Deserción escolar por embarazo precoz

 
Gabriela Hernández Sotelo
Karen Alejandra Frías Correa
Luis Antonio Aguilar Sánchez


El individuo es un ser social con razón y pensamientos que lo hacen único y lo diferencian de entre uno y otro. La interacción con los otros individuos es el proceso de socialización que se construye a partir de dicha relación con los demás y tras lo cual surge lo que conocemos como instituciones, es decir, aquellas que nos permiten la absorción de conocimiento y adaptación al entorno. Este trabajo se ubica en la temática de las dos primeras instituciones en que un individuo se ve condicionado para desenvolverse: la familia y la escuela; en efecto, las instituciones convencionales más importantes para adquirir los primeros lazos afectivos y las capacidades intelectuales y sociales que han de forjar al individuo.
 
Las instituciones son las que guían a los individuos en lo que la sociedad espera de cada uno de ellos, asignándoles roles, inculcando valores e insertándoles en las normas ya establecidas que tienen por finalidad obtener determinados comportamientos en la vida social, los cuales no siempre son los que se consideran adecuados, y representan ciertas disfunciones que se señalan como problemáticas sociales en donde los valores comunes se debilitan y se sitúa a las personas en un espacio y tiempo social en que la certidumbre es precaria. Un ejemplo es el embarazo precoz, suceso que propicia que las jóvenes abandonen sus estudios, contribuyendo al aumento de población con educación trunca, su preparación es tan escasa que sólo pueden aspirar a empleos mal pagados u oficios informales que les convierten en una carga a nivel nacional si es que no estudian ni trabajan. Lo cierto es que la deserción escolar por causa de un embarazo no es algo nuevo y por ello lo abordamos en uno de nuestros círculos sociales más cercanos: el CCH.
 
Hay que aclarar la relación entre deserción escolar y embarazo precoz: en qué medida éste es un factor generador. Desde siempre se ha tenido una estimación considerable de la población que abandona los estudios por un embarazo no deseado, pero al contrario de lo que se cree, en México ha disminuido la fecundidad de las adolescentes en los últimos lustros. (1)
 
Muchas jóvenes no concluyen ni el nivel bachillerato de estudios; el último nivel escolar que cursan es la secundaria. (2) Comienzan a volverse autónomas y toman sus propias decisiones; se hace evidente que muchas adolescentes ya habían desertado en sus estudios antes de quedar embarazadas. Hay una exigencia social-familiar que lleva a adentrarse tanto en los estudios, que el sentido original de los mismos se esfuma del campo visual, lo que se ejemplifica con cambios muy notorios como los períodos en que los alumnos deben permanecer entre aulas; los años de escolarización se han prolongado tanto que a los 18 años de edad un joven ya lleva 14 años escolarizado.
 
Entonces, la creencia de que el embarazo precoz lleva al abandono escolar y que, por tanto, coarta las posibilidades de una escolarización suficiente, carece de certeza. (3)


 
Decenios atrás se creía que las mujeres debían llegar vírgenes al matrimonio y hasta entonces sólo se relacionaban con el hombre que las desposaba. Las mujeres sólo se dedicaban a labores de la casa, los hijos y el marido, fundamentando ser tal su rol y único entorno. Posteriormente, se fue incorporando la aspiración de posponer el embarazo, o sea, alargar el llamado periodo de espera para la unión matrimonial y la maternidad. (4)
 
Y así, los valores culturales de la sociedad han cambiado, cimentados en hechos como que ahora haya más conocimiento y libertad sobre la sexualidad, el tema se maneja e incluso se practica a edad más temprana, pero sobresaliendo que las mujeres ya no sólo cumplen la función convencional de madres y/o amas de casa, sino que se preparan e intentan sobresalir en la sociedad como profesionistas y contribuir a los ingresos del hogar, o en algunos casos, siendo ellas el único sostén. Lo anterior se ha logrado de forma paulatina con la población femenina que se ha incorporado crecientemente a una escolarización extendida, sobresaliendo con una carrera terminada.

La aceptación de la fecundidad y los efectos que trae consigo se han transformado: en el pasado lo más frecuente era que cuando una adolescente quedaba embarazada se tenía que unir con el padre del bebé o bien los padres los obligaban a casarse. (5) Consecuentemente el padre tendría que buscar un trabajo abandonando sus estudios y la madre tendría que quedarse en casa haciendo la limpieza y atendiendo las necesidades de familia. Hoy esto ha dejado de ser lo común, son pocos los matrimonios forzosos, y si el hombre no se hace cargo entonces el papel femenino adopta la decisión de responsabilizarse de su hijo de manera independiente. (6) Así, los cambios culturales modificaron el contexto normativo bajo el cual se sancionan los embarazos tempranos y las condiciones adversas a las que se puede enfrentar, pues ahora la percepción social es menos rigurosa y tradicionalista.
 

ENTREVISTA
Ex-alumna del CCH perteneciente a la generación 2014-2016 del turno vespertino. Edad actual de 19 años, estado civil soltera y sin situación laboral y académica por el momento.
 
1. ¿A qué edad comenzaste a mantener relaciones sexuales?
Aproximadamente a los 16 años y medio.
 

2. ¿Qué edad tenías cuando quedaste embarazada?
17 años.
 
3. ¿Qué semestre estabas cursando?
Quinto, a mediados.
 
4. ¿Tu pareja era estudiante también?
Sí, precisamente compañero de los primeros dos semestres aquí en CCH.
 

