Comercio

El comercio en la segunda mitad del siglo XIX

Litografía “Vida cotidiana” de Casimiro Castro En México y sus alrededores. Colección de vistas, trajes y monumentos, 1855-1856.

En 1856, a tres meses de que habían conquistado el poder los liberales, se abrió el mercado mexicano y se implementó una reforma que dio fin al proteccionismo de las tres décadas anteriores.

Comercio externo

Con la liberalización del comercio, México fue dependiendo más de la economía internacional que en este momento se encontraba en una fase expansiva. Hasta entonces México participaba poco en el comercio internacional: únicamente vendía unos productos de lujo (tintes, vainilla, maderas, pieles y cueros) y principalmente plata. Inglaterra recibía en 1856 el 77% de todas las exportaciones y los Estados Unidos apenas el 16%.

 

Las importaciones del extranjero no aportaron al desarrollo productivo porque se concentraron principalmente en la satisfacción de bienes suntuarios para las clases altas: textiles, abarrotes, papel, libros, cristal y lozas, en su mayoría provenientes de Inglaterra, Francia y Alemania.

Durante el Porfiriato, la participación de los Estados Unidos en el comercio con México fue aumentando, al mismo tiempo que se orientó cada vez más a la exportación de materias primas.

  Producto Región
FINALES SIGLO XIX Henequén Yucatán
Hule, Chicle, Madera Veracruz, Tabasco y Campeche
Café Chiapas, Oaxaca
Plata y oro Guerrero, Zacatecas, San Luis Potosí
Cobre y plomo Chihuahua, Durango
Ganado Región norteña
INICIOS SIGLO XX Ixtle y guayule Centro de México
Petróleo Tampico, Veracruz
Plátano Tabasco
Garbanzo Sonora
Jitomate Sinaloa
 

Con la reorientación del comercio, el valor real de las exportaciones aumentó de 5 millones de dólares en 1870 a 158 millones de dólares en 1911, siendo uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional. Se estima que  el comercio fue cada vez más importante en el Producto Interno Bruto (PIB), pasó de 14% en 1856 a 24% en 1900.*

Con las exportaciones, el país acumuló riquezas y esto tuvo efectos favorables en otras actividades productivas (industrias, transportes y comunicaciones) y por otro lado hizo su economía más dependiente frente a las fluctuaciones internacionales de la demanda y de los precios. Las crisis capitalistas mundiales del siglo XIX afectaban en este sentido de manera directa la economía en todas sus dimensiones: comercio, finanzas e industrias.

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