Omar Gael Moreno Navarrete
En el primer semestre de bachillerato, una profesora, al estar tratando como tema a algunos personajes que han pasado por la Historia, presentó a uno de ellos como alguien digno de admirar y prácticamente como un héroe, pues la maestra era simpatizante de ideas de este dictador, compartiéndolas con todo el salón como ideas que benefician a la sociedad y tratando de influir en nuestra ideología sobre distintos aspectos. Esto me sorprendió porque lo que yo conocía de este político no eran precisamente buenas referencias; para comprobar que tan cierto era lo que la profesora afirmaba decidí investigar por mi cuenta y una vez más los resultados encontrados no reflejaban a ningún héroe, ni mucho menos a alguien admirable. Ahí es cuando me di cuenta de la manera en que muchos de nuestros profesores nos intentan adoctrinar y nosotros lo permitimos. Por suerte, yo rectifiqué esos comentarios de la profesora, pero ¿y mis compañeros? Muchos de ellos seguramente siguen pensando que estás figuras son maravillosas para la Historia, e incluso algunos tratarían de replicar las mismas ideas, pues su misma profesora las consideraba correctas. Es gravísimo que denominemos héroes a ciertos personajes solamente porque algunas personas los tienen como ídolos, así como esta profesora, esto hace que estas ideas queden en nuestro capital cultural y lo sigamos compartiendo con más gente. Esta es una gran confusión que tienen los profesores acerca de la libertad de cátedra, si bien, la universidad es una escuela plural en cuanto a pensamiento se refiere, el rol del profesor es educar y enseñar acontecimientos de la Historia en este caso, no deben adoctrinar ni manipular a sus alumnos.
La escuela es una agencia de socialización y el docente es el profesional que cumple con dicha función social. Entre las funciones principales de la escuela se cuentan:
1.- Dirigir la labor educativa basada en el conocimiento, la aceptación y la comprensión de las etapas y características de los escolares, orientándola hacia formas socialmente aceptables de autoafirmación.
2.- Fortalecer la continuidad histórica de la cultura nacional, mediante sus nexos con la comunidad, la familia y las instituciones sociales, que favorezcan sus funciones educativas.
3.- Contribuir a formar un ciudadano con valores.
4.- Propiciar procesos de apropiación de contenidos significativos que contribuyan a la formación científico-técnica, humanista y práctica acorde con las necesidades sociales, grupales e individuales. (2021, Educalink)
En ningún caso se menciona adoctrinar o influir de tal manera en las ideas de los alumnos; se aprovechan de su estatus dentro de la institución y de nuestro pobre pensamiento crítico a esta edad para implantar ideales que ellos representan. Sin mencionar que muchas veces los alumnos que manifiestan un pensamiento diferente a los profesores salen perjudicados principalmente en sus calificaciones o los tratan de manera distinta que tratan a los alumnos que piensan de la misma forma que ellos. Las autoridades de estos profesores deberían estar al tanto de estas actitudes y regularlo, aunque suelen ser ellas los que autorizan que hagan esto. Este es solo un ejemplo de los cientos de casos de adoctrinamiento que existen en la universidad y en todo el país. Es un control social peligroso que puede acabar muy mal, por ser de carácter ideológico. Para evitar este problema, es importante que nosotros como jóvenes empecemos a desarrollar un pensamiento crítico desde ya y buscar muchas más entradas de aprendizaje, no quedarnos solamente con lo que nos deja la escuela y mucho menos no cuestionar a profesores por miedo a tener una mala calificación, pues lo que en verdad es importante es el aprendizaje.
Ilustración de Sherlyn Berenice De Anda Sánchez
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