Intervenciones 2

Otras formas de intervención

Sumamos a lo anterior los problemas de separación que sufrieron la mayoría de los latinoamericanos, tal es el caso de la región conocida como Asunción, que decidió conformar lo que posteriormente será el Paraguay, acentuando con ello el afán cesionista que experimentaron diversas zonas tanto de Colombia, Brasil, Perú como Uruguay, además de la pérdida de territorio en manos de los extranjeros, como la ocupación de las Islas Malvinas por Gran Bretaña desde 1833.

También durante la liberación de Perú, las contradicciones de los grupos hicieron que en 1822 una región se independizara y formara lo que conocemos como el Ecuador y más adelante, en 1826, otra región tomaría el nombre de Bolivia, en honor al libertador Simón Bolívar.

En el proceso de formación de los Estados-nación pesaron mucho las diferencias regionales de las distintas zonas que conformaron América latina que se movían en función de intereses económicos, ya que el gobierno de dichas regiones estaba comandado por los caudillos casi siempre conectados con los grupos dominantes.

Por ejemplo, en Brasil el príncipe Juan de Braganza (Juan I) concilió con los intereses de los comerciantes, quienes vieron con beneplácito las reformas económicas, fiscales y militares que permitieron la apertura de los puertos brasileños al comercio inglés, el cual favoreció el impulso del capitalismo en el país sureño, a diferencia de muchas de las regiones de América. Sin embargo, durante todo el siglo XIX persistió el esclavismo como mano de obra en las distintas plantaciones de exportación.

Un caso emblemático fue el de México, que se vio amenazado por una reconquista española en 1829, seguida de la intervención francesa que culmina en 1862 con la instauración del Imperio de Maximiliano de Habsburgo. Pero quizás la intervención más significativa que se dio en contra de México fue la comandada por el ejército norteamericano que produjo la pérdida del territorio mexicano con la firma de los Tratados de Guadalupe-Hidalgo en 1848 y el Tratado de la Mesilla, en 1853.

Caída de la Cuidad de México durante la Guerra México-Americana, litografía de Carl Nebel, 1851

El ejemplo de México es de particular importancia porque demuestra cómo las intervenciones son producto del endeudamiento. Hay que recordar que una de las concesiones que se lograron por la guerra de independencia fue la derogación del impuesto llamado alcabala, impopular en diversas regiones de Latinoamérica, sin embargo, esto significó quitar una fuente de ingreso para los gobiernos, lo cual llevó a solicitar préstamos a las potencias para hacer frente a los gastos militares, acrecentando con ello la dependencia hacia dichas potencias.

El afán de intervención no sólo se dio como una necesidad de expansión comercial, sino que también vemos la intención de ubicar sitios estratégicos para los desembarcos militares con miras a la intervención o a la reconquista; así está el caso de la ciudad de Lima, Cartagena o Panamá que fueron bases militares, durante todo el siglo XIX, de las diversas potencias capitalistas.

Debido a esta inestabilidad política y su consecuente retraso en la conformación de los Estados-nación, podemos concluir que el panorama durante el siglo XIX en Latinoamérica fue de debilitamiento de la estructura económica de los países, aumento de la subordinación de la burguesía nacional a la extranjera; retraso en el desarrollo capitalista; incremento de la deuda externa, separación o pérdida de algunas zonas de su territorio y la dependencia y el atraso de toda la región con respecto al imperialismo que a finales de ese siglo ya había tomado el dominio mundial.

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Para saber más…

Si quieres saber más sobre las intervenciones extrajeras en México consulta el material de Historia de México de este Portal Académico.

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