Programa de Cómputo para la Enseñanza: Cultura y Vida Cotidiana: 1920-1940

Historia de México II Segunda Unidad: Reconstrucción Nacional e Institucionalización de la Revolución Mexicana 1920-1940

El Cinematógrafo de 1920-1940

Propósitos: Valorar algunas manifestaciones socioculturales influidas por el nacionalismo revolucionario y su impacto sociocultural

Mayo de 2012

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El cine en la década de 1920

 

 

Durante las presidencias de los sonorenses Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, comenta García Riera (1998: 53), el cine nacional fue ignorado por sus gobiernos, probablemente debido a que sus discursos seguían los modelos estadounidenses importados; motivo por lo cual los intelectuales como Alfonso Reyes y Martín Luis Guzmán tuvieron una mala opinión de estas expresiones artísticas nacionales, y el mismo José Vasconcelos se refería a ellas como un vulgar producto norteamericano sin tradición cultural.

 

Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón [1927]

 

 

Esta era una época de desarrollo del cine soviético, país con quien México estableció relaciones diplomáticas en esos años, el cual producía obras en donde el actor principal eran las masas proletarias, como en las cintas de Serguéi Eisenstein,(1) por quien tenían admiración Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.

 

Estas apreciaciones parecen confirmarse cuando revisamos que en la década se produjeron sólo cintas de temas urbanos, salvo siete de ambiente rural; que, para García Riera (1998: 54), muestra que sus directores, entre los que se encontraban Carlos Stahl, Eduardo Urriola y Gustavo Sáenz de Sicilia, estaban empeñados en una cinematografía que seguía la producción estadounidense con melodramas de problemas afectivos, con 30 cintas; comedias, de las cuales cinco fueron de ambiente urbano y únicamente dos de tema rural; además de un cine de aventuras con 12 películas, de las cuales únicamente sólo cinco incorporaron personajes rurales, por lo que conformaron:

 

…un cine con humos aristocráticos e irritados empeños de desmentir la imagen “bárbara” de México propiciada por la revolución.

Que viva México de Serguéi Einsestein [1931]

(1) Eisenstein filmó en México una película inconclusa, ya que existieron problemas con los productores norteamericanos, que se conoce como Que viva México, de acuerdo a la particular edición que realizó después el camarógrafo Grigory Alexandrov. El guión lo terminó Eisenstein (a partir de una idea de Grigory Alexandrov, producto de las discusiones suscitadas entre los cineastas por la lectura de Idols Behind Altars de Anita Brenner) en Nogales, Sonora el 6 de diciembre de 1930; el cual mantuvo siempre en secreto. Por otra parte, de acuerdo con el informe de Adolfo Best Maugard, quien fue designado por José Manuel Puig y Casauranc, Secretario de Educación Pública, como supervisor y censor de los trabajos, la filmación se realizó a lo largo de 1931 en: Tehuantepec y Yucatán (en este último lugar sin la participación de Best Maugard) del 30 de enero al 4 de marzo; Colima del 27 de marzo al 7 de abril; y la Hacienda de Tetlapayac, Hidalgo del 9 de marzo al 2 de julio. A partir de septiembre de 1931 Best Maugard fue sustiído por Bolívar Sierra, nombrado por la Secretaría de Gobernación. [Reyes Aurelio de los (2002), "Informes de Adolfo Best Maugard", en: Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, Vol. XXIV, No. 81, México, IIE UNAM, pp. 161-172]

 

El mismo Sáenz de Sicilia produciría y dirigiría su primer película en 1923, Atavismo, además de La boda de Rosario en 1929, caracterizadas por su aliento reaccionario y aristocratizante, comenta Vidal (2008). La primera integró un melodrama romántico, con una trama sobre un joven que hereda el alcoholismo de su padre con lo que arruina su vida y la de los que lo rodean; mientras que la segunda, con una trama de melodrama campirano, que sería sonorizada con el riesgoso sistema de discos, sería interpretado por un distinguido miembro de la aristocracia porfirista sobreviviente, Carlos Rincón Gallardo, quien se anunciaba como Marqués de Guadalupe y Conde de la Regla. Que, al decir de Vidal (2008), había sido comandante de los temibles rurales porfiristas, además de ser un charro afamado. Esta cinta pasaría sin pena ni gloria, salvo que integra uno de los más sólidos precedentes de la comedia ranchera.

 

Dentro de las cintas de tema urbano, muy al estilo del cine estadounidense de la época, apunta García Riera (1998: 54-61), encontramos El secreto de la abuela, escrita, producida, dirigida y actuada por la pionera Cándida Beltrán en 1928, en cuya trama se relataban las peripecias y enredos de una infeliz huérfana que se gana la vida de voceadora con lo que sostiene a su abuela ciega. En sus actividades callejeras la huérfana acaba en la casa de un anciano que ha perdió a su hija, el cual se encariña con la vitalidad de la muchacha y, al verse enfermo de muerte decide adoptarla, sin imaginar el secreto que guarda la abuela.

