Programa de Cómputo para la Enseñanza: Cultura y Vida Cotidiana: 1900-1920

Historia de México II. Primera Unidad: Crisis del Porfiriato y México Revolucionario 1900-1920

1900-1920: el contexto socioeconómico y político

Propósitos: Valorar el impacto sociocultural de la Revolución Mexicana, así como la diversidad de grupos sociales y regionales participantes en ella

Humberto Domínguez Chávez. Julio de 2013

 

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La oposición antiporfirista al iniciarse la primera década del siglo XX

 

 

Con el inicio del siglo XX, y la sexta reelección de Porfirio Díaz, un grupo de radicales jóvenes liberales redoblaron su oposición al gobierno por medio del periodismo, al aparecer en la capital el semanario Regeneración, en 1900; que se publicó bajo la dirección de Ricardo y Jesús Flores Magón, además de Eugenio L. Arnoux. Al mismo tiempo que otro grupo encabezado por Camilo Arriaga, señala Barrera (1955: 27-32), lanzó en San Luis Potosí el manifiesto Invitación al Partido Liberal, en donde se convocaba a la población a organizar clubes liberales en todas las ciudades, cuyo propósito fuera impedir las violaciones a las Leyes de Reforma y los abusos del clero; documento que fue firmado por maestros, diversos profesionistas y militares, señala Cockroft (1971: 67). También se convocó a un congreso de estas organizaciones liberales, el cual tendría lugar en febrero del siguiente año en esa ciudad, para:

 

…discutir y resolver los medios para llevar a la práctica la unificación, solidaridad y fuerza del Partido Liberal, a fin de contener los avances del clericalismo y conseguir la vigencia efectiva de las Leyes de Reforma.

 

Escuela cerca de la Villa de Guadalupe [AGN, Colección Fotográfica de Propiedad Artística y Literaria, Charles B. Waite, Niños, foto 124]

 

Convocatoria que al finalizar el año contó con el apoyo de diversos periódicos de la ciudad de México como El Diario del Hogar, El Universal, El Monitor Liberal y Regeneración, comenta Barrera (1955: 34), además de integrarse más de 50 clubes en 13 estados y en la Ciudad de México, los cuales para Enrique y Jesús Flores Magón resultaban ser, comenta Cockroft (1971: 92): …un principio de organización socialista.

 

El Congreso de Clubes Liberales se realizó en San Luis Potosí el 5 de febrero de 1901, en donde sobresalió el discurso de Antonio Díaz Soto y Gama, comenta Cockroft (1971: 93), quien demandó la desaparición del sistema de jefes políticos en el país, por ser violatorios de la autonomía municipal.[4] Sin embargo, las conclusiones del congreso se enfocaron en demandas anticlericales, llamados al fortalecimiento del mutualismo de los trabajadores, a recalcarse la defensa de la libertad de imprenta y del sufragio, además de hacerse un llamado para que se atendiera la administración de la justicia en el país.

 

Por otra parte, la interrelación de los hermanos Flores Magón con el grupo de Arriaga condujo a la radicalización sociopolítica del movimiento, señala Cockroft (1971: 95-99); ya que para marzo el Club Liberal Ponciano Arriaga de San Luis Potosí, centro director de todos los clubes liberales del país, publicó un manifiesto a la nación en donde se atacó a la dictadura y la prensa semioficial antidemocrática, además de las acciones del grupo porfirista de los científicos,[5] para terminar haciendo un llamado a la integración de un partido democrático que lograra reemplazar a Díaz, con lo que se procedió en abril a la integración de la Asociación Liberal Reformista.

 

Ricardo Flores Magón, Díaz Soto y Gama y Camilo Arriaga en el Congreso de Clubes Liberales de San Luis Potosí en 1901 [Fotografía de Méndez Hermanos. Colección Miguel Ángel Berumen. Fondo Antonio Díaz Soto y Gama]

 

Lo que condujo a que el régimen disolviera todos los clubes en el país y apresara a sus dirigentes, entre ellos a Ricardo y Jesús Flores Magón, además de encarcelar a Díaz Soto y Gama en el mes de julio, cuando en Pinos, San Luis Potosí, llamó a Díaz en un mitin:

 

…caudillo que traiciona a la democracia…pero que no tiene un átomo de demócrata.

 

 

Este discurso fue publicado por Regeneración, al mismo tiempo que se pedía la renuncia de Porfirio Díaz y se lanzaba la primera llamada a un movimiento nacionalista en contra del intervencionismo extranjero, lo que ocasionó que la publicación fuera clausurada.[6] El movimiento continuó radicalizándose con la publicación en noviembre de un manifiesto del Club Liberal Ponciano Arriaga, en donde se denunciaba la represión del régimen sobre los indígenas Yaquis, se atacaba a los inversionistas extranjeros, las clases privilegiadas y el despotismo de Díaz. Además de hacerse un llamado a multiplicar la militancia política y superar el anticlericalismo por el reformismo social, al introducirse los llamados a discutir lo que se llamaba el problema agrario y la necesidad de una reforma social. Que se discutiría durante la realización del segundo congreso de los clubes liberales, que se convocaba para el 5 de febrero de 1902, en donde:

 

…se deberían establecer medios prácticos y legales para favorecer y mejorar la condición de los trabajadores en las fincas de campo y para resolver el problema agrario y del agio.

