Clásico mesoamericano

Los lugares en donde se perciben especialmente estos cambios son: Kaminaljuyú e Izapa en la zona meridional del Sureste; El Mirador y Uaxactún en el Petén; San José Mogote y Monte Albán en Oaxaca; Tres Zapotes en el Golfo, y Cuicuilco y Teotihuacán en el Centro de México.

El mayor cambio que marcó el periodo Clásico fue la preeminencia que adquirieron las ciudades frente al campo. La ciudad se convirtió en la gran concentradora y distribuidora de riqueza, mientras que el campo proveía el sustento alimenticio. El pueblo más poderoso del Clásico fue el Teotihuacano, siguiéndole en importancia los mayas. Las grandes capitales se vincularon entre sí a través de una red de circulación comercial que fue dirigida por los teotihuacanos. El comercio a larga distancia fue el factor más importante que logró brindar unidad a Mesoamérica durante el Clásico.

Máscara Teotihuacana