Programa de Cómputo para la Enseñanza: Cultura y Vida Cotidiana: 1920-1940

Historia de México II Segunda Unidad: Reconstrucción Nacional e Institucionalización de la Revolución Mexicana 1920-1940

La Producción Literaria de 1920 a 1940

Propósitos: Valorar algunas manifestaciones socioculturales influidas por el nacionalismo revolucionario y su impacto sociocultural

Mayo de 2012

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La producción literaria durante el Cardenismo

 

Samuel Ramos y El perfil del hombre y la cultura en México

 

Una particular obra de esta época, que sin duda impactó en las generaciones venideras, correspondió al ensayo de Samuel Ramos (1897-1959) El perfil del hombre y la cultura en México (1934). Escrito en el contexto del nacionalismo propugnado durante la posrevolución, que se expresó en una síntesis histórica, además de grandes obras literarias, pictóricas, escultóricas y filosóficas. El trabajo diverge de la posición universalista sostenida por el grupo Contemporáneos, ya que Ramos propone que el ser del mexicano, y lo que consideraría como mexicanidad, muestran inmadurez y carecen de un horizonte histórico, filosófico y cultural, por estar ubicados en una situación de indeterminación, en permanente espera de lo que vendrá a salvarlo desde afuera, por lo que se encuentra en una indefinición permanente.

 

Según el autor, el mexicano presenta un sentimiento de inferioridad, que se expresa en el afán por disfrazarse de extranjero y no aceptarse como se es. Señala:

Hay quienes han querido interpretar una de las tesis fundamentales del libro –la que el mexicano padece una inferioridad- como si ella implicara la atribución de una inferioridad real, somática o psíquica, a la raza mexicana… Sostengo que algunas expresiones del carácter mexicano son maneras de compensar un sentimiento inconsciente de inferioridad… Lo que afirmo es que cada mexicano se ha desvalorizado a sí mismo, cometiendo, de este modo, una injusticia a su persona.

 

Samuel Ramos

 

El mexicano para Ramos (1897-1959), señala Cruz (2008):

…es, sobre todo, un disfrazado; se trata de un caumouflage con que se despista a sí mismo y a los demás -haciéndose creer, por ejemplo, que es más fuerte y decidido de lo que en realidad es-. El mexicano recela de cualquier gesto: una constante irritabilidad lo hace reñir con los demás por el motivo más insignificante. Es impulsivo y explosivo. El pelado, sobre todo, busca riña como un modo excitante de elevar su yo deprimido y recobrar su fe en sí mismo. Es desconfiado de sí mismo, lo que lo obliga a vigilar constantemente su yo, desatendiendo la realidad. Además, no tiene ninguna religión, ni profesa ningún credo social o político. Es de igual forma pesimista e Indiferente a los intereses de la colectividad, trabaja para hoy y mañana, pero nunca para después... Toda esta naciente fábrica de anomalías psíquicas se encuentra en la mentalidad del pelado, el burgués y el citadino, y son reflejos de estados emocionales que pueden descubrirse en su medio social.

 

Para Villegas (1979: 129):

Ramos ha hecho el análisis y la historia de unos caracteres superestructurales del mexicano, por así decirlo, no de la estructura misma del mexicano. Ramos insiste en que el sentimiento de inferioridad es encubridor del ser del mexicano, pero no ha dicho qué sea éste. En el Perfil, Ramos quiere arrancar el disfraz psicológico del mexicano para examinar su ser auténtico, pero en Hacia un nuevo humanismo admite un ontología, no del ser del mexicano, sino del hombre sin más. De acuerdo con una filosofía circunstacialista en la que se afirma que el hombre es circunstancia, la ontología que corresponde es de un hombre mexicano.

 

Los refugiados españoles

 

La producción literaria se vio incrementada con la obra de intelectuales españoles desterrados en México, al finalizar la Guerra Civil Española; quienes fundarían la Casa de España en México, actual Colegio de México, produciendo una gran gama de estudios históricos y culturales como Letras de América (1944) de Enrique Díez Canedo (1879-1944); Cronistas e historiadores de la conquista de México (1942) de Ramón Iglesia (1905-1948); la Antología del pensamiento de lengua española (1945) de José Gaos (1900-1969); La escultura colonial mexicana (1942) de José Moreno Villa (1887-1955), entre muchas más.

