Programa de Cómputo para la Enseñanza: Cultura y Vida Cotidiana: 1940-1970

Historia de México II Tercera Unidad: Modernización Económica y Consolidación del Sistema Político 1940-1970

El cómic de 1940 a 1970

Abril de 2012

Versión para imprimir [Requieres]:

Revisa diversas Historietas o Cómics de la época

1 de 4

Introducción

 

Conforman relatos contados con dibujos y han existido desde hace mucho tiempo, permitieron comunicar historias e ideas a sectores importantes de una manera sencilla, cuando la alfabetización era privilegio de pocos, comenta Valenzuela (2000). En nuestro país se denominaron monitos, Apunta Giunta (2010), al publicarse a principios del siglo XX las series Casianito el niño prodigio (obra anónima), además de Candelo el argüendero de C. Islas Allende por el periódico El Imparcial; mientras que el diario El Heraldo publicó la serie Don Cantarino de Salvador Pruneda, en 1921, donde abundaban los temas costumbristas.

 

Pepín

Las principales revistas de historietas del período, denominadas genéricamente pepines, se publicaron en diversas series en las revistas denominadas Pepín y Chamaco, que integraron la principal, cuando no la única lectura de la gran mayoría de los mexicanos de estas épocas, y representaron lo más cercano a la escuela, el silabario y la cartilla de lectura. Como productos efímeros y desechables, que se llevaban en el bolsillo trasero del pantalón o en la bolsa del mandado, se leían en la oficina, la escuela, los parques o en el camión, para luego tirarse, alquilarse o revenderse; pasando de mano en mano hasta terminar en el fogón o en el cuarto de baño, como apunta Aurrecoechea (2011). Sus ejemplares, publicados en forma diaria entre 1936 y 1957, con tirajes de 650 a 700 mil ejemplares, integraron la fuente para la educación sentimental y se convirtieron en la única ventana al mundo de que disponían los mayoritarios grupos sociales.

 

Conformaron la materia prima de los sueños y saciaron la sed de narrativa de millones de mexicanos con una mínima educación, crearon mitos y contribuyeron a consagrar a los ídolos populares, y colaboraron a fijar y dar esplendor al habla popular. Por lo que en sus viñetas, y los globos de texto de sus personajes, se pueden encontrar pistas fundamentales para comprender la sensibilidad popular del México del Siglo XX, durante su proceso de modernización.

Chamaco

 

En sus argumentos e ilustraciones, consideran Aurrecoechea et al. (2011), los personajes y temáticas de las historietas homenajean o critican la opulencia y la pobreza; además de que exponen concepciones sobre las relaciones de género, abordan ideas sobre la justicia, despliegan ideas sobre la lucha de clases y exhiben juicios sobre conceptos estéticos y afectivos.

 

Adicionalmente, la convivencia de los personajes en las tramas muestran a sus héroes, y a las heroínas, lidiando con la belleza, la maldad, el esfuerzo, el cariño, la violencia e incluso la muerte, en contextos que transitan desde lo internacional y nacional, hasta el barrio y la casa, por lo que nos muestra los contextos de la cultura popular de esas épocas.

 

Pepín fue distribuida por la Cadena García Valseca, editora del diario deportivo Esto y de los diversos diarios conocidos como Sol de México; consorcio periodístico que para 1972 controlaba la publicación de 37 periódicos que cubrían todo el país, el 22 por ciento de la prensa nacional, apuntan Aurrecoechea et al. (2011). Mientras que Chamaco fue el pilar de la editorial Publicaciones Herrerías, que publicaba el diario Novedades y una gran diversidad de revistas de esos años. En Pepín y Chamaco se conformaron los formatos y temáticas del género, en tinta sepia y con un formato pequeño de bolsillo, además del fotomontaje para combinar el ensueño narrativo con un tratamiento neorrealista en las series melodramáticas de tipo romántico-sociales, donde se abordaron tres grandes temas: las aventuras, los melodramas y el humor. En sus páginas se desarrollaron los clásicos del cómic mexicano, ya que en Pepín aparecieron Los superlocos (1939-1949) y La familia Burrón (originalmente El Sr. Burrón o vida de perro) de Gabriel Vargas.

AGN, Archivo Fotográfico Hermanos Mayo [1955]

 

Referencias


Siguiente página