Ejercicio 4

Descubre el espacio social mexicano

Salvador “Chava” Flores Rivera (1920-1987) fue un compositor mexicano y cronista de la ciudad de México. Nació en el barrio de La Merced, en el centro histórico de la ciudad, y vivió en colonias como la Roma, Santa María la Ribera, en el barrio de Azcapotzalco y en la Unidad Cuitláhuac. Fue costurero, cobrador, contador (sin título), dueño de una tienda de ropa, ferretero, repartidor de carne, trabajador en una imprenta, actor y, desde luego, compositor y cantante. Las canciones de Chava Flores, además de divertidas, reflejan un conocimiento profundo de la vida cotidiana de la ciudad de México a mediados del siglo XX.

 
Propósito: con este ejercicio reflexionarás acerca de los cambios que se registran en el espacio social cotidiano a partir de las canciones de Salvador “Chava” Flores
 
 
 

Instrucción: escucha las dos canciones con atención, mientras sigues la letra. Al final, responde las preguntas que se plantean.

 
 
 

Preguntas.

1.

¿Qué visión tiene Chava Flores de la ciudad de México que vivió en su infancia?
 
 

Para saber más

¿Te gustaría saber cómo era tu barrio o colonia cuando naciste? Te sugerimos que entrevistes a un familiar o a un vecino para que te cuente cómo era el espacio y la vida cotidiana del lugar en que vives. Puedes preguntar sobre las transformaciones urbanísticas, el tipo de actividades que se realizaban, las formas como vivía la gente, la manera como se vestían, lo que se acostumbraba comer, los tipos de transporte más comunes, lo ruidos y pregones que se escuchaban cotidianamente, la convivencia entre vecinos, las expresiones que usaban los jóvenes, en fin, todo lo que se te ocurra.

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Mi México de ayer

 

Una indita muy chula, tenía su anafre en la banqueta,
su comal negro y limpio, freía tamales en la manteca
y gorditas de masa, piloncillo y canela,
al salir de mi casa compraba un quinto para la escuela.
Por la tarde a las calles, sacaban mesas limpias, viejitas,
nos vendían sus natillas, arroz de leche en sus cazuelitas;
rica capirotada, tejocotes en miel y en la noche un atole
tan champurrado que ya no hay de él.
Estas cosas hermosas, porque así yo las vi,
ya no están en mi tierra, ya no están más aquí.
Hoy mi México es bello, como nunca lo fue,
pero cuando era niño tenía mi México
un no sé qué...
Empedradas sus calles eran tranquilas, bellas y quietas
los pregones rasgaban el aire limpio, vendían cubetas,
tierra pa'las macetas, la melcocha, la miel,
chichicuilotes vivos, mezcal en penca y el aguamiel.
Al pasar los soldados salía la gente a mirar inquieta,
hasta el tren de mulitas se detenía oyendo la trompeta.
Las calandrias paraban, sólo el viejito fiel
que vendía azucarillos improvisaba el verso aquél:
"Azucarillos de a medio y de a real,
para los niños que querrán mercar..."
Estas cosas hermosas, porque así yo las vi,
ya no están en mi tierra, ya no están más aquí.
Hoy mi México es bello, como nunca lo fue,
pero cuando era niño tenía mi México
un no sé qué...

La esquina de mi barrio

 

En la esquina de mi barrio hay una tienda
que se llama "La ilusión del Porvenir",
junto de ella está la fonda de Rosenda
que en domingos le echa al mole ajonjolí.
Frente se halla la botica "La Aspirina",
donde surte sus recetas mi'ama;
tiene junto la cantina "Mi oficina"
donde cura sus dolencias mi'apa
y le sigue "La mejor", carnicería,
donde vende el aguayón Don Baltasar.
Es la esquina de mi barrio, compañeros,
un lugar de movimiento sin igual;
los camiones, los transeúntes y los perros
no la cruzan sin tener dificultad.
Cuando no ha habido moquetes, hubo heridos
o algún sonso que el camión ya lo embarró,
otras veces sólo hay gritos y chiflidos
o se escucha el cilindrero trovador.
Contra esquina, donde está la pulquería,
hay un puesto de tripitas en hervor;
allí afuera, siempre está la polecía
y ahí tiene su cuartel el cargador.
De este lado vende pan "La Cucaracha"
y le siguen las persianas del billar;
"El Tarife" ya paró ahí su carcacha
porque llega con sus cuates a jugar
Don Fernando va siguiendo a una muchacha
y Lupita, su mujer, ahí va detrás.
Es la esquina de mi barrio, compañeros,
el lugar donde he perdido mi querer;
donde ayer brilló un farol como un lucero
lo rompieron y se echaron a correr.
Y la esquina me consuela en mi amargura
con su risa, su bullicio y su esplendor;
llega el carro recogiendo la basura
y entre tanto desperdicio... va mi amor
ya no están en mi tierra, ya no están más aquí.
Hoy mi México es bello, como nunca lo fue,
pero cuando era niño tenía mi México
un no sé qué...

Alumno: