Programa de Cómputo para la Enseñanza: Cultura y Vida Cotidiana: 1920-1940

Historia de México II Segunda Unidad: Reconstrucción Nacional e Institucionalización de la Revolución Mexicana 1920-1940

Las Artes Plásticas en el México Posrevolucionario 1920 a 1940

Propósitos: Valorar algunas manifestaciones socioculturales influidas por el nacionalismo revolucionario y su impacto sociocultural

Mayo de 2012

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Las organizaciones políticas creadas por los artistas y el desarrollo del grabado

 

La mayoría de los pintores tuvieron una gran actividad política en esas décadas de 1920-1930, algunos como Siqueiros y el Dr. Atl desde la década anterior, por lo que formaron diversas organizaciones y sindicatos de artistas. En 1928, en medio de la conmoción causada por el asesinato de Álvaro Obregón, un grupo de jóvenes pintores integró el Grupo de Pintores 30-30, conformado de acuerdo con Del Conde y Franco (2001), entre otros por: Ramón Alva de la Canal, Gabriel Fernández Ledesma, Fernando Leal, Fermín Revueltas, Rafael Vera de Córdova y Martí Casanovas. Quienes demandaron, en un llamado Manifiesto Treintatreintista, el cierre definitivo de la Escuela de Bellas Artes (Academia de San Carlos).(1) Consideraban que la Academia se encontraba en manos de un grupo de docentes oportunistas e incapaces, anquilosados y anticuados, denominados despectivamente:

 

…salteadores de puestos públicos, sabandijas y zánganos intelectualoides

 

Los cuales, según ellos, mantenían una tradición académica que correspondía a la importación del peor gusto europeo, además de no compartir su particular visión de la función social del arte. Al mismo tiempo que consideran que la producción realizada en las Escuelas al Aire Libre, creadas durante la etapa armada, producían verdaderas obras de arte, más baratas, más perfectas y, sobre todo, más populares que las realizadas en la Academia.

(1) Fundada por Real Cédula de 25 de diciembre de 1783 como Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes, para la enseñanza de la Arquitectura, Pintura y Escultura; institución que con el nombre de Escuela Nacional de Artes Plásticas sufrió agitación en 1911, por un grupo comandado por David Alfaro Siqueiros, Luis G. Asúnsolo y Romano Guillermín, que condujo a la destitución de su director Antonio Rivas Mercado, mediante una huelga que denunciaba el autoritarismo del director, su favoritismo hacia el ramo de la arquitectura y la crisis generada en el contexto de la revuelta maderista, al mismo tiempo que se iniciaban las Escuelas de Pintura al Aire Libre, siendo la primera la Escuela al Aire Libre de Santa Anita. En 1929, época de gran agitación estudiantil que conduciría a la autonomía universitaria, la Academia se dividió en la Escuela Nacional de Arquitectura, en 1933, y la Escuela Central de Artes Plásticas, que cambió posteriormente su nombre a Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP).

 

Tomaron su nombre, según Del Conde y Franco (2001), de la famosa Carabina 30-30 revolucionaria, además de integrarse el grupo con 30 miembros, quienes publicaron algunos números de la revista ¡30-30! Órgano de los Pintores de México, asimismo realizaron exposiciones en la Ciudad de México, en las oficinas de la Cervecería Cuauhtémoc,(2) para exponer posteriormente en Puebla y Morelia. Al año siguiente realizaron la Primera Exposición de Grabado en Madera en México, de forma económica y popular, en la Carpa Amaro; para presentar en 1930, sin abandonar su tradición proletaria, su última exposición que fue titulada De la vida del Café, en un café de chinos de Uruapan.

 

Al respecto de los objetivos de las exposiciones organizadas por el Grupo 30-30, y los lugares en que tenían lugar, señala Torres (2009):

 

Quizá una de las propuestas más renovadoras que llevaron a cabo fue abrir espacios donde se exhibiera y se vendiera todo tipo de arte, lugares incluyentes tanto para artistas como para el público; así intentaban acabar con la idea del arte como algo exclusivo de un sector privilegiado. Su objetivo fue involucrar a la población en general en la apreciación y consumo de la obra plástica. Desde su primera exposición en las oficinas de la Cervecería Carta Blanca incluyeron carteles y obra gráfica. El 25 de enero de 1929, el grupo inauguró la primera de dos exposiciones que serían punta de lanza, pues estaban dedicadas exclusivamente al grabado en madera y en metal. El recinto elegido para esta muestra fue la Carpa Amaro, lugar de recreación popular ubicado en una zona marginal.