5. ¿Cómo les afecto el embarazo en su trayectoria escolar?
Yo dejé de asistir constantemente a partir del tercer mes por citas en el doctor, sólo faltaba un semestre para terminar el CCH, pero por los efectos del embarazo tuve que tratarlos y conforme avanzaron y se empezó a notar físicamente pues los cuidados y precauciones eran más, entonces dejé de asistir. A partir de allí no he regresado.
Él dejo de asistir también pero no era alumno regular, así que de cualquier manera no tenía posibilidad de salir en tres años ni aspiración a salir en más.

 
6. ¿Cuál fue la percepción que advertiste en tus compañeros del CCH?
En general diría que tolerante; sí hubo bastantes críticas, pero ninguna grosería o desprecio, incluso de personas cercanas hubo apoyo cuando recién lo sospechaba y más cuando lo confirmé.
 

7. ¿Cómo reaccionó tu entorno familiar?
De manera muy decepcionada hacia mi persona, considerando que faltaba poco para concluir el bachillerato, no pensaron nunca en que no iba a medir la consecuencia de mis irresponsabilidades.
 

8. ¿Qué efectos tuvo en su situación económica?
Yo no tenía ninguna fuente de ingreso, así que mi familia me apoyó un poco muy resignadamente, en las visitas y el parto, por ejemplo, pero por tener a mi pareja y asumir nuestra responsabilidad todos los demás gastos corren por su cuenta y ello lo obligó a buscar trabajo.
 

9. ¿Tu embarazo fue el factor más detonante para decidir abandonar el CCH?
Por supuesto, no hubo otro.
 
10 ¿Por qué no te uniste en matrimonio con tu pareja?
La situación hace que veas la realidad, somos jóvenes que apenas podemos ver por nosotros mismos, si no estamos preparados de ninguna manera para ver por un hijo, menos para el matrimonio.  Ya no se usa el casarse obligatoriamente por una situación así, es un error más si sabes que no funcionará.
 
11. ¿A qué dedicas tu tiempo ahora?
A mi hijo, cuido totalmente de él ahorita que es bastante pequeño y empecé un curso de compuinglés; vivo en casa de mis padres porque no me casé, pero los gastos del niño los sustenta su papá.
 
12. ¿Pretendes reanudar tus estudios?
Probablemente sólo para terminar el bachillerato y tener el certificado, aunque no sea en el CCH.
 

13. En relación con lo anterior, ¿qué perspectiva tienes para tu futuro laboral?
Obteniendo el certificado de bachillerato y estando mi hijo un poco más grande, probablemente algo relacionado con el curso que estoy tomando, de empleada.
 

14. ¿Ambos se responsabilizan por el hijo? ¿En qué medida cada uno?
Sí.
Yo vivo con él y por lo tanto veo por él completamente, cuidados maternos se podría decir.
Todas las necesidades que tenga las cubre monetariamente él, lo visita y convive, pero para cuidarlo sólo se lo lleva algunos fines de semana.
 

15. Ahora que tienes a tu hijo, ¿reparas en complicaciones para relacionarte socialmente o en realidad consideras que no afecta puesto que hay más flexibilidad?
Me parece que mentes más abiertas sí hay, se es comprensivo y hasta en ocasiones indiferente, no te tratan de manera distinta, no te discriminan, no te hacen menos ni nada por el estilo, sin embargo, sí cambia tu horizonte: siendo ya madre nunca más vuelves a pensar de manera individual y para relacionarte sentimental y laboralmente estás consciente de que te acompaña alguien más y esto mismo es lo que sí consideran las demás personas.
 

CONCLUSIONES
Creemos que los embarazos precoces son un fenómeno social en la medida que atañe no solamente a los involucrados sino a familiares y a la población en cuanto a salud reproductiva se refiere.

Respaldados en nuestras fuentes bibliográficas y basados en el continuo trabajo para la elaboración de este proyecto, concluimos que las oportunidades y aspiraciones de vida, así como la existencia de redes familiares y sociales son las que influyen en la frecuencia con que se dan embarazos precoces y consecuentemente el abandonar definitivamente o pausar la permanencia escolar. 

Finalmente, nuestra percepción del Colegio es que hay un mejor entendimiento y tolerancia en el tema de la sexualidad, y el dominio abierto permite una preparación informativa para la prevención de embarazos no deseados; sin embargo, lo negativo es la carente conciencia en una pequeña parte de la población estudiantil para recibir y poner en práctica tal información, es por ellos que se ven aún los casos donde la imprudencia tiene el papel principal y se evidencian de manera irresponsable e irrespetuosa en pastos, salones y baños de la Institución, pero de manera inmediata afirmamos que son pocos. 


REFERENCIAS
(1) Stern, C (2012) “El problema del embarazo en la adolescente”
http://www.debatefeminista.pueg.unam.mx/wp-content/uploads/2016/03/articulos/047_18.pdf
 
(2) Stern, C (2012) “El problema del embarazo en la adolescente”
http://www.debatefeminista.pueg.unam.mx/wp-content/uploads/2016/03/articulos/047_18.pdf
 
(3) Sánchez, R (2017) Marzo 17, “Entrevista a Claudio Stern: embarazo en la adolescencia”, La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2012/09/06/ls-entrevista.html
 
(4) Stern, C (2012), “El problema del embarazo en la adolescente”  http://www.debatefeminista.pueg.unam.mx/wp-content/uploads/2016/03/articulos/047_18.pdf

(5) Stern, C (2012), “El problema del embarazo en la adolescente”  http://www.debatefeminista.pueg.unam.mx/wp-content/uploads/2016/03/articulos/047_18.pdf
 
(6) Sánchez, R (2017) Marzo 17, “Entrevista a Claudio Stern: embarazo en la adolescencia”, La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2012/09/06/ls-entrevista.html


FOTOGRAFÍAS: Gabriela Hernández Sotelo

 
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