Historia Universal, Moderna y Contemporánea II

Unidad I: Surgimiento del imperialismo capitalista y su expansión en el mundo (1873-1914)

 

Humberto Domínguez Chávez

 

Agosto de 2006

 


Los antecedentes

El nacionalismo y la unificación italiana y alemana

 

“Una nación es la asociación de todos los hombres que, agrupados por la lengua, por ciertas condiciones geográficas o por el papel desempeñado en la historia, reconocen un mismo principio y marchan, bajo el impulso de un derecho unificado, a la conquista de un mismo objetivo definido. (...) La patria es, ante todo, la conciencia de la patria.”

Giuseppe Mazzini 1850

En: Lozano Cámara Jorge Juan (2006), Claseshistoria, IES Juan de la Cierva, Vélez-Málaga, http://www.iesjuandelacierva.com/paginade/jorgelozano/revolucionesburguesas/ %2Btextomazzini2.htm

 

“Todos los que hablan un mismo idioma (...)hállanse unidos entre sí desde el principio por un cúmulo de lazos invisibles (...) de modo que los hombres no forman una nación porque viven en este o el otro lado de una cordillera de montañas o un río, sino que viven juntos (...)porque primitivamente, y en virtud de leyes naturales de orden superior, formaban ya un pueblo.

Así la nación alemana, gracias a poseer un idioma y una manera de pensar comunes, hallábase suficientemente unida y se distinguía con claridad de los demás pueblos de la vieja Europa...”

Johann Gottlieb Fichte Discurso a la nación alemana, 1807.

Idem, http://www.iesjuandelacierva.com/paginade/jorgelozano/ revolucionesburguesas/%2Btextofichte.htm

 

“La ilimitada soberanía de las dinastías, de los nobles, de las ciudades y villas imperiales fu una adquisición revolucionaria a expensas de la nación y de su unidad. Me ha parecido siempre algo monstruoso el hecho de que la frontera que separa al habitante sajón de Salzwedel, del sajón de Brunswick, cerca de Lûchow, frontera difícil de reconocer a causa de sus pantanos y páramos, obligue a aquellos dos sajones a pertenecer a dos diferentes entidades nacionales, quizá enemiga la una de la otra, de las cuales una fue regida desde Berlín, la otra desde Londres, y más tarde desde Hannover.”

Otto-Leopold Príncipe de Bismarck. Pensamientos y recuerdos

Idem, http://www.iesjuandelacierva.com/paginade/jorgelozano/revolucionesburguesas/ %2Btextobismarck.htm


Concepto

 

Sus orígenes los encontramos en el bajo medioevo, como reacción a las estructuras políticas de dominación feudales.

 

Con la Revolución Francesa, en el siglo XVIII, se fortalece como movimiento que exalta la nación como entidad frente a la monarquía absoluta.

 

El imperio napoleónico fomentó los nacionalismos; en Italia, criticó la presencia de los austríacos, creando un reino nacionalista en Nápoles que fue dirigido por Murat. Sin embargo, su expansionismo imperial fortaleció los movimientos nacionalistas en su contra, como el ruso, el español o el alemán dirigido por Prusia.

 

A partir de 1815, con la Restauración, el nacionalismo se opuso a la ordenación territorial artificial; así, los belgas no se sintieron integrados con Holanda; Polonia se opuso siempre a su integración al Imperio Ruso, mientras que los checos y húngaros nunca desearon formar parte del Imperio Austríaco.

 

El nacionalismo europeo tuvo su auge con las unificaciones de Italia y Alemania, que se realizaron con una integración de territorios y pueblos, mientras que en el seno de los de los dominios austríacos y turcos se presentó con un carácter expansionista.

 

 

Giuseppe Garibaldi (1807-1882)

Integró un movimiento de carácter liberal hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando enfrentó el intento monárquico de la Restauración que buscaba evitar nuevos estallidos revolucionarios, establecer un equilibrio entre las potencias para evitar la hegemonía de una sobre las otras y tratar de regresar las fronteras de Europa al estado prenapoleónico; en torno de este movimiento se promovieron movimientos de liberación nacional como el de los irlandéses en contra la Gran Bretaña, el de los checos y húngaros frente al Imperio Austríaco o los movimientos independientistas de las colonias americanas frente al Imperio Español.

 

El nacionalismo derivó en un movimiento conservador y agresivo en la segunda mitad del siglo XIX, supeditando la libertad y dignidad de los individuos a los intereses de diversos grupos sociales apoderados del poder. Será la ideología que nutrirá al imperialismo y, junto a otros factores relacionados con prejuicios como el racismo y la xenofobia, provocará conflictos que desembocarán en la 1a. Guerra Mundial.

La unificación italiana

 

A partir de 1815, Italia quedó dividida en siete Estados independientes: el Piamonte,bajo la casa de Saboya; el reino Lombardo-Véneto dependiente de Austria; los Ducados de Parma,Módena y Toscana gobernados por príncipes austriacos; el reino de las Dos Sicilias bajo el dominio de los Borbones y los Estados Pontificios gobernados por el Papa.

 

Los liberales, empujados por la represión absolutista, se agruparán en sociedades secretas con intención conspiradora de exaltación romántica, reforzada por historiadores, músicos y literatos, que popularizaron y difundieron la riqueza cultural y las pasadas grandezas de Italia desde la antigüedad clásica.

 

Se presentaron tres soluciones para llevar a cabo el proceso unificador; coincidíendo, todas ellas, en la necesidad de acabar con el dominio austriaco en Italia, que no sería posible sin la colaboración de alguna de las potencias europeas. Mazzini propugnaba una política unitaria, que sería instaurada por la insurrección general de las masas.

