En tenebras mi día.

 
PERDI MI CELULAR
 
Linda Adamaris Palma Terreros
Joan Sofía Ravelo Velázquez
Lizeth Areli Reyes Castillo
 

 
I.- PARA ESCUCHAR MÚSICA.

Martes 19 de Enero, una mañana muy fría cuando escuché ese retumbante sonar de la alarma, apenas pude ver la hora; eran 4:40 am por lo que decidí apagarla y como cualquiera, decidí volverme a reconciliar con las sábanas algunos minutos más.
Al cobrar conciencia pude percatarme que ya eran más de las 5:40 am, cuando yo tenía que estar lista para salir de casa a las 6:00 am.
Como pude me vestí, me  peiné, tome una manzana y salí corriendo de casa directo al coche de papá, el cual estaba a punto de arrancar.
Sofocada por el tiempo y por el tráfico me puse un tanto nerviosa, ya que mi profesor de la primera hora haría una evaluación a las 7:15 am a más tardar; traté de relajarme y puse algo de música a través Spotifyfiveen el celular, aunque sabía que ya no dejaría pasar a nadie.
Cuando casi llegábamos a la escuela, tome mi celular para ver la hora: 7:05 am.
-¡Listo cariño!, hemos llegado.
Agarré mis cosas y abrí la puerta del auto.
-Nos vemos, cuídate.
Traté de bajar lo más rápido posible, pero me atoré con el cinturón y se cayeron todas mis cosas.
Que cosa tan más genial, ¿no?
Como pude las recogí y salí disparada, ni siquiera cerré la puerta del auto.
Corrí por todo el CCH, hasta llegar al edificio L.
Al llegar a las escaleras, me di ánimos y corrí lo más veloz posible, pero al llegar a la puerta del salón no estaba mi profesor, me extrañó mucho que él no estuviera, siempre era puntual y nunca faltaba; dudando de su inasistencia encontré a Wendy:
-¡Hola Wendy!, ¿cómo estás? - dije con falta de aire.
- ¡Hola Sofí!,  - Respondió con una gran sonrisa
- Oye, ¿en dónde está el profesor? Por lo visto no ha llegado. ¿Qué no se supone que haría evaluación?
-Pues me llamó como por eso de las 7:10 am y dijo que lo disculpáramos, pero no llegaría porque tuvo una emergencia médica.
-¿Qué? Yo que venía corriendo, ¡casi me doblo un tobillo en las escaleras!, qué coraje, pero bueno, deberíamos ir a desayunar, ¿sí?
-Sí, ¡vamos Sofí!
Me sentía aliviada, ya que tendría más tiempo para estudiar, pero al mismo tiempo, estaba molesta, pude haber dormido dos horas más y aligerar el cansancio, pero no, tuve que venir en vano, Wendy me advirtió que ya pronto serían las 9:00 y me fui a mi clase de Ciencias Políticas.
 

 
 

II.- COMO CÁMARA FOTOGRÁFICA PARA GUARDAR APUNTES Y NOTAS DE PIZARRÓN.