Enrique Diez Canedo y Federico García Lorca [1934]

Xavier Zubiri, Luis Recaséns y José Gaos; sentados, María de Maeztu, Ortega y Gasset, Juan Zaragöeta y García Morente, celebrando los 25 años como maestro de Ortega [1935]

 

Enrique Díez Canedo Oración en el Jardín

 

Yo me quiero morir como se muere

todos los años el jardín, y luego

renacer de igual modo que renace

todos los años el jardín. Se han ido

los pájaros; volaron, pero no tenían alas.

No me quiero morir como las hojas,

ni quiero ser el árbol de perenne

verdor adusto, ni el arbusto dócil

cortado en seto, sino el árbol libre,

desnudo atleta que en el suelo ahínca

las fuertes plantas y en el aire tuerce

los recios brazos; no el verdor eterno

sino la fronda renovada, el fruto

cuando el año lo envíe. Aquí me tienes,

Señor, desnudo como el árbol. Dame

tu bautismo de lluvias y tu crisma

de sol, y dame vestiduras nuevas,

inmaculadas. El jardín de invierno

callado está: mi corazón callado.

Habla tú; luego, vísteme de hojas.

Algo de tus palabras, al moverse,

repetirán, como inspiradas lenguas.

 

Ramón Iglesia Cronistas e historiadores de la conquista de México [1942] (Fragmento)

 

...por las páginas de Bernal, no obstante sus continuadas protestas de lealtad y admiración, corre un descontento apenas reprimido contra Cortés, un deseo enconado de rebajar sus méritos; mientras en las de Gómara se glorifica al conquistador. Y así, el punto de vista de Bernal viene a coincidir con el de una época que se ha esforzado por nivelarlo todo, que ha visto con recelo a los hombres geniales, sobre todo en el campo de la acción política y guerrera. Entiéndase bien que yo no soy antidemócrata —que si lo fuera no estaría aquí—.

Lo que hago es señalar ciertas tendencias del pensamiento democrático que en el terreno de la investigación histórica han llevado a actitudes plenamente demagógicas.

No me cabe la menor duda de que la conquista de América es una empresa de tipo popular, que la masa juega en ella papel destacado, pero lo que esta masa da de sí cuando no encuentra hombres superiores que alumbren sus ideales y encaucen sus energías lo vemos en la conquista de las islas, en las guerras civiles del Perú y en toda una serie de episodios que no es preciso recordar aquí.

 

José Moreno Villa La escultura colonial mexicana [1942] (Fragmento)

 

Y vamos a ver lo que es el sello mexicano del siglo XVIII.

Si la ciudad de Puebla fuera fulminada por un volcán o por una escuadra de fortalezas aéreas y sólo quedara en pie el templo de Guadalupe, la Casa de Alfeñique o el templo de San José, bastaría para saber como era lo mexicano del siglo XVIII en arquitectura.

Y no es que yo venga a lanzar un cántico huero a Puebla. Sé tirar de las riendas de mi caballo. Pero sé también que todo el que va a Puebla por primera vez se siente como levantado al contemplar las fachadas de estos edificios. Ligereza, alegría y levitación emanan de ellas. Y lo natural es preguntar en seguida por los factores que concurren para producir esa impresión de felicidad. ¿Qué hay en esas obras?

Yo no sé que a partir del estilo gótico se haya conseguido nada tan aéreo y tan firme a la vez como estos templos. Las góticas participan de estas virtudes, pero no alcanzan a producir la alegría que las mexicanas. ¿Dónde está el secreto? Para mí es evidente que en los materiales y en el modo de manejarlos. Los materiales son colores, y el color alegra la vista. Pero hay algo más. El equilibrio feliz de las superficies planas, los cuerpos macizos y los cuerpos perforados y rizados. Estoy ante el Santuario de Guadalupe.

Yo veo en esta obra una conjugación perfecta de lo sabio y de lo popular. El azulejo lo entiende el pueblo, es cosa suya. En cambio, el dibujo de la portada es un producto cerebral, matemático de proporciones.

