Programa de Cómputo para la Enseñanza: Cultura y Vida Cotidiana: 1920-1940

Historia de México II Segunda Unidad: Reconstrucción Nacional e Institucionalización de la Revolución Mexicana 1920-1940

Las Artes Plásticas en el México Posrevolucionario 1920 a 1940

Propósitos: Valorar algunas manifestaciones socioculturales influidas por el nacionalismo revolucionario y su impacto sociocultural

Mayo de 2012

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La pintura mural

 

El desarrollo de este arte pictórico tuvo sus antecedentes, relacionados con la politización de sus principales exponentes al agravarse el conflicto entre los principales caudillos, al rendirse el ejército federal huertista. De acuerdo con Azuela (2008: 112-116), un grupo de artistas plásticos se incorporó en Orizaba al carrancismo a finales de 1914, por sugerencia del mismo Álvaro Obregón y de Gerardo Murillo (el Dr. Atl), para apoyar en tareas de propaganda la lucha en contra de los ejércitos campesinos que apoyaban el gobierno de la Convención de Aguascalientes; entre ellos se encontraba David Alfaro Siqueiros. La tarea principal consistió en la edición de un periódico, La Vanguardia, que señalaba claramente su línea política:

 

En estos momentos un periódico debe tener la misma misión exclusivista de un rifle: hacer triunfar la Revolución. [Bravo, 2006]

 

Entre los dibujantes de esta publicación encontramos a José Clemente Orozco, Francisco Romano Guillemín, Miguel Ángel Fernández, Francisco Valladares, y el propio David Alfaro Siqueiros.

 

Mientras el grupo de intelectuales asociados al carrancismo retomó sus actividades artísticas al ser recuperada la ciudad de México, Siqueiros se incorporó a la lucha armada en contra del Villismo con el Ejército de Occidente, al mando del general Manuel M. Diéguez; en una brillante carrera que en dos años le permitió ascender de soldado raso a capitán e integrante del Estado Mayor de Diéguez. Para 1919 era el canciller del Consulado General de México en Barcelona y junto con Diego Rivera, en 1921, elaboró en París el manifiesto Tres llamamientos de orientación artística actual a los pintores y escultores de la nueva generación, en donde perfilaban nuevas formas y expresiones artísticas que harían explosión en el muralismo mexicano cuando en 1922, a su regreso a México, se incorporó al grupo de muralistas que trabajaba en la Escuela Nacional Preparatoria.

 

Una vez designado el Rector de la Universidad Nacional José Vasconcelos como Secretario de Educación Pública, en 1921, le pidió a los pintores Montenegro y Xavier Guerrero la decoración de pilastras, arcos y bóvedas de un salón ubicado en el Colegio de San Pedro y San Pablo (actual Museo de la Luz) en la ciudad de México, quienes pintaron los murales: Árbol de la Vida (Montenegro), El Zodiaco (Guerrero). Además del diseño de vitrales que fueron diseñados por el propio Montenegro y Guerrero, y elaborados por Enrique Villaseñor, obras que se inauguraron en febrero de 1922; de los cuales comenta Fell (1989: 422-423), que recibieron nombres que expresan su carácter decorativo: Vendedora de pericos y El jarabe tapatío.

 

 

Roberto Montenegro El árbol de la vida [1922]. Ábside del ex Templo de San Pedro y San Pablo. Foto: Pedro Cuevas, Archivo IIE-UNAM

Roberto Montenegro El árbol de la vida (detalle) [1922]. Ábside del ex Templo de San Pedro y San Pablo

 

Este último tema había sido abordado por los pintores viajeros en los años posteriores a la Independencia, como Mauricio Rugendas y Carl Nebel, comenta Ochoa (2000), quienes lo consideraron un tema típicamente mexicano; el cual, con este nuevo interés nacionalista, señala Florescano (2005: 314-316), ocuparía desde entonces un lugar de primordial, como cuadro estético obligado, en todas las ceremonias oficiales en el país.