A pesar de haber llegado tarde, todo me había salido bien y eso me ponía de buen humor.
Al llegar a mi clase en el  V01, me encontré con Linda, Areli, Juan y Miguel para seguir alegrando mi día.
La clase empezó, el profesor pidió que sacáramos las copias que anteriormente nos había entregado y pasó la clase como de costumbre, tanto nos entretuvimos que no nos dio tiempo para copiar lo que el profesor había escrito en el pizarrón, así que se nos hizo fácil tomarle foto para terminar en casa.
Aunque yo preferí tomarle una foto al apunte de Linda, ella siempre apuntaba al momento.
Sin embargo, eso no fue posible, ya que mi desdicha apenas estaba creciendo.
¡No sé cómo!
¡No sé dónde!
Pero ya no traía mi celular, abrí mi mochila y empecé a  buscar mi teléfono, pero tampoco estaba ahí, mi cara se puso pálida y se me hizo un nudillo en el estómago.
¡No era posible! -repetía en mi mente una y otra vez.
Como loca vacíe mis cosas, pero no tuve éxito en mi búsqueda.
Con el corazón exaltado, mi voz temblorosa y mis ánimos decaídos concluí que lo había perdido.
Con la decepción y la tristeza en el pecho, me fui a mi salón de la última hora. Bajando las escaleras me esperaba, como siempre, la persona que me hace más feliz en el mundo: Mauricio.
Sacándome una sonrisa con verlo me dijo:
-¡Hola!, ¿cómo estás? Te llame en la mañana, ¿por qué no contestaste?
Entonces mi ánimo volvió a caer...
-¿Qué pasa, Sofí? - me preguntó, mirándome con preocupación.
A lo que yo respondí:
-Pues verás en la mañana se me hizo tarde y como tenía examen vine muy rápido y al bajar del coche se me cayeron algunas cosas. Todo iba perfecto hasta que me di cuenta que ya no traía mi celular.
Mi novio sólo me abrazó y como todos los demás, me decía que eran cosas materiales y que después tendría otro, pero la costumbre a ese celular era tan fuerte; solo tenía en mente el regaño de mis padres y la pérdida de las fotos personales con mis amigos y de los apuntes en el pizarrón.
 
 
 
 
 
III.- COMO TELÉFONO PARA HACER LLAMADAS Y OBTENER EL NÚMERO DE TUS AMIGOS.

Mauricio me llevó a mi última clase y al termino de ésta, nos dirigimos hacia los torniquetes del metro de Autobuses del Norte. Cuando inserté el boleto en la ranura, recordé que tenía que sacar un libro de biología sobre las teorías de evolución, para hacer un trabajo que tenía pendiente y era para el siguiente día; Por fortuna, Areli estaba ahí haciendo un trabajo de filosofía muy extenso que le llevaría horas emplearlo con su equipo. En primera opción, Mauricio propuso llamarla por medio de su celular  y me hiciera el favor de traérmelo.
Pero… ¡Oh sorpresa!, no me sabia su número y ni cómo conseguirlo en ese momento, por lo que tuve que regresarme a buscarlo yo misma. Cuando al fin lo encontré, ya me hallaba demasiado cansada y fastidiada, así que retomé mi camino, pero ya no tenía boletos para el metro, así que tuve que esperar en una larga fila para poder comprar uno.
 

 
 
 
 
 
IV.- COMO CÁMARA FOTOGRÁFICA PARA OBTENER APUNTES.
 
 A la mañana siguiente desperté y me fui a la escuela, tuve dos clases antes de estadística en el salón W02; mi profesor nos dejó una tarea para la siguiente clase en Excel, la verdad no soy muy buena utilizando ese programa, pero afortunadamente hizo muchos apuntes en el pizarrón, explicando cómo debía de hacerse, al finalizar la clase quería tomar foto del apunte, pero, devuelta en mi realidad, recordé que ya no tenía celular. No me quedó de otra más que anotarlo muy rápido, ya que iba a borrarlo y este trabajo valía como examen parcial.
Para el jueves todo ya vendría siendo tranquilo, aunque aún medio confuso, el simple hecho de no saber la hora para ir a mis clases era insoportable.
Cuando iba llegando a clase de biología, entré un poco nerviosa puesto que no llevaba mi tarea completa, ¡y ella nunca recibía tareas incompletas!, pero podía excusarse con que se me había olvidado, al final de cuentas solo era una investigación de las teorías de evolución.
La maestra comenzó a sellar y al pasar a mi mesa nos dijo:
-    A ver jóvenes su tarea.
-   Lo siento maestra, no la traigo.
-  ¿Por qué Sofía, si tú siempre cumples con todo?
-    Es que se me olvidó.
-    Ay Sofía, lo siento, pero has perdido estos 8 sellos.
Al escuchar la cantidad de sellos perdidos, mi cara se puso pálida, los sellos ayudaban mucho en la calificación porque el cuaderno valía el 40%. En toda la clase no hice más que quedarme pensando hasta que salí.
 