Pero ambos factores, el popular y el erudito o académico, están influidos mutuamente, porque si nos fijamos bien, el azulejo es de un buen gusto que sólo se alcanza mediante la disciplina de los ojos; y el dibujo académico de la puerta y de las torres es de un buen gusto que no se logra sino estudiando la desenvoltura popular, la fuerza expansiva del pueblo.

 

Revistas Taller Poético y Taller

 

Otros escritores, algunos de ellos muy jóvenes, integrarían el grupo que impulsó la revista Taller Poético y, a partir de ella, Taller (1938-1941), al finalizar la década de 1930, revistas que continuarían los esfuerzos modernistas de divulgación literaria. De acuerdo con Correa (1999), en una época en que sobresalía el nacionalismo y realismo socialista proclamaron la libertad del arte, no hicieron poesía política y se opusieron al arte de propaganda, para afirmar la libertad de la literatura. Se inclinaron más por los temas de poesía e historia, que por la filosofía. Integraron a los poetas Efraín Huerta (1914-1982) y Alberto Quintero Álvarez (1914-1944), entre otros; contaron con la participación del novelista José Revueltas (1914-1976) y la poetisa Carmen Toscano (1910-1988), además de publicar trabajos de los escritores españoles exiliados.

 

Su publicación, 1938-1941, fue una obra de divulgación literaria emprendida por Octavio Paz (1914-1998), quien contó inicialmente con el apoyo de Rafael Solana (1915-1992), quien pronto se dedicaría al teatro. Al decir de Correa (1999), el apoyo económico provino del propio Secretario de Relaciones Exteriores, Genaro Estrada (1887-1937); mientras que Paz sostuvo que los recursos provinieron de Eduardo Villaseñor (1896-1978), un político amante de la literatura (Ylizaliturri, 1999), quien formó parte del grupo Contemporáneos cuando Solana salió del país para dirigirse a Europa, después de la publicación del primer número. Como en casos precedentes, unió a antiguos condiscípulos de la Escuela Nacional Preparatoria, como Rafael Solana, Efraín Huerta (1914-1982), Paz y otros, en tareas de divulgación literaria, a partir de la publicación de Taller Poético; que era, al decir de Paz (Ylizaliturri, 1999):

…una revista como el mismo Solana: ecléctica, reverenciosa, amante de las jerarquías, de los premios, de los honores, como si la literatura fuera una fiesta de fin de año. Todo el mundo tenía que tener su lugarcito, su regalo, su medalla, su aplauso. Se había suprimido el elemento crítico, la mirada combativa….

 

Octavio Paz y Elena Garro [1937]

Rafael Solana

Alí Chumacero Max Aub y Leon Felipe

 

Para Durán (1989) la creación de la revista, en plena renovación cardenista, expresaría las inquietudes de una generación más joven y más preocupada por los problemas sociales, llegando incluso a defender posturas verdaderamente revolucionarias. Al respecto, Monsiváis (1966: 55) apunta que:

 

En los treintas, lo inevitable es la toma de conciencia. Los treintas, internacionalmente, es una década proletaria, la era de las novelas de Steinbeck y los procesos de Moscú, del New Deal y las guerras de Abisinia. Sobre todo, los treintas es la guerra de España. En torno a este gran momento histórico se sitúan y se definen todos los escritores sin excepción.

 

Lo que llevó a Paz a señalar, según Monsiváis:

 

Para nosotros la actividad política y la revolucionaria se confundían y eran lo mismo. Cambiar al hombre exigía el previo cambio de la sociedad ... (se trataba) de la imperiosa necesidad, política y moral, de destruir a la sociedad burguesa para que el hombre total, el hombre político, dueño al fin de si mismo, apareciese ... para la mayoría del grupo, amor, poesía y revolución eran tres sinónimos ardientes.

 

Sobre lo cual, según Monsiváis (1966), el propio Paz aclaró en su momento que:

…la mayoría de los jóvenes experimentaban igual repugnancia ante las dos doctrinas estéticas que en aquellos años eran utilizadas como proyectiles contra los escritores independientes: el "nacionalismo" y el "realismo socialista". La polémica sobre la libertad del arte fue el comienzo de sus diferencias con el marxismo en sus distintas versiones: esas diferencias, al cabo de unos pocos años, se hicieron, para la mayoría de los jóvenes, más y más profundas e insalvables.