 

Vitral Vendedora de pericos de Roberto Montenegro y Xavier Guerrero en el Colegio de San Pedro y San Pablo de la Ciudad de México

Vitral Jarabe Tapatío de Roberto Montenegro y Xavier Guerrero en el Colegio de San Pedro y San Pablo de la Ciudad de México

 

El interés por los temas rurales costumbristas y el estudio de las artesanías se multiplicó entonces, el político y pintor Gerardo Murillo el Dr. Atl, publicó una obra profusamente ilustrada: Las Artes Populares en México [1921: 316]; en donde consideró que su conocimiento y preservación eran fundamentales, ya que:

 

… representaban un valor estético innato y profundo, respondían a necesidades sociales absolutamente vitales y sus técnicas, modelos y estilos constituían una verdadera cultura popular.

 

En ese mismo año de 1921, Diego Rivera recibió el encargo, al lado de José Clemente Orozco, Roberto Montenegro, Fermín Revueltas, Jean Charlot y Pablo O’Higgins, entre otros, de pintar los corredores y el anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria (Antiguo Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México), cobrando por metro cuadrado, como pintores de brocha gorda [Del Conde y Franco (2001)]. Al término de esa obra Rivera pintó un conjunto de 235 frescos en el nuevo edificio de la Secretaría de Educación Pública, terminado en 1922. Entre 1923 y 1928, decoró los muros de los corredores de los tres pisos, cubos de escaleras de elevadores del primer patio (Patio del Trabajo), y en los tres niveles del segundo patio (Patio de las Fiestas), sobre diversos temas con fuerte contenido social. Así tendría origen lo que ahora conocemos como La Escuela Mexicana de Pintura.

 

Que desarrolló como una sinfonía didáctica, a lo largo de 26 murales del tercer piso, sobre el tema de la lucha del pueblo mexicano por sus demandas. Obras que deben apreciarse siguiendo el orden determinado por el texto de las estrofas de tres corridos: La Balada de Zapata, La Revolución Agraria de 1910 y Así será la Revolución Proletaria; que a lo largo de un friso superior enlaza cada una de sus partes. Las representaciones constituyen una alegoría de la Revolución Mexicana, además de una crítica mordaz a los opositores y detractores del muralista, donde destacan los murales El arsenal, cuyas figuras centrales son Frida Kahlo y David Alfaro Siqueiros, y Los sabios, que incluye de espaldas a José Vasconcelos, reflejando el antagonismo ideológico que se había generado entre éste y Rivera.

 

La Creación en la Escuela Nacional Preparatoria. Diego Rivera [1922]

 

En estos murales contó con el apoyo de Jean Charlot, quien pintó los escudos de los estados de la República, y la colaboración de Xavier Guerrero, quien elaboró las pinturas de las sobrepuertas; Amado de la Cueva pintó los frescos El torito y Los Santiagos, mientras que Montenegro decoró el despacho del secretario [SEP, 2010].

 

A finales de 1923 Siqueiros publicó con Charlot diversos artículos periodísticos con el seudónimo de Ing. Juan Hernández Araujo, entre julio y agosto, en donde exponían sus tesis sobre la cultura popular; posteriormente, junto con Diego Rivera y Xavier Guerrero constituyeron el Sindicato de Obreros Técnicos Pintores y Escultores (Siqueiros et al., 1923), que planteaba una forma de arte comprometido con los problemas sociales y políticos del momento, por lo que sus obras debían ser públicas, didácticas y propagandísticas.

