El Plan de Ayala fue redactado para continuar
la lucha emprendida por el Plan de San Luis Potosí, por lo que su introducción es
breve y se asume que las razones de la lucha ya son conocidas por la población. La
novedad en el Plan de Ayala radica en un llamado a realizar un reparto agrario.
Debido a que se considera que Madero
traicionó la demanda popular establecida y firmada por él en el Plan de San Luis
Potosí, el nuevo documento, Plan de Ayala, es firmado por todos los dirigentes del
movimiento; además de que se considera, en este último texto, que Madero
traicionó la revolución que triunfó contra Porfirio Díaz, por lo que se le
desconoce como su dirigente.
En el Plan de Ayala no se plantea respetar
las leyes vigentes; por lo que se establece la necesidad de realizar un cambio en
la tenencia de la tierra, realizando de inmediato el reparto de tierras entre la
población, y la afectación a los grandes propietarios.
Se desconoce a todos los jefes militares de
la revolución maderista que no acepten el nuevo Plan de Ayala, y se designa en el
mando de la revolución al general Pascual Orozco; estableciéndose que el general
Emiliano Zapata ocupará su lugar si el primero no acepta el mando.
Se indica que para restablecer el poder
ejecutivo, al triunfo de la revolución, se designarán presidente y gobernadores por
asambleas de jefes militares.
En ambos documentos se establece el mismo
procedimiento para procurar fondos para la revolución: disponer de los fondos
públicos y contratar empréstitos voluntarios y forzosos. Se considera en el Plan
de Ayala que se continuará la lucha que se inició el 20 de noviembre de 1910 con
el Plan de San Luis Potosí, y no se establece en el Plan de Ayala ninguna
consideración especial, ni instrucción, para la conducción de la guerra por las
tropas revolucionarias.
El Ensayo 

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