 
 
 
 
V.- COMUNICACIÓN POR INBOX, WHATSSAP Y LLAMADA.
 
Al final de las clases, quedé de verme con unos compañeros de química en la biblioteca, para irnos a un museo. Al llegar me senté en una jardinera a esperar, muchos alumnos del alrededor pasaban con sus celulares al oído, algunos para preguntar por las copias que “X” profesor había pedido, otros para poder encontrar a sus amigos en la enorme escuela y luego estaba yo, una chica que ha estado esperando más de una hora por sus compañeros y que no tiene ninguna manera de contactarlos. Al final tuve que irme sola, buscar muchos compuestos y cosas de química que se suponía nos habíamos repartido para irnos rápido ese día, cosa que no me sucedió, terminé llegando a mi casa a las 6:30 pm.
Al ponerme hacer mi tarea de estadística encendí mi computadora, abrí excel y facebook, de pronto, ví que una compañera de química se había conectado, fue ahí cuando le pregunte por inbox.
-¡Hola! Oye, ¿por qué no llegaron a biblioteca?
-¡Hola! pues todos quedamos por WhatsApp que iríamos mañana. 
-¡Oh! ya veo, es que extravié mi celular y no tengo WhatsApp.
-Lo siento mucho, para la siguiente vez prometo avisarte por aquí.
-Sí, no te preocupes, cuídate, gracias.
¡Era increíble! como por esta incomunicación había perdido bastante tiempo en un museo cuando debía haber terminado antes de las 4:00, pero, en fin, mejor me concentré en mi trabajo en excel.


 
 
 
 VI. COMO CÁMARA PARA TOMAR APUNTES.
 
Al checar mis apuntes, vi que estaban un tanto extraños y que las fórmulas no me salían en la computadora; intenté hacerlas una y otra vez, pregunté y pedí que me pasaran fotos del ejemplo en el pizarrón, pero las fotos se veían algo pixeladas, nada como mi antigua cámara del celular, igual de confundida y sin ningún resultado, me dispuse a hacerlo como pude, ya que era una calificación muy importante para mí.
Para terminar la semana, el viernes por la mañana llegué temprano a mi clase de estadística en el W02 con mis impresiones de excel en la mano, al tomar asiento, mi profesor no demoró mucho en llegar, pasó lista y conforme iba pasándola reviso cada trabajo, cuando fue mi turno comenzó su revisión minuciosamente y al poner la calificación, vi que había puesto un feo 6.5, porque las cantidades no eran las correctas y habían muchas fallas; desconsolada fui a mi lugar, todo esto fue gracias a los apuntes que había tomado mal, las fotos pixeladas y el no poder haberlas tomado yo misma.
 


 
 
VII.- COMO ARCHIVO DE TEXTOS Y DOCUMENTOS PDF.

Enfurecida me fui al V03 a mi clase de Derecho, en donde el profesor, con su gran simpatía, no demoró en decirnos:
-Mis niños, hoy les voy a pedir que saquen su constitución para revisar los artículos del Derecho Penal, a las 10:00 empezamos, tienen una hora para estudiar.
Como era de costumbre, su clase era muy relajada, al estar tan entusiasmada cometí el error de descargar la constitución en archivo PDF y acostumbrarme a no cargarla en mi mochila.
¡Genial! Pensé, sólo esperaba con nervios que no me pasara a exponer a mí.
Al terminar nuestro tiempo de estudio, sacó su lista y de la nada mencionó un nombre al azar con su gruesa voz.
- ¿Quién es Ravelo?
Sofocada por las miradas de mis compañeros y el silencio que había, pensé: en otras ocasiones la hubiera librado bien, porque me apoyaba desde mi celular, pero esta vez, ¿cómo le hago?
Un poco nerviosa, empecé a decirle cosas que recordaba, pero al parecer no fue suficiente para él, ya que me miro y me dijo:
- ¿Sólo eso? Estas decayendo, Ravelo, y se verá reflejado en tu evaluación.
¡Perfecto! -pensé, la pérdida de mi celular y el no estar actualizada tecnológicamente en mi vida escolar, traería consecuencias muy graves en mis evaluaciones.
Traté de relajarme y pasar el mal trago, ya que todavía me vería con mis amigos, habíamos quedado de ir a los bolos. Mauricio era el encargado de ir por mí al salón, pero como el profesor nos había dejado salir media hora antes, decidí ir a buscar a la biblioteca un libro muy bueno que estaba leyendo, así mataría algo de tiempo en lo que Mau iba por mí; al no encontrar mi libro  me puse muy triste, ya que ese libro lo había descargado en PDF y me había quedado hasta la mitad. Ahora iba a tener que esperar ahí en mi edificio sin hacer nada.
 