 

También señaló Paz que, sin ser cardenistas simpatizaron con sus políticas de oposición a Plutarco Elías Calles, aplaudieron sus medidas económicas, sociales y su política internacional de ayuda a la República Española, con el asilo a León Trotsky y a las victimas del fascismo, al mismo tiempo que no apoyaron su política educativa y cultural con la educación socialista, la hostilidad contra la Universidad, la protección impartida a muchos y mediocres artistas y escritores que se llamaron revolucionarios; aclarando que en Taller nadie profesó, salvo quizá Efraín Huerta, la doctrina del realismo socialista, por lo que fue escasa la simpatía por el arte nacionalista y la literatura de propaganda.

 

Carlos Pellicer Grupos de palomas [1925] (Fragmento)

 

El primer número de Taller incluía un texto de Solana sobre la pintora María Izquierdo (1902-1955), quien diseñó la portada y las viñetas, un ensayo de Octavio Paz, poemas de Huerta y Federico García Lorca, además del relato Retrato de mi madre de Andrés Henestrosa (1906-2008); mientras que el número cuatro incluyó una traducción de José Ferrel de Una temporada en el Infierno de Arthur Rimbaud, con un prólogo del poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón (1901-1992). En la revista se publicó la primera colección de poemas de T.S. Eliot en lengua española, con una nota de Bernardo Ortiz de Montellano (1899-1949) y traducciones de Rodolfo Usigli (1905-1979) y otros; desde el primer número fue constante la colaboración en Taller de integrantes del grupo de Contemporáneos, como Xavier Villaurrutia (1903-1950), Jorge Cuesta (1903-1942), Carlos Pellicer (1897-1977) y Bernardo Ortiz de Montellano (1899-1949).

 

Las peripecias de la revista con la salida a Europa de Solana, al decir de Paz (Ylizaliturri, 1999), se solucionaron con la incorporación de autores españoles como Ramón Gaya (1910-2005), quien sería el autor de las viñetas y el diseño de la portada, además de la ayuda económica de Alfonso Reyes (1889-1959), a través de anuncios de la Casa de España.

 

Las contribuciones a la poética de Octavio Paz y Efraín Huerta que, al decir de Martínez (1949), mostraban espontaneidad, calor humano y ofrecían una experiencia total del mundo acorde con las ideas sociales en boga, al mismo tiempo que confrontaban sus experiencias personales contra la ciega fatalidad, en un reconocimiento del desamparo humano, se continuarían en la revista Tierra Nueva (1940-1942); dirigida, de acuerdo con Durán (1989), por Jorge González Duran (¿-1986), José Luis Martínez (1918-2007), Ali Chumacero (1918-2010) y la inclusión, por sugerencia de González, del filósofo Leopoldo Zea.

 

Sobre Retrato de mi madre de Henestrosa, un breve relato donde evoca su paisaje nativo y substantivo, su mundo interior, comenta Castañón (2006):

…de regreso en México [1938], se cruza con un Octavio Paz de veinticuatro años, quien le pide una colaboración para el número inicial de la revista Taller, fundada por Efraín Huerta, Rafael Solana y él mismo: Le confié nuestro proyecto —dice Paz— y le pedí que nos diese una colaboración (...). Se me quedó viendo, sacó de una bolsa unas páginas y me las entregó diciéndome: Lee esto. Era un fragmento de una carta a una amiga norteamericana (Ruth Dworkin). Era también, para emplear la expresión de Reyes, un arranque de novela. Mi seducción fue instantánea. Le pedí que me diese esas páginas para el primer número, y al día siguiente se las entregué a Solana.

 

Andrés Henestrosa Retrato de mi madre [1940] (Fragmento)

 

No duró mucho aquel amor. Doce años después mi padre murió. Mucho tiempo para el sufrimiento, pero un instante para la dicha.(...) Mi madre vivió llorando. Después se secó las lágrimas, y una gran resignación, refugio de mis dos sangres oprimidas, ocupó el sitio del infortunio. (...) Silbó el tren. Me monté en él y estoy seguro que lloró aquella noche todas las lágrimas que ante mí contuvo. Estoy seguro porque yo me siento anclado, igual que una pequeña embarcación, a un río de lágrimas.

