Programa de Cómputo para la Enseñanza: Cultura y Vida Cotidiana: 1940-1970

Historia de México II Tercera Unidad: Modernización Económica y Consolidación del Sistema Político 1940-1970

El cómic de 1940 a 1970

Abril de 2012

2 de 4

Las series de Pepín

 

Los superlocos de Pepín

 

El personaje principal de Los superlocos es don Jilemón Metralla, un pícaro regordete con varias esposas que no le duran más de ocho días, lo que no le impide seguir procreando una cuantiosa prole. Este personaje se cambia de vestimenta exageradamente, para realizar con desparpajo todo tipo de timos; con cuyo producto se abre camino en la vida de la era de la corrupción alemanista, en una ciudad en tránsito a la industrialización. Por lo que se acompaña don Jilemón de una increíble serie de personajes urbanos estrafalarios, donde se incluye a los personajes que aparecerán en El señor Burrón o Vida de Perro (que después se convertiría en La familia Burrón), todos estas historietas de la autoría de Gabriel Vargas.

 

La trama de los Burrón muestra una versión costumbrista del universo cotidiano de las vecindades y del centro de la ciudad de México de la década de los años de 1940, a través de la cotidianeidad de una familia integrada por un peluquero, don Regino Burrón y Borola Tacuche su esposa; mujer impulsiva, violenta, malvada, chismosa, truculenta y falsamente solidaria, quien es la versión femenina de don Jilemón Metralla, pero ampliada por su capacidad de liderazgo en su barrio; por lo que sus acciones caricaturizan el oportunismo y la ausencia de principios del político típico del partido oficial de la época.

El señor Burrón o vida de perro de Pepín

 

Como se muestra en sus diversas e increíbles aventuras donde reorganiza y transforma la vida de la vecindad, o de los lugares públicos cercanos a su vivienda, con fiestas de cooperación cuyos beneficios quedan en sus bolsillos, casinos y rifas fraudulentas o patéticos viajes a Acapulco que acaban en la azotea de la vecindad, conflictos vecinales que transforma en peleas de box femeninas o concursos artísticos de carpa donde ella es la empresaria. Además de organizar al barrio en todo tipo de actividades estrafalarias, como la realización de campañas políticas para lograr ser diputada, que al final se transforman en levantamientos vecinales con toma de azoteas, para iniciar “la bola” con tal de defender su supuesto triunfo, todo ello con tal de satisfacer su vanidad y de incrementar los ingresos de su marido, con acciones donde olvida cualquier escrúpulo.

 

Por su parte, el señor Burrón, es un marido dominado por su esposa que encarna los valores ciudadanos, la honradez y el decoro, quien sufre mil vergüenzas al trata inútilmente de infundir a su mujer, sin ningún éxito, algo de cordura; lo que comparte con sus hijos Macuca y Reginito, el Tejocote, además del hijo de un borrachín, Foforito, que ha sido adoptado por la familia. Otros personajes ayudan a la trama de las aventuras y desventuras urbanas de la vecindad de Borola, como Don Susano Cantarranas, padre de Foforito, que es un borracho lumpenproletario de la colonia el Terregal; un junior insolente y abusivo, Floro Tinoco, el Tractor, que es novio de Macuca; un inverosímil prospecto de poeta, Avelino Pilongano, que es un vago sin oficio ni beneficio que depende de su anciana madre, doña Gamucita, quien lava ropa ajena para mantenerlo; una tía de Borola que es el emblema de la aristocracia alemanista, Cristeta Tacuche, que se acompaña de su sumisa secretaria, Boba Licona; un hermano de Borola, Ruperto Tacuche, que es un ladrón que busca regenerarse y que es hostigado, chantajeado y reprimido por la policía; mientras lo rural lo personifican dos caciques amigos de Borola: Briagoberto Memelas y Juanón Teporochas, que dan cátedra de machismo e inventiva campirana al crear el cuacopollo, con una cruza de jamelgo y gallina; además de un vampiro decadente, el conde Satán Carroña, que a nadie asusta y todos ponen en su sitio.

 

El señor Burrón o vida de perro de Pepín

 

Dentro de las series iniciadas en esta época de modernidad, orientadas al consumo infantil pero que se anunciaban explícitamente como Material propio para adultos, encontramos a Memín Pingüín (originalmente Almas de niño) de Yolanda Vargas Dulché, como serie semanal que continuaría reeditándose hasta la actualidad. Describe las aventuras callejeras, en contexto de los barrios bajos, de un grupo de niños que muestran en sus andanzas momentos de comicidad y melodrama. El personaje principal es un niño que es feo, torpe, ignorante, chapucero, pobre y negro; pero al mismo tiempo es tierno, alegre, simpático, tenaz, solidario con sus amigos y, sobre todo, admirador de su madre Eufrosina, una lavandera viuda, que se presenta ataviada como el personaje Aunt Jemima de una marca norteamericana (Quaker Oats) de harina para Hot Cakes.

Los pilares del Pepín en la producción de series románticas de aventuras sentimentales y de pasiones amorosas, generalizadas en esta época de la modernización alemanista y ruizcortinista, en donde se explotarían los sufrimientos y la desventura de personajes de la gran ciudad, tanto de clase media como arrabaleros, corresponderían a las obras de Guillermo Marín Cumbres de ensueño, de José G. Cruz Percal, Dancing y Malevaje, donde iniciaría la composición fotográfica, y los múltiples argumentos románticos de Yolanda Vargas Dulché, cuya obra se extendería por el resto del siglo con diversas variantes, como Noche, hasta culminar con Lágrimas, risas y amor; que de acuerdo con Tatum y Tatum (1983), se convertiría en la historieta más popular en Latinoamérica. Era común en estas publicaciones la incorporación de secciones con cartas de los lectores, anuncios de concursos, selecciones de poesía romántica y un buzón sentimental.

 

Cumbres de ensueño de Pepín

Percal de Pepín

Noche de Pepín

 

Referencias


Página anterior

Siguiente página