 
 
 
 VIII.- COMUNICACIÓN POR LLAMADA.
 
Después de media hora, observé que todos comenzaron a salir de sus salones, al ver que mi novio no llegaba le pregunté la hora a una chica;  ya eran cerca de las 11:10 am y seguía sin llegar; todos los demás chicos del CCH platicaban con sus amistades e incluso ya se estaban yendo; mientras que yo seguía esperando.
Apenas dieron las 11:20 am, decidí ir a los pastos del Ñ a ver si de casualidad los encontraba, pero no fue así. Estuve paseando por toda la escuela y nada, no me encontraba a ninguno de mis amigos. Al final, me di por vencida y decidí irme a mi casa, no tenía chiste seguir dando vueltas cuando el colegio era tan grande y sin celular jamás los encontraría.  
 Al llegar a casa me dormí un rato, me levante cuando ya había oscurecido, así que baje a cenar con mi familia, a pesar de no tener muchos ánimos de comer, pero aun así fui.
 - ¿Qué tienes, Sofí? - Preguntó mi madre y yo me puse nerviosa.
¿Cómo decirle que iba a tener bajas calificaciones por culpa de mi celular? Así que sólo me limite a negar con la cabeza.
- ¿Sigues triste por tu celular? –dijo mi hermana con un tono que yo consideré burlón y me molesto un poco, por lo que preferí guardar silencio.
- Deberías cuidar más tus cosas. - Me regañó mi padre y el resto de la cena fue en silencio.
Al acabar no tenía ganas de seguir en la sala, así que preferí subir a mi cuarto pero a la mitad de las escaleras fui llamada por mi padre.
- Debes tener más calma para que las cosas no te salgan mal y termines lamentándote, esta vez tuviste suerte, pero no siempre será así. - En ese momento, sacó mi preciado celular de la bolsa de su pantalón, mis ojos brillaron y mi corazón saltó de alegría. - Estaba debajo del asiento del coche.
Después de un eterno sermón de mi padre, subí a mi habitación y revisé todos los mensajes que tenía. Incluso me puse a hacer mi tarea con más emoción,
¡Ya tenía mi herramienta perfecta y esencial para ponerme al corriente nuevamente y no la iba a desaprovechar!
 
 

La semana siguiente fue mejor; me esforcé al máximo en mis clases y mis maestros reconocieron mis ganas de estudiar, incluso algunos me dejaron repetir los trabajos que me habían salido mal, y con mi celular los hice lo más perfecto posible. ¿Quién diría que la dependencia al celular sería tan fuerte? Es claro que podemos sobrevivir sin la tecnología, pero la vida sería demasiado complicada. La tecnología en todos los ámbitos es fundamental, más en este mundo que se actualiza a cada instante y no nos podemos quedar atrás. Principalmente en la escuela, es mejor tener todas las armas posibles para un mejor aprendizaje.


 
FOTOGRAFÍAS: MARIA FERNANDA AZPILCUETA GARCÍA.
 
Numero de edición: