El carbono como elemento libre tiene aplicaciones, que van desde ornamentales en joyería, como pigmento “negro de humo” en llantas de automóvil y tintas de imprenta. El grafito se emplea en crisoles de alta temperatura, lápices, electrodos de pilas secas, entre otros.
Los compuestos inorgánicos de carbono tienen muchos usos como el dióxido de carbono presente en bebidas carbonatadas y extintores de fuego.
Pero considerando todos los compuestos orgánicos, la gama de aplicaciones se incrementa por ejemplo, con la extracción del petróleo obtenemos gasolina y diesel para nuestros autos y autobuses, combustible para barcos y aviones, así como lubricantes para maquinaria y vehículos. La industria petroquímica usa productos derivados de este para hacer plásticos, fibras sintéticas, detergentes, medicinas, conservadores de alimentos, hules y agroquímicos.
Lo usamos también para generar electricidad, obtener energía calorífica para fábricas, hospitales y oficinas.