Discriminación racial en México y la situación de indígenas en el CCH

 
CYNTIA LIZETTE SANTIAGO ARTEAGA
                                                                                                                                                                                                                       
I  La Constitución mexicana pretende ser  reconocida a nivel mundial porque aparentemente invita a sus contribuyentes a vivir bien y correctamente, con los derechos y obligaciones que les otorga pero esto aún no es posible debido a que los derechos establecidos en la constitución no se hacen valer. Este trabajo busca evidenciar el incumplimiento del artículo primero, mencionando específicamente el último párrafo de dicho artículo que menciona que en México no debe existir ningún tipo de discriminación y todos los mexicanos gozaran de los mismos derechos sin ninguna diferenciación, lo cual incluye a las poblaciones indígenas, es decir que prohíbe la discriminación racial.
La sociología considera a la discriminación como un comportamiento que limita las oportunidades de un grupo y a todo tratamiento desigual se le considera un acto injusticia social. Todas las sociedades humanas tienen o han tenido distintos grados de diferenciación social, por ejemplo en México han existido distintos rangos de discriminación como: raza, clase social, origen, etc.
Ser indígena en México se ha convertido en un sinónimo de marginación,  exclusión económica y moral. Los pueblos y comunidades indígenas en nuestro país enfrentan frecuentemente distintos tipos de discriminación por parte de personas que no respetan los derechos de los demás. Pero incluso también de parte de instituciones gubernamentales, que se aprovechan de que la mayoría de la gente de estos poblados no tiene educación y que muchas veces no saben hablar español. Esto sin duda es lo más intolerable, ya que no se aprecia que las comunidades indígenas significan para México no solo una parte más de la población sino que también representa la riqueza cultural del país e incluso también una riqueza económica.
La posición más cómoda que podríamos tomar sería la de culpar únicamente al gobierno, lo cual no es del todo incorrecto viendo la situación tan marginada en la que tienen a los pueblos y comunidades que no están cerca de las principales ciudades, comprobando con esto que históricamente la inferioridad que viene de la época virreinal perdura. Sin embargo también los ciudadanos tenemos algo de culpa por no mostrar algo de indignación frente a tal situación y no exigir el cumplimiento de un artículo tan importante como lo es este.
Todo lo anterior es considerado a nivel nacional, pero hablando específicamente de las escuelas, estas también tienen distintos tipos discriminación y exclusión hacia alumnos indígenas o de ascendencia indígena, esta exclusión puede venir de maestros o compañeros, haciendo notable que la discriminación no distingue lugares sino que es un reflejo de la cultura que ha formado la sociedad mexicana.
Aunque la UNAM intenta crear en sus alumnos conciencia  sobre los estereotipos erróneos que inculca la sociedad y medios de comunicación, es evidente que será difícil cambiar la educación de alguien y la forma de actuar que tiene, ya que es ir en contra de toda una cultura, que nos ha enseñado que las faltas de respeto no son tan graves, que si alguien nos hace menos también tenemos derecho a hacer lo mismo a otros y que muy pocos ciudadanos están privilegiados con el cumplimiento de la ley. Podemos estar conformes de que nuestra institución se esfuerce por difundir estas situaciones y se preocupe por crear empatía en los ciudadanos.
En una escuela tan grande como la UNAM y con todos los planteles con los que cuenta es evidente que existen todo tipo de alumnos conviviendo, incluyendo alumnos indígenas o descendientes de tales. En este proyecto algunas compañeras han aceptado ayudarnos dándonos su opinión sobre la situación de discriminación en México y si creen que exista en la UNAM y más específicamente en el CCH. Además de relatarnos como ha sido su estadía en sus planteles en lo que se refiere a la socialización con compañeros.