[http://www.amor.com.mx/poemas_de_andres_henestrosa.htm]

Efraín Huerta Absoluto amor [1935]

 

Como una limpia mañana de besos morenos

cuando las plumas de la aurora comenzaron

a marcar iniciales en el cielo.

Como recta caída

y amanecer perfecto.

Amada inmensa

como una violeta de cobalto puro

y la palabra clara del deseo.

Gota de anís en el crepúsculo

te amo con aquella esperanza del suicida poeta

que se meció en el mar

con la más grande de las perezas románticas.

Te miro así

como mirarían las violetas una mañana

ahogada en un rocío de recuerdos.

Es la primera vez que un

absoluto amor de oro

hace rumbo en mis venas.

Así lo creo te amo

y un orgullo de plata me corre por el cuerpo.

 

Revista Tierra Nueva

 

Esta publicación, según Martínez (1961: 117-118), recibió el apoyo de impresión por la Universidad, a través de su Secretario General Mario de la Cueva (1901-1981); lo que permitió que se continuara la divulgación de la obra poética de Octavio Paz (1914-1998) y Efraín Huerta (1914 - 1982), además de las contribuciones de Alí Chumacero (1918-2010), Jorge González Durán (1920?-1986) y Manuel Calvillo (1918-2009), entre otros; mientras la critica literaria y la historia de la literatura estuvo a cargo de José Luis Martínez (1918-2007) y Leopoldo Zea (1912-2004) se ocupó de los asuntos filosóficos, de acuerdo con Durán (1989).

 

Buscaron, de acuerdo con Martínez (1949), aprovechar las inquietudes más válidas de las generaciones anteriores, guardando un equilibrio entre la tradición y la modernidad, con rigor en su formación literaria. Para Durán (1989), los años en que se publican Taller y Tierra Nueva, 1938-1942, coinciden con la estabilización de la sociedad mexicana y su política, debido al auge económico propiciado por la demanda de materias primas generado por la Segunda Guerra Mundial, además del enorme aporte cultural proporcionado por la llegada de los refugiados españoles en 1939; por lo que la literatura mexicana se preparó, desde la publicación de Contemporáneos, a dar un gran salto hacia adelante.

 

Leopoldo Zea y Silvio Zavala

 

Mientras que para Monsiváis (1966:59), Tierra Nueva integraría:

…una revista más bien antológica, sin demasiadas pretensiones polémicas, que aspira a mostrar, a través de la unidad de las generaciones, la riqueza, y variedad de la literatura mexicana. Surge cuando el país le cobra apego a la institucionalidad y pide, en el avilacamachismo, la estabilidad que autorice el desarrollo de la burguesía nacional, cansada de verse representando una función demagógica por completo extraña a sus intereses... De la literatura ya no se piden consignas ni motines, sino seguridades: la certeza de habitar un país con tradiciones vastísimas, la certidumbre de un genio nacional ... la seguridad de un carácter especifico, y ¿por que no?, portentoso.

 

Jorge González Durán Seis asonancias y un epílogo (Fragmento)

 

Se ha caído la voz en el abismo

de la espera tan blanca de los lirios ...

Soledad por las hojas enterrada

lleva sangre de todos los caminos,

sufre rondas perdidas en la boca,

canta el árbol amargo del suspiro

Jorge González Durán Soledad de siempre (Fragmento)

 

... Tú sola y ausente,

en el presagio lento de la lluvia

Estas gotas tan solas que me duelen

congeladas al beso de los vidrios,

este negro,

este luto,

este soñarte lejos en el siempre

 

José Luis Martínez Dos poemas a tu olvido (Fragmento)

 

Ya sin ti me derrumba la muerte,

me aniega en esta sombra que me sube a los ojos

para atraerme al fin, con tanta lenta agonía

hacia la orilla oscura que me aspira

Alí Chumacero Muerte al hombre (Fragmento)

 

Eres la savia pura,

la flor, la espuma y la sonrisa,

eres el ser que por mi sangre es

como la estrella última del cielo

 

Referencias


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Tópico: La Producción Literaria de 1920 a 1940

Conocimiento de sucesos, hechos y conceptos culturales y de la vida cotidiana, relacionando enunciados

Identificación de obras literarias del período, con base en sus elementos culturales y de vida cotidiana

 

 

Trabajo de investigación a realizar fuera del aula