 

Cuatro de las producciones de esta década tocaron el tema de la revolución: Alas abiertas (1921) de Luis Lezama, sobre una novela de Alfonso Teja Zabre que se refería a los novedosos cuerpos militares de aviación, su escuela de cadetes y la lucha contra los bandoleros zapatistas. Llamas de rebelión (1922) de Adolfo Quezada con una trama melodramática y de aventuras, en donde un ranchero se enamoraba de una dama que era pariente de un antiguo peón suyo, convertido con la revolución en general; por lo que al complicársele sus amores el galán se levantaba en armas, para ser al final amnistiado por el gobierno.

 

Atavismo de Gustavo Sáenz de Sicilia [1923]

El Secreto de la Abuela de Cándida Beltrán [1928]

El Coloso de Mármol de Manuel R. Ojeda [1928]

 

 

Guillermo el indio Calles actuaría y dirigiría La raza de bronce (1927), filmada en Mexicali, en donde mostraba los atractivos de su población fronteriza; mientras que El coloso de mármol (1928), de Manuel R. Ojeda, conformó una película de propaganda callista, ya que su trama se refería al Palacio de Bellas Artes, que simbolizaba: …el México progresista que triunfaba sobre enemigos “retardatarios” y “ocultos”, los cristeros, en una producción del Instituto de Geografía Nacional, con referencias positivas sobre la revolución y al pasado indígena.

 

Podemos adicionar otra cinta de subsidio estatal, Los hijos del destino de 1929, dirigida por Luis Lezama con un guión de la propia esposa del entonces Presidente Emilio Portes Gil, Carmen García González, quien dirigía el Comité Nacional de Protección a la Infancia; la película fue un melodrama de propaganda en favor de la campaña de prevención de las enfermedades venéreas. Narra la historia de dos jóvenes amigos, uno mujeriego, que deciden casarse con sus respectivas novias; el más serio se hace el examen médico prenupcial, pero el otro pese a la insistencia de su amigo se rehusa. Pasado el tiempo el más responsable es feliz con su mujer, mientras que el otro inocula a la suya una enfermedad venérea que le provoca la muerte. Como comenta Vidal (2008), la cinta acusaba una condición de pandemia en el país, en donde las enfermedades de transmisión sexual eran vistas:

…causantes, según la cinta, de toda suerte de taras y mutilaciones genéticas.

Emilio Portes Gil con su esposa Carmen García y su hija [1928]

 

 

 

El puño de hiero [1927]

 

Rescatamos del cine de aventuras El tren fantasma y El Puño de hierro; ambas películas de 1927 con guión y dirección de Gabriel García Moreno, que fueron producidas en el Centro Cultural Cinematográfico, S. A. (o Asociación Cultural Cinematográfica) de Orizaba, Veracruz.

 

La primera con una trama muy socorrida en los Films estadounidenses de la época, que en este caso se regionaliza; relata las aventuras de un joven ingeniero que se enfrenta a una peligrosa banda de asaltantes de trenes, quienes secuestran a la bella hija del despachador de la estación de Orizaba.

 

El tren fantasma [1927]

 

Mientras que la segunda es un melodrama sobre la aristocracia, en la que un joven de clase acomodada es tentado por las drogas que le ofrece un traficante, por lo que su desesperada novia intentará ayudarlo a salir del vicio sin mucho éxito, al mismo tiempo que esa banda de traficantes asola la región secuestrando y robando a los hacendados, para que al final sean capturados los malandrines; un elemento destacable sucede en una escena que muestra, con realismo poco común, un antro de toxicómanos.

 

Los temas de época se tocaron únicamente en cuatro cintas, señala García Riera (1998: 55), debido a los costos escenográficos y de vestuario, además de los limitados recursos de inversión de la época: La dama de las camelias, Sacrificio por amor, El cristo de oro y Conspiración.

 

 

 

Hacia finales de la década el productor Miguel Contreras Torres dirigiría El águila y el nopal, también sonorizada con discos; que integra, al decir de Vidal (2008), otro de los precedentes de la comedia ranchera junto con La boda de Rosario, la cinta se sitúa en el contexto de la explotación petrolera, en el momento en que disminuía su producción como resultado de la crisis económica.

 

Estas comedias rancheras se caracterizarían por su trama nacionalista, que contribuirían posteriormente a fundar una auténtica industria fílmica que desplazaría a las producciones estadounidenses del mercado nacional.

 

Sobre todo por que la sonorización de las películas, en una población analfabeta que poco había tomado en cuenta los mínimos letreros de las cintas silentes, ahora podían disfrutar del cinematógrafo hablado en español, además que la norma estatal prohibiría los subtítulos que no fueran en este idioma, lo que hacía urgente y necesario filmar cintas sonoras auténticamente mexicanas.

Carlos López Chaflán en El águila y la serpiente [1927]

 

Referencias


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