Semblanza de una brillante abogada del futuro


Alumna de la materia de Ciencias Politicas y Sociales

La escuela es una institución social en la que los actores sociales más importantes son los alumnos; ahí, aprenden más valores aparte de los que ya se les inculcan en sus hogares. La escuela brinda la oportunidad de que los niños desde una corta edad se introduzcan en la sociedad, conociendo y acatando las normas que la sociedad impone para una buena conducta y forma de socialización, se formen ideas de cómo es la vida fuera de sus casas y de expectativas de qué quieren ser en un futuro, a qué se quieren dedicar y cómo llegar a cumplir sus metas. En este artículo se aplica el concepto weberiano de acción social a esta institución social, la escuela.

Acción social es una acción en donde el sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orientándose por ésta en su desarrollo (Weber, 1922). Este concepto fue usado por el sociólogo Max Weber en su obra titulada Economía y Sociedad. (1)

Como actor social en el sistema social de la escuela soy yo, Salem, una adolescente que cumple el rol de alumna en el Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Vallejo, que cada semestre trata de obtener buenas calificaciones, la expectativa de querer tener un buen futuro, pues mis deseos son obtener y ejercer el título de licenciada en Derecho, y así poder sobresalir en la sociedad, lograr ser una buena abogada y poder conseguir una calidad de vida óptima cuando sea adulta, laborar en un lugar que me brinde buenos ingresos y sea muy provechoso, aunque para ello he tenido que pasar por otros fines intermedios: hasta el momento, por lo que a mí respecta, un año de guardería, tres de preescolar, seis de primaria, tres de secundaria y por el momento, tengo que terminar mis tres años de bachillerato y, entonces, he de llegar a la universidad y cumplir mi fin principal. Puedo decir que mi acción social es racional con arreglo a fines, es decir, está determinada por expectativas en el comportamiento tanto de objetos del mundo exterior como de otros hombres, y utilizando esas expectativas como “condiciones” o “medios” para el logro de fines propios racionalmente sopesados y perseguidos. (2)

En base a mi carrera, me gustaría ejercer en una firma de abogados, ya que un trabajo como éste sería una gran oportunidad, donde por lo menos que me preocuparía sería por situaciones financieras de mi casa. Quiero que mis padres puedan descansar del trabajo, que ellos ya no se inquieten por lo que haga falta o no en casa y su única angustia sea el vivir bien y de forma cómoda. El que yo me convierta en una abogada representaría la retribución de valores que deseo dar a mis padres, como el ser siempre respetuosa, sincera, responsable, honrada y, sobre todo, justa, porque en un futuro yo formaré mi propia familia y para ella también querré asegurar un bienestar, esto ya sería una acción social con arreglo a valores.

Mi forma de pensar sobre mi vida y mi futuro estuvo institucionalizada desde pequeña por otros actores sociales que interaccionaban conmigo, mis padres, pues al ver la forma de vida en la que me encontraba, siempre me decían “estudia para que algún día tú puedas tener una vida mejor de la que tienes ahora”, en un interaccionismo simbólico como el que Talcott Parsons maneja: “Una pauta de valor… se encuentra siempre institucionalizada en un contexto de interacción”. (3) Gracias a esto, cada año escolar, trataba de ser una de las mejores y sobresalir ante mis compañeros, en el preescolar fui parte de la escolta escolar y durante toda la primaria fui una alumna con calificaciones de 9 en adelante; cuando llegué a sexto grado de primaria formé parte de la escolta escolar nuevamente, en la secundaria de igual forma tuve la oportunidad de serlo, pero lo rechacé, y así llegué al CCH con un buen número de aciertos en el examen de COMIPEMS.

El tener buenas calificaciones en esta etapa de mi vida escolar es muy importante, tengo muchas inspiraciones y motivaciones del por qué querer ser abogada y tener un buen futuro, comenzando por mi estatus económico, mi familia no es pobre pero tampoco es adinerada, somos una familia promedio, pero a veces tenemos dificultades financieras; otro ejemplo es que algunos miembros de mi familia que no pudieron o no quisieron tener una carrera universitaria y su vida se ha visto muy afectada a causa de esto.

La escuela y la familia son instituciones que están muy ligadas, ya que si un menor no tiene apoyo de su casa para los estudios su futuro se verá afectado en gran manera, es posible que lo lleve a acciones desastrosas. En México, muchos alumnos no tienen oportunidad de terminar la universidad por diversos motivos, por ejemplo, en 2015 se hizo un estudio sobre la deserción universitaria: durante los últimos 15 años a partir de los años 2000 el índice de deserción se ha ubicado entre el 7.5% y 8.5% a escala nacional, las causas son los problemas económicos por los que deben trabajar, problemas familiares, de salud o maternidad. (4)  Una vez escuché una frase que se relaciona mucho con esto: “estudiar sin la necesidad de trabajar y tener el apoyo de los padres es todo un privilegio”, algo que me dejó pensando y me hizo saber que mi vida es privilegiada en comparación de otras personas y que debo aprovechar el apoyo que tengo de mis papás.

Además, el hecho de que al terminar la secundaria nos tenemos que pelear por un lugar en un plantel de bachillerato de prestigio, como son las pertenecientes a la UNAM, que brindan la gran oportunidad de entrar a la universidad más reconocida de México y así estudiar con una gran facilidad económica, es algo que no todos pueden obtener. Por lo que para mí el mantener buenas calificaciones es muy importante, pues tuve la fortuna de obtener este lugar en el CCH y no me gustaría perderlo, ya que tengo la manera de entrar a la universidad de forma automática, para ser alguien de quien mis padres se puedan sentir orgullosos y vean que todos sus esfuerzos no fueron en vano, que el levantarse muy temprano cada mañana tuvo una buena inversión de tiempo; en pocas palabras, quiero devolverles todo lo que hicieron por mí pero con creces. Además, quiero llegar a ser como lo que me sirvió de inspiración o tal vez llegar a ser alguien aún mejor, luchando contra las adversidades que se presenten durante mi camino, usando como arma mis conocimientos y mi carrera universitaria.

El CCH Vallejo es un lugar magnífico en muchos sentidos, cuando estoy en el plantel me siento libre, porque ahí me puedo desenvolver, ahí puedo ser yo misma, ahí me siento tranquila, relajada, pero sobre todo feliz. El CCH es ese espacio en el que aparte de aprender académicamente aprendo también a conocerme a mí misma, no estuve mucho tiempo en el plantel, sólo he podido disfrutar del campus alrededor de siete meses, que por cierto fueron maravillosos, aprendí muchas cosas, conocí muchas personas que ahora son especiales y esenciales en mi vida, además, es un lugar muy especial para mí porque fue algo por lo que me esforcé, porque es una gran oportunidad para entrar a la universidad; tan sólo el hecho de ya estar ahí me hace saber que ya logré algo grande, ya soy parte de la UNAM, y con un buen promedio, mucha decisión y esfuerzo me da el pase para lograr mis sueños, el sueño de ser una brillante abogada. 
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