 

Otros proponían conformar una confederación presidida por el Papa. Sin embargo, los acontecimientos revolucionarios de 1848 hicieron que Pío IX renunciara a cualquier papel político en el proceso unificador.

 

Los piamonteses Cesare Balbo y Massimo d'Azeglio propusieron la alternativa que lograría el éxito; que fuera la casa de Saboya la que dirigiese el proceso unificador nacional.

Los siete reinos

http://www.indexnet.santillana.es/rcs/_archivos/Recursos/ geografiahistoria/h05.pdf

http://www.indexnet.santillana.es/rcs/_archivos/Recursos/ geografiahistoria/h05.pdf

 

En 1858 Napoleón III y Cavour se reunirán para establecer un plan de intervención. Francia aportaría dinero y un ejercito de doscientos mil hombres contra Austria, a cambio de que una vez liberada Italia de Austria, Francia obtuviese como compensación Saboya y Niza e Italia se estructurase como una federación de Tres Estados bajo la influencia francesa.

 

La guerra estalló el 25 de abril de 1859 y el ejercito franco-piamontés venció a los austriacos en Magenta y Solferino, lo que provoca la retirada austriaca de Lombardía, al mismo tiempo que Napoleón III sorprendió a sus aliados firmando la paz con Austria, ante el temor que los prusianos atacasen Francia, que no impidió que Garibaldi extendiera la insurrección por toda Italia, llegando incluso a ocupar el reino de las Dos Sicilias.

 

A los pocos meses, por medio de plebiscitos, los ducados de Parma, Módena y Toscana se incorporaron al Piamonte, lo que sucedió también con Sicilia y Nápoles. El 14 de marzo de 1861, el Parlamento italiano proclamó en Turín rey de Italia a Víctor Manuel II, sin que se resolviera la incorporación del Véneto, que seguía en manos austriacas, y los Estados Pontificios. La cuestión del Véneto se resolverá en 1866, por la paz de Viena, en la cual Italia recuperaba el Véneto, mientras que los Estados Pontificios siguieron en posesión de Francia, que estableció una importante guarnición en Roma para proteger al Papa. En 1870, al estallar la guerra franco prusiana y producirse la derrota francesa en Sedán, los italianos ocuparon Roma, donde Víctor Manuel II estableció la capital del nuevo reino,concluyendo así el proceso de unificación italiana.

 

La unificación alemana

 

El principal impulso lo dio la política económica de Prusia, que quería hacer frente a la afluencia masiva de productos ingleses para proteger su desarrollo económico, que se veía también dificultado por las aduanas interiores entre los Estados de la Confederación Germánica, los cuales dificultaban el comercio y reducían su mercado.

 

El Canciller de Prusia desde 1862, Otto Von Bismarck, diseñó el proceso unificador bajo el único criterio de la razón de Estado, la derrota militar de Austria.

 

Se debía aislar diplomáticamente a Austria mediante el apoyo de Francia y el distanciamiento de Rusia.

 

Lograr una superioridad militar, reorganizando el ejército para hacer frente a una guerra con Austria.

 

Después sólo quedaba buscar la ocasión, que se presentó con la Guerra de los Ducados (Schlesving, Holstein y Lauemburg, ocupados por Dinamarca desde 1852, se negaron a reconocer al nuevo rey), que iniciará las Guerras de Unificación.

 

Su reparto entre Prusia y Austria constituyó frecuentes disputas, iniciándose el conflicto en 1866 cuando Prusia sugirió crear un parlamento alemán elegido por sufragio universal masculino, a sabiendas que Austria no lo aceptaría, al mismo tiempo que aseguraba la neutralidad de Napoleón III en caso de guerra y firmaba un tratado de defensa con el Reino de Italia.

 

Indexnet Santillana, http://www.indexnet.santillana.es/rcs/_archivos/Recursos/geografiahistoria/ h05.pdf

Indexnet Santillana http://www.indexnet.santillana.es/rcs/_archivos/Recursos/geografiahistoria/ h05.pdf

Austria contó con el apoyo de los estados alemanes cuando Prusia invadió Holstein, situación que se revirtió tras la incursión del ejercito prusiano en territorio austriaco y su victoria sobre las tropas austriacas en Sadowa, lo que obligó a Austria a firmar la Paz de Praga, que concluyó con la anexión de Holstein a Prusia, la organización de la Conferencia Germánica del Norte y el cambio en la estructura del territorio austriaco, convertido ahora en Imperio Austro- Húngaro.

 

El siguiente paso de Bismarck fue firmar, en 1867, una alianza militar y acuerdos comerciales con los estados alemanes del sur, con la intención de preparar el terreno para la futura integración del II Reich (se consideraba que el primero había sido el medieval Sacro Imperio Romano Germánico; el tercero lo formaría Hitler).

 

La tercera etapa en el proceso unificador alemán se presentó con motivo de la propuesta del jefe de gobierno provisional español, general Prim, en febrero de 1870, para nombrar como rey de España al príncipe de origen alemán Leopoldo de Hohenzollern, que fue rechazado por Napoleón III, con lo que estalló la Guerra Franco- Prusiana.

 

La victoria prusiana de Sedán, la destrucción del ejercito francés en Metz, la capitulación de París y la incorporación de los territorios franceses de Alsacia y Lorena al siguiente año, dieron fin al Imperio de Napoleón III y formalizaron el nacimiento del Imperio Alemán.

La segunda revolución industrial

Imperialismo

La nueva expansión colonial

Pugnas y alianzas entre las potencias

Desarrollo del movimiento obrero

La aparición de la sociedad de masas

Referencias

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