratégicas obtenidas durante las guerras napoleónicas a expensas de Holanda, Francia y España.

 

Canales Esteban (2004), “Siete Paseos por la Inglaterra Victoriana: 7. Imperio”, en: Inglaterra Victoriana (Mundo Anglosajón), Barcelona, http://hipatia.uab.es/paseos/sp-inicio.htm

 

Colonias de Francia en 1914

Matthew White's Homepage (2006), http://users.erols.com/mwhite28/frnc-emp.htm

 

Reparto del Africa en 1900

Matthew White's Homepage (2006), http://users.erols.com/mwhite28/afri1914.htm

 

En estos territorios se distinguen los “dominios” y las “colonias de explotación”. Los primeros dedicados al asentamiento de población anglosajona emigrada de Inglaterra, en donde contaban con amplia autonomía en lo interior, con instituciones gubernamentales como Parlamento y partidos políticos, mientras que la política exterior era regida por la metrópoli; a esta categoría pertenecen el Canadá, Australia, Nueva Zelanda y la Unión Sudafricana. Las colonias, como la India y los territorios africanos, exceptuando Sudáfrica, suministraban materias primas y carecían de autonomía política en lo interior.

 

 

 

Francia

No logró expandirse fuera de Europa durante las guerras napoleónicas, debido a que nunca logró superar a la marina británica; en 1830 iniciaron su expansión al norte del Africa, en Argelia, iniciándose una colonización de población francesa a partir de 1871; por otra parte, la aventura mexicana de Napoleón III fue parada por Juárez y aquello acabó mal, incluso en Europa, con la derrota francesa en la guerra contra Prusia.

 

El expansionismo en Indochina se inicia en 1873, a partir de la Cochinchina, en el delta del río Mekong, ocupándose Annam y Tonkin, en la actual Kampuchea y Vietnam, y Laos, en la búsqueda de una vía alterna de penetración en China. En estos territorios se explotarán intensivamente el cultivo de arroz y del puerto de Haiphong saldrá carbón, estaño y zinc para la industria francesa.

 

En el Oceáno Indico impusieron un protectorado, en 1885, en Madagascar, como pieza clave en la expansión de su tráfico marítimo y lograr acceso al extremo de Asia.

El reparto imperial de Africa

Su ocupación europea partió desde el siglo XV, con el establecimiento de factorías en la costa. Entre 1880 y 1914 se repartió totalmente entre las potencias europeas, subsistiéndo únicamente dos Estados independientes: Liberia y Etiopía. El proceso se reinició, a partir de los enclaves costeros, para penetrar desde ahí hacia el interior, ya sea que se partiera del Atlántico como del Indico, con el objetivo de alcanzar la costa opuesta y formar un imperio amplio; la clave estaría, desde las guerras napoleónicas y hasta la 2a Guerra Mundial, en Egipto y el control del Mediterráneo. La conferencia de Berlin de 1885 aceleró el ritmo de la colonización, planteándose la libertad de comercio en la cuenca del Congo, la libre navegación en el Níger, así como la protección a los indígenas y a viajeros y misioneros en sus actividades.

 

 

El reparto del Africa

Ministerio de Educación y Cultura de España, MEC (2006), “4. La época del Imperialismo Nacionalismo y expansión colonial. La Primera Guerra Mundial. La Paz de París. La cultura europea del siglo XIX”, en: Kairos, http://iris.cnice.mec.es/kairos/ensenanzas/eso/contemporanea/imperialismo_00.html

 

 

El crucero USS Olympia enfrenta al crucero español Reina Cristina en la Guerra Hispano-Americana. Tarjeta esterográfica de F. Fetherstone, 1898, http://www.history.navy.mil/photos/images/h78000/h78266.jpg

El expansionismo norteamericano

El expansionismo norteamericano apareció hacia 1870, cuando terminaba la expansión interior hacia el oeste, sobre las tierras indias, y la Guerra de Secesión (1861-1865) estableció el modelo económico en beneficio de los estados industrializados del norte, que recibieron un formidable impulso. Fue significativo, en este proceso, una conciencia de superioridad del hombre blanco impulsada por algunos sectores protestantes, al mismo tiempo que el proceso se acompañó de la integración en conglomerados empresariales, que impulsaron la necesidad de expansión más allá de las fronteras nacionales; los norteamericanos no siguieron la fórmula colonialista europea aplicada en el Africa o Asia, pero si hicieron uso del intervencionismo militar en el área Centroamericana y el Caribe.

 

Su expansión en el Pacífico fue resultado de una guerra de agresión contra España 1898, haciendo uso de supremacía naval y, mediante los Acuerdos de París que dieron fin al conflicto, se adjudicaron Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam; mientras que las restantes posesiones españolas en ultramar: las Islas Marianas, Carolinas y Palaos, que no era posible para España defenderlas, debido a su lejanía y la destrucción de buena parte de su flota, fueron vendidas a Alemania.

Reviviendo la Doctrina Monroe el Presidente Theodore Roosevelt propuso construir un canal en Centroamérica, por lo que ofreció al gobierno colombiano, en 1903, comprar una franja de tierra de lo que hoy es Panamá; al rechazarse la oferta, Roosevelt desató una rebelión en el área designada para la ubicación del canal interoceánico, que se independizó como una nueva república bajo la protección norteamericana; era tal la agresividad imperial que pocos días después, Panamá la nueva nación liberada de Colombia por los norteamericanos, vendió a los Estados Unidos la zona del canal, cuyo canal interoceánico se abrió al tráfico marítimo en 1914.

Consecuencias

Se transformaron las comunicaciones construyéndose puertos y, en el interior, vías férreas. Se fomentaron los cultivos básicos: caucho en Indochina, cacao en Nigeria, café en Tanganika, viñedos en Argelia y arroz en Indochina; a la originaria economía de subsistencia de los territorios colniales se yuxtapuso otra de mercado, al requerirse papel moneda para adquirir productos en la metrópoli.

 

Las incorporación forzada de nuevas formas de vida occidental rompió las estructuras tribales, haciendo perder su identidad a los pueblos colonizados, mientras una burguesía de negociantes y funcionarios, blancos y nativos aculturados, se instaló en los niveles más altos de la escala social. Este proceso de aculturación, siempre rechazado, explica que los movimientos nacionalistas en la descolonización hayan planteado la recuperación de la cultura nacional.

 

 

Schmaltz Jeff (2003), MODIS Rapid Response Team, NASA/GSFC, http://209.15.138.224/inmopanama/panama.htm

 

Antecedentes: la reunificación italiana y alemana

Segunda Revolución Industrial

Imperialismo

Pugnas y alianzas entre las potencias

Desarrollo del movimiento obrero

La aparición de la sociedad de masas

Referencias

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