 

Sin embargo, y a pesar del apoyo inicial dado a Plutarco Elías Calles en contra de la rebelión delahuertista, debido a las críticas de estos artistas al nuevo gobierno callista durante 1924, en el periódico El Machete,(1) donde se incluían contribuciones de Diego Rivera, José Clemente Orozco, Xavier Guerrero y el mismo Siqueiros entre otros, aunado al problema presupuestal derivado de los gastos en la represión militar al levantamiento delahuertista, se suspendió el patrocinio y la difusión artística;(2) por lo que estos artistas continuaron sus tareas en diversos sitios: Xavier Guerrero y Siqueiros pintaron murales en la Universidad de Guadalajara, bajo el amparo del gobernador de Jalisco, José Guadalupe Zuno; Jean Charlot trabajó como dibujante para la Fundación Carnegie en las excavaciones arqueológicas de Chichen Itzá; Fernando Leal, Fermín Revueltas, Ramón Alva de la Canal y Gabriel Fernández Ledesma atendieron labores de enseñanza en las Escuelas al Aire Libre; mientras que Orozco no pudo terminar sus frescos de la Preparatoria hasta 1926. El único pintor que continuó recibiendo el apoyo gubernamental fue Rivera, quien prosiguió creando este tipo de obras, mientras que el propio sindicato de artistas se disolvía y el periódico pasaba al control del Partido Comunista Mexicano, al decir de Lear (2006), debido a que:

 

…los periodistas-artistas se habían peleado entre ellos y con el gobierno.

(1) Apareció en marzo de 1924 [Lear, 2007: 118]

(2) Por los salarios que recibieron los pintores podemos conocer el monto del subsidio gubernamental. Jean Charlot, autor del mural Masacre en el Templo Mayor en la Escuela Nacional Preparatoria (1923) y de otros tres frescos, percibió un sueldo de ocho pesos diarios, del 11 al 20 de Julio de 1922, como Inspector de Dibujo de las Escuelas del Ayuntamiento (dependientes de la SEP), además de otros 200 de la Escuela Nacional Preparatoria, como pago por sus obras. [Charlot [Morse y Charlot (editores), 2000]

 

Diego Rivera El arsenal

Los sabios [SEP 1928]

El sueño. La noche de los pobres [SEP 1928]

 

En 1926 Rivera inició la decoración de los muros del Salón de Actos de la Escuela Nacional de Agricultura, antigua capilla de la ex Hacienda de Chapingo, Estado de México, con los murales: La Tierra en el Salón de Actos y Aquí se enseña a explotar la tierra, no a los hombres, en el pasillo y cubo de la escalera del edificio principal.

 

Entre 1929 y 1945 realizó las pinturas murales La Historia de México en la escalera central y el corredor del segundo piso del Patio Central del Palacio Nacional; entre 1929 y 1930 pintó los muros y diseñó los vitrales del antiguo Salón de Actos y el Laboratorio Central del edificio de la Secretaría de Salud; y en 1934 el mural El Hombre controlador del Universo y el tríptico móvil de carácter satírico Carnaval de Huejotzingo en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.

 

Diego Rivera El reparto de tierras [1924] Universidad Autónoma de Chapingo, México

Diego Rivera El Antiguo Mundo Indígena [1935] Palacio Nacional

 

Diego Rivera El Hombre controlador del Universo [1934] Palacio de Bellas Artes

Diego Rivera Esclavitud de los indios [1930] Palacio de Cortés en Cuernavaca, Morelos

 

José Clemente Orozco pintó un conjunto diverso de 22 murales en la Escuela Nacional Preparatoria, sobre la pared norte, en los tres pisos que dan al Patio Grande y en el cubo de la escalera del edificio.

 

José Clemente Orozco La trinchera [1926] Escuela Nacional Preparatoria

José Clemente Orozco El banquete de los ricos [1923] Escuela Nacional Preparatoria

 

En la antigua Iglesia de Jesús Nazareno, donde se estableció el primer hospital creado en América por Hernán Cortés, actual Hospital de Jesús en la Ciudad de México [1944], pintó escenas referidas a la Conquista y una versión moderna del Apocalipsis en la bóveda y muros del coro de la iglesia.

 

José Clemente Orozco La Catarsis (Katharsis) Palacio de Bellas Artes [1935]

 

Orozco Omnisciencia [1925] Palacio de los Azulejos (Sanborns)

 

En el edificio de la Suprema Corte de Justicia pintó el conjunto de tres murales que decoran la escalera: Luchas Proletarias, La Justicia y Riquezas Nacionales. Para el Palacio de Bellas Artes pintó el mural Katharsis, donde expresó su repudio por la crueldad y corrupción de la sociedad moderna.