II  Iniciamos con nuestra compañera Adriana Hernández Cruz proveniente de Oaxaca.
-¿Adriana cuánto tiempo llevas viviendo en la ciudad?
-Aproximadamente 3 años, vine a vivir a la ciudad cuando entre a la prepa, vivo sola en un cuarto que una amiga de mi mamá nos prestó.
-¿Cuál es tu lengua materna?
-Yo hablo mixteco
-¿Te sientes orgullosa de tus raíces?
-Claro, para mí es un verdadero honor hablar la lengua que mi madre me enseño desde pequeña, aunque lamento no hablar el zapoteco que mi papa hablaba.
-¿Estando aquí en el CCH has sufrido algún tipo de discriminación?
-Fíjate que hasta eso no, uno pasa desapercibido entre la comunidad de estudiantes, aquí no se interesan por lo que sabes o de dónde vienes, y no es como que yo grite que soy indígena, que para nada me avergüenzo de serlo. Pero, así como hay compañeros a los que no les interesa hay algunos que se burlan o se ríen pero no me importa porque ellos demuestran su ignorancia e intolerancia, son gente que nos quiere ver menos.


III  Otra de las colaboradoras con este proyecto es Amalia García Platón proveniente de Hidalgo y hablante de totonaco.
-Amalia ¿Cuánto llevas viviendo en la ciudad?
-Realmente desde chica, mis papás me mandaron a vivir aquí con mis tíos y curse primaria secundaria y ahora la prepa, regreso a mi pueblo cada fin de semana a ver a mis papás y mis hermanos.
- ¿Tú te sientes orgullosa de ser indígena?
-Créeme que sí, es algo que me hace sentir orgullosa, creo que soy afortunada de pertenecer a esas tradiciones milenarias del México de nuestros antepasados, todo lo que sobro y que se rescató de lo grande que fue en su época de esplendor y de sus grandes civilizaciones. Y aunque ahora somos un mestizaje, es bonito conservar por ejemplo la lengua y algunas tradiciones.
-¿Has sufrido algún tipo de discriminación en el CCH?
-Pues sí, se han burlado de mi acento al hablar español o me imitan cuando me han escuchado hablar con mi familia, porque a ellos, así me hablen por teléfono les hablo en totonaco y luego veo que me ven raro o me imitan y pues en el momento me siento mal pero le dejo de dar importancia.


IV  Para  finalizar la tercer colaboradora de esta serie de entrevistas se llama Abril Guzmán Vite es hablante del náhuatl y a continuación nos cuenta por qué tuvo la iniciativa del proyecto.
-¿Cómo nace el proyecto de “Raíces vivas”?
-Yo no soy originaria de una comunidad indígena sin embargo me siento parte de ellas, mi abuelo se dedica a la ganadería en el norte y cuando expandió sus negocios hacia la sierra norte de Puebla, en los terrenos a los que llego a trabajar sus peones eran todos de la comunidad de Necaxaltepetl donde se habla náhuatl.
Mi abuelo decidió aprender a hablar la lengua en lugar de hacer que los peones hablaran español. A mi abuelo le debo haberme enseñado el amor por esas comunidades, que son tan sabias, que somos uno y que ellos conforman al México real, los verdaderos dueños del país.
El proyecto comenzó porque le platique a mi profesora una leyenda en náhuatl y le dije que era hablante, ella se encargó de estructurar todo y después se unieron Adriana y Amalia que han sido de gran apoyo.
Creo que mi interés es que quiero que se escuche la voz de aquellos que no son importantes para una sociedad como en la que vivimos hoy en día, donde vale más la marca de la ropa que la sabiduría que puedes cosechar, que está ahí afuera y que no vemos por estar preocupados en el consumismo y el materialismo.
Llevo sangre cubana y mexicana en mí y en los dos casos he visto como gente ignorante te hace menos por tus facciones, tu lengua, tus tradiciones o tu religión. He aprendido a amar a México, su cultura y sus raíces con el alma porque esta tierra es mi casa y su gente, su verdadera gente, se merece el reconocimiento y respeto por hacer de este país el país tan rico culturalmente que es, por mantener al México ancestral vivo y latente.

Tlazocamathi huen chuhue yolotl camachichillia
Gracias por leer y apoyar estas causas con el corazón.

 
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