Entre 100 a.C. y 500 d.C. probablemente cultivaban maíz, frijol, calabaza y otras plantas, eran también cazadores y recolectores. Entre 500 y 700 d.C. se incrementó la población y surgieron pequeñas villas. La agricultura se intensificó; viviendas de piedra, lodo y troncos. Entre 700 a 900 d.C. la arquitectura muestra el mismo patrón anterior. La cerámica en cambio, se vio enriquecida con nuevas formas y colores. La agricultura se intensificó y perfeccionó. Entre 900 a 1150 d.C., se observa el crecimiento de pueblos y surgimiento de nuevos asentamientos.
El período de 1150 a 1300 d.C. se considera como el período clásico de los grupos Anasazi (pueblo antiguo). La arquitectura, la cerámica y los cultivos alcanzaron su máxima expresión. En obra artística se encuentra la cerámica de “Mimbres”, del Sur de Nuevo México. Hacia 1300 se advierte la decadencia y abandono de sus poblados, a causa de largos períodos de sequía, problemas internos, epidemias y ataques.
De 1300 y 1598 a 1700 d.C. algunos grupos consiguieron sobreponerse a los problemas climáticos, desarrollando una arquitectura de mejor calidad que decoraron con pinturas con temas mágicos-religiosos en los muros. Su cerámica se enriquece con mejor acabado y nuevas formas y decorados.
En este periodo entran en contacto con los colonizadores españoles (1510–1549) y la integridad de los grupos Anasazi entra en decadencia. Último período de 1598 a 1700, caracterizado por la dispersión y mestizaje.