 

Entre 1936 y 1937 decoró la cúpula y el coro del Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, el Aula Magna, con los murales: El Hombre creador y rebelde y El pueblo y los falsos líderes. Entre 1937 y 1938 decoró el Palacio de Gobierno del Estado de Jalisco, en Guadalajara, con tres murales: La Independencia Nacional, Hidalgo y Las fuerzas tenebrosas y el circo político.

 

Entre 1938 y 1939 realizó una enorme obra en el edificio del Antiguo Hospicio Cabañas construido por el arquitecto español Manuel Tolsá, actual Instituto Cultural Cabañas de la Ciudad de Guadalajara, sobre ocho pequeñas bóvedas y una enorme cúpula, donde pintó 14 tableros con un total de 1,250 m2 de murales al fresco: La Humanidad, La conquista española y El hombre en su afán de superación; mientras en la cúpula pintó El hombre en llamas.

 

Orozco La conquista española de México-Caballo bicéfalo [1939] Hospicio Cabañas en Guadalajara

 

Orozco El hombre en llamas [1939] Hospicio Cabañas

 

David Alfaro Siqueiros se inició como muralista entre 1923 y 1924, en los trabajos de decoración de la Escuela Nacional Preparatoria de la Ciudad de México, donde pintó a la encáustica El Espíritu de Occidente (también conocido como Los elementos), y el fresco Los mitos; además del mural El entierro del obrero sacrificado, y otro fresco sin terminar, conocido como El llamado de la Libertad. En el local del Sindicato Mexicano de Electricistas, en la actual calle de Antonio Caso de la Ciudad de México, realizó en 1939 el mural Retrato de la Burguesía, en tres muros y el techo de la escalera.

 

Siqueiros El Espíritu de Occidente [1924] SEP

Siqueiros Retrato de la burguesía [1940] Sindicato Mexicano de Electricistas

 

Roberto Montenegro colaboró en la decoración del nuevo edificio de la Secretaría de Educación Pública, en 1923, con el mural La sabiduría, pintado en el muro norte del despacho del secretario. En lo que fuera el Templo de la Encarnación en el muro poniente, que corresponde al ábside del templo, realizó en 1924 un fresco titulado Por la Unión de América Latina.

 

Fermín Revueltas Alegoría de la Virgen de Guadalupe [1923] Escuela Nacional Preparatoria

Roberto Montenegro La sabiduría [1923] SEP

 

 

Fermín Revueltas plasmó el mural Alegoría de la Virgen de Guadalupe en la Escuela Nacional Preparatoria, entre 1922-1923; en 1934 diseñó el vitral Jalando rieles, para el Centro Escolar Revolución, y el mural Alegoría de la producción, para el Banco Nacional Hipotecario y de Obras Públicas (que desde 2000 se encuentra en el Centro de las Artes Pinacoteca, en Monterrey, Nuevo León).

 

 

 

Revueltas Jalando Rieles [1934] Centro Escolar Revolución

 

 

 

Revueltas Alegoría de la producción [1934] Banco Nacional Hipotecario y de Obras Públicas

 

 

 

Charlot La Matanza en el Templo Mayor

 

Jean Charlot fue asistente de Diego Rivera y pintó su primer mural en la escalera de la Escuela Nacional Preparatoria La Matanza en el Templo Mayor, además de Las lavanderas y Los cargadores; para dedicarse posteriormente a ilustrar los murales prehispánicos de las excavaciones de Chichén Itzá, dirigidas por el arqueólogo estadounidense Sylvanus Morley, de 1926 a 1929.