 

Carpa Amaro de la Ciudad de México [1929]

(2) Desde 1918 operaba en esa empresa una Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los Empleados y Operarios de la Cervecería Cuauhtémoc, S.A.

 

Gabriel Fernández Ledezma La familia [ca. 1936]

Carlos Orozco Romero Mujer en la calle [s/f]

Rufino Tamayo Dos mujeres en la ventana [1925]

 

Años más tarde, un grupo de pintores, entre los que señalan Del Conde y Franco (2001) a: Leopoldo Méndez, Ángel Bracho, Ignacio Aguirre, Manuel Álvarez Bravo, Luis Arenal, Ricardo X. Arias, Santos Balmori, Carlos Orozco Romero, Feliciano Peña, Julio Castellanos, Rufino Tamayo y Gabriel Fernández Ledesma, integró una Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, LEAR, que funcionó de 1934 a 1937.

 

Siendo fieles muchos de ellos a su militancia comunista, funcionó como la sección mexicana de la Unión Internacional de Escritores y Artistas Revolucionarios; organización al servicio del comunismo, que había sido constituida cuatro años antes en Jarkov, en la entonces Unión Soviética. Su propósito fue la de contribuir a la unidad ideológica de la clase obrera, además de luchar contra el imperialismo, el fascismo y la guerra, mediante las expresiones artísticas.

 

El contexto internacional de preguerra se agravó con el intervencionismo nazi fascista en la Guerra Civil Española, que para 1938 daría el triunfo a los falangistas de Francisco Franco, por lo que José Stalin rectificó la línea política de la Comintern para los partidos comunistas del mundo; así, se abandonó el rechazo sistemático en contra de los partidos socialistas y las agrupaciones democráticas por parte de los comunistas, y se buscó la integración de amplias alianzas antifascistas que tenían el propósito no ya de lograr impulsar la lucha revolucionaria en sus países, sino el cohesionar a todas las fuerzas democráticas en contra del totalitarismo y, principalmente, defender la existencia de la Unión Soviética, comenta Priestland (2010: 205-210).

 

Ángel Bracho Victoria [ca. 1936]

 

Manuel Álvarez Bravo El ensueño [1931]

 

Luis Arenal Verano (Libro de Lectura) [1937]

 

En el terreno que nos ocupa, esto significó la práctica disolución de la radical LEAR, en 1937, para integrar un amplio frente de artistas con intereses populares y con auténtica preocupación por los problemas sociales del país, el Taller de la Gráfica Popular, TGP; quienes debían enfocar su obra en la producción de grabados y carteles, elaborados con las técnicas más económicas, para lograr incrementar la producción de todo tipo de impresos sobre los motivos más variados que, incluso, apoyaran los esfuerzos del sistema político, ahora en manos de cardenistas, quienes compartían sus mismos intereses antifascistas contra el totalitarismo.

 

José Chávez Morado. Grabado en el libro Estampas del Golfo, publicado por la LEAR [1936]

 

 

Leopoldo Méndez Portada del órgano del PNR El sembrador [1931]

Raúl Anguiano 12a Conferencia El nazismo. El III y el IV Reich [1938]

Pablo O'Higgins 7a Conferencia El nazismo. El hombre en la sociedad nazi [1938]

 

Participaron en el TGP grabadores como Leopoldo Méndez, Raúl Anguiano, Luis Arenal, Pablo O'Higgins, Isidoro Ocampo, Jesús Morales, Carlos Mérida y Rafael López Vázquez quienes pertenecían al Partido Comunista Mexicano.

 

Isidoro Ocampo Se Pionero (Libro de lectura) [1937]

Jesús Morales Hogar Obrero (Libro de lectura) [1937]

Alfredo Zalce ¡Pues, nomás aquí tejones! Corrido de la Expropiación Petrolera [1938]

 

La prolongada continuidad del TGP, hasta la década de los años de 1970, produjo una abundante y magnífica producción gráfica que, como la pintura mural, se proyectaría en el contexto de la producción artística nacional e internacional. La impresionante capacidad reproductiva de muchas de sus obras, como grabados y fotografías, difundió los mensajes incorporados en su producción entre más personas, superando a los murales en su función educativa y propagandística, al difundir sus ideas revolucionarias a un sector más amplio y popular de la población.

 

Referencias


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