 

 

Charlot Las lavanderas

 

 

 

Los pintores en la SEP [ca. 1923]

Charlot Los cargadores

De esta manera, el muralismo mexicano adquirió gran importancia y se difundió en otros países, con base en sus características iconográficas, los elementos pictóricos de tipo nacionalista y la utilización de otros de tipo revolucionario, presentes en el imaginario social ante el fortalecimiento de los tipos mexicanos derivados del contexto nacional cercano que había impulsado la Revolución Mexicana, además de los internacionales que se vislumbran como utopías deseadas, a partir de la Revolución Soviética.

 

Otro elemento distintivo para la relevancia artística del muralismo se encuentra en la integración de la resolución formal en sus obras, esto es, la interacción de los elementos que incorpora el autor y su relación con el mundo exterior, de agitación ideológica en torno de la transformación que ha tenido el país y el rumbo que está tomando la nación durante estos procesos de reconstrucción institucional, del que el espectador forma parte.

 

A favor o en contra, pero movilizado ideológicamente en torno de un pasado no deseado, el Porfiriato que terminó con el movimiento armado; un presente que requiere de la participación de todos, y un futuro prometedor de industrialización y modernización que se promete con los gobiernos posrevolucionarios de los años de las décadas de 1920-1930.

 

Sin que durante su fase inicial existiera un cuerpo de teorías o modalidades pictóricas comunes, salvo la apreciación de varios de sus autores sobre la gran tradición nacional del muralismo desde época prehispánica, la cual en su época seguía vigente en el decorado de los sitios populares de reunión cotidiana, las pulquerías, además de que todos ellos compartían las teorías marxistas, que expresaron, señalan Del Conde y Franco (2001):

 

…de acuerdo a su individualidad estilística y bajo los presupuestos temáticos se relacionaban con la fase armada de la Revolución, las escenas de la conquista, el poder omnímodo de la Iglesia durante la vida colonial, la lucha de clases, las costumbres, mitos y ritos, las fiestas populares, la geografía, el paisaje, las etnias y el pasado prehispánico.

 

Diego Rivera Mecanización del campo [1926]

 

Pulqueria Charrito Foto de Edward Weston [ca. 1926]

 

Mural en una pulqueria de la calle Rayón. Foto de Edward Weston [1926]

 

Mural en una pulqueria. Foto de Edward Weston [1926]

 

Durante esta etapa temprana de la reconstrucción institucional del país, en la década de los años de 1920, época de inestabilidad política continua por la manifestación de continuos amagos de golpes de Estado (la insurrección del ejército con el Plan de Agua Prieta en 1920; la rebelión conducida por el general Adolfo De la Huerta a finales de 1923; la encabezada por los generales Roberto Serrano y Arnulfo R. Gómez en 1927; y la encabezada por José Gonzalo Escobar en 1929); la sensibilidad de algunos intelectuales que se manifestó en la ilusión de que podían influir en el decurso de los acontecimientos después del asesinato de Álvaro Obregón, como la habían hecho durante el gobierno de Francisco I. Madero y el golpe de Estado de Victoriano Huerta, por lo que encontramos a un José Vasconcelos que se atrevió a buscar con un movimiento ciudadano la Presidencia de la República, en 1929, en un país bajo un contexto de militarismo y sus caudillos, que transitaría en medio de convulsiones y asesinatos de sus rivales políticos hacia los inicios del corporativismo mexicano con la creación del Partido Nacional Revolucionario.

 

Por otra parte los artistas cercanos al marxismo, y más o menos ubicados políticamente dentro la aceptación del grupo triunfante durante la reconstrucción nacional de la posrevolución, construirían otras utopías sociopolíticas mediante la creación de un arte monumental y público con sus pinturas, esculturas y obras arquitectónicas de interés social.

 

Por medio del cual anunciaban un futuro socialista para el país, dentro de un contexto pacífico de modernización, lo que los hacía aliados del proyecto de reconstrucción impulsado por los gobiernos de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, durante el Maximato y a lo largo del Cardenismo y su herencia corporativa; ya que como señala Hijar (2008), en ocasión de la construcción del Mercado Abelardo L. Rodríguez, proyecto presidencial de 1932, se requirió de su participación ya que con esta obra se buscaba y se consideraba que era necesario:

 

Romper con las prácticas del tianguis, instaurar la modernidad con la evidencia de los materiales constructivos industriales y una organización de servicios públicos innovadores de salud y esparcimiento se concibió como parte de un gran proyecto educativo que no podía llevarse adelante sino con la participación de los muralistas de izquierda encabezados por distinguidos comunistas participantes en las Misiones Culturales, transformadas bajo la orientación socialista de Narciso Bassols en educación integral contra el caciquismo, el fanatismo religioso y la modernización del campo mediante el impulso de las escuelas tecnológicas. Hubo entonces un punto de encuentro entre una necesidad de Estado y la línea popular, cualquiera que ésta fuera, practicada por los comunistas y la izquierda que los seguía.

 

Generales Eugenio Martínez, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Francisco Serrano

 

En sus obras, integradas con temas en los que se percibía lo que era o lo que debía de ser la esencia de la mexicanidad, mediante alegorías y simbolismos fáciles de descifrar por la población en general al estar expuestos en los edificios públicos, se proporcionaba a la gente de los elementos gráficos de esta nueva ideología nacionalista; por lo que integra el muralismo mexicano, al decir de Del Conde y Franco (2001) apoyados en Charlot, un Renacimiento Mexicano.

 

Sus obras se realizaron también en un contexto de fortalecimiento científico, producto de los resultados de las investigaciones arqueológicas del Valle de Teotihuacán, dirigidas por Manuel Gamio, que fortalecieron la necesidad por interesarse en lo nacional, lo indígena y lo regional. Además de afirmar la validez de los planteamientos de estos intelectuales sobre la persistencia de unos valores nacionales cuya antigüedad se trasladaba hasta el pasado prehispánico y su historia, que obligaba al renacimiento del interés por la diversidad etnológica y geográfica de la nación, por el estudio de la riqueza en la expresión de sus tipos populares, los colores de sus comunidades y pueblos, de sus fiestas, además de la riqueza de su variada producción artesanal, que integrarían los elementos característicos de la producción artística e intelectual de esta época.

 

 

En donde el centro que se marcaba era la propia Revolución Mexicana, que por su naturaleza rechazaba el pasado porfirista, señalaba un presente de una necesaria reconstrucción de la sociedad y de modernización del país, y anunciaba una época que ofrecería mejores condiciones de vida para sus habitantes.

 

Cuya visión fue incluso aceptada en su momento por el gobierno estadounidense de Franklin Delano Roosvelt y su movilización socioeconómica, el New Deal (Nuevo trato), creado en ese país para enfrentar la depresión económica y el desempleo durante la crisis económica mundial, por lo que varios de los muralistas mexicanos pintarían diversas obras en esa nación en la década de los años de 1930, dentro del Federal Art Project.(2)

 

 

Diego Rivera Detroit Industry [1933] Salón Rivera del Detroit Institute of Arts (3)

(3) El Proyecto Federal de las Artes (Federal Art Project) de los EUA, desarrollado entre 1935-1943 con artistas desempleados, buscó impulsar la producción de grabados, y pinturas y murales en edificios públicos. Incluía, además de la producción artística, la investigación e instrucción, y creó más de 200 mil empleos, además de incrementarse la producción artística en los años de 1930.

(4) Durante la persecución anticomunista de intelectuales estadounidenses en los años de la década de 1950, existía un letrero de advertencia a la entrada del Salón Rivera del Detroit Institute of Arts que señalaba: La política y la publicidad de Rivera es detestable… Vino de México a Detroit, pensando en nuestras industrias de producción en masa y en nuestra excitante y maravillosa tecnología, que pintó como uno de los más grandes logros del Siglo XX… Rivera contempló y pintó la importancia de una ciudad relevante en el mundo como Detroit. Si estamos orgullosos de los logros de esta ciudad, debemos estar orgullosos de estas pinturas, sin perder nuestra cabeza con lo que Rivera está haciende en estos momentos en México. [Smith, 1994]

 

Referencias


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