 

Lo que ocasionó que Arriaga y otros dirigentes fueran encarcelados, además de generar que los moderados liberales, los anticlericales, se apartaran del movimiento. Situación que no impidió que se multiplicaran los clubes liberales en el país, al mismo tiempo que la represión se generalizaba y se clausuraban más de 50 publicaciones antiporfiristas, además de encarcelarse a los periodistas.

 

Los temas a discutir en el segundo congreso de los clubes liberales, que debía realizarse el 5 de febrero de 1902 y que se suspendió días antes debido a la agresión de las fuerzas policíacas, se referían según Barrera (1955: 97) a analizar las maneras de complementar las Leyes de Reforma y de hacer más exacta y eficaz su observancia; de hacer efectiva la libertad de imprenta; de implantar y de garantizar la libertad de sufragio; de reorganizar la libertad municipal y suprimir los jefes políticos; de encontrar medios prácticos y legales para favorecer y mejorar la condición de los trabajadores en las fincas de campo y para resolver el problema agrario; además de afirmar la solidaridad, defensa y progreso de los clubes liberales.

El Hijo del Ahuizote

 

Oficinas de Regeneración el 5 de febrero de 1904

 

La clausura del Club Liberal Ponciano Arriaga, el encarcelamiento de Camilo Arriaga y de otros seguidores, además de la supresión del congreso no redujo la lucha antigobiernista de los liberales, quienes una vez que salían de la cárcel continuaban sus ataques a los agentes de la dictadura; que incluyó al Ministro de Guerra, el general Bernardo Reyes, a quien la opinión pública ubicaba como un serio reemplazo de Díaz en la presidencia, para las elecciones de 1904.

 

Arriaga se trasladó a la capital, en donde restableció el Club Liberal Ponciano Arriaga en compañía de Antonio Díaz Soto y Gama. Señala Barrera (1955: 116) que Arriaga hizo llegar a sus correligionarios diversas obras de temas socialistas, como La Conquista del Pan y la Filosofía Anarquista de Piotr Alekséyevich Kropotkin, El Catecismo Revolucionario y Los Principios de la Revolución de Mijaíl Bakunin, El Manifiesto Comunista de Carlos Marx y Federico Engels, además de El Capital de Carlos Marx.

 

Los ataques en la prensa de oposición continuaron, y en el aniversario de la promulgación de la Constitución de 1857, el 5 de febrero, Ricardo Flores Magón publicó una virulenta nota en El Hijo del Ahuizote, en donde señalaba:

 

La Constitución ha muerto, y al enlutar hoy el frontis de nuestras oficinas con esa frase fatídica, protestamos solemnemente contra los asesinos de ella, que como escarnio sangriento al pueblo que han vejado, celebren este día con muestras de regocijo y satisfacción.

 

En este clima de agitación y movilizaciones antigubernamentales se hizo público en la capital del país el repudio al dictador en las festividades del 2 de abril, fecha en que como testimonio de adhesión a Porfirio Díaz y a su régimen se celebraba su triunfo militar en Puebla, en 1867 durante la Intervención Francesa, señala Barrera (1955: 131-137); lo mismo sucedió en Monterrey, Nuevo León, adicionándose las protestas también en contra del general Bernardo Reyes, quien buscaba una nueva reelección como gobernador del estado, terminando la concentración disuelta a balazos por la policía, además de generalizarse las aprehensiones de sus opositores.

 

Noticia que fue difundida por El Hijo del Ahuizote, apunta Barrera (1955: 145-146), lo que condujo a que el 16 de abril fueran encarcelados Ricardo y Enrique Flores Magón, y Juan Sarabia, acusados de ultrajes a funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones. La dictadura logró que los tribunales prohibieran la circulación de cualquier periódico en el que escribieran los hermanos Flores Magón, y días después se clausuró y se desmanteló definitivamente El Hijo del Ahuizote, con lo que se allanaron los problemas para la campaña política de la sexta reelección de Díaz.

 

Librado Rivera y Enrique Flores Magón

 

Al año siguiente aparecería Regeneración en San Antonio, Texas, además de publicarse el semanario Humanidad bajo la dirección de Santiago R. la Vega, en cuyas páginas se propagaba la agitación obrera. Al iniciarse 1905 los Flores Magón fueron víctimas de un atentado de los agentes porfiristas que buscaban asesinarlos, por lo que se trasladaron a San Luis, Missouri, utilizando los recursos enviados por Francisco I. Madero por concepto de suscripciones de Regeneración, quien les comunicó:

 

...simpatizamos en todo con sus ideas y creemos que su "Regeneracion" tendrá que causar la Regeneración de la Patria, inflamando a los mexicanos de noble indignación contra sus tiranos. [7]

 

Ricardo y Enrique Flores Magón

Emma Goldman

Librado Rivera

Juan Sarabia

Antonio Díaz Soto y Gama

 

Los magonistas establecieron relaciones con otros dirigentes anarquistas en San Luis, Missouri, como la estadounidense Emma Goldman y el español Florencio Bazora, apunta Barrera (1955: 151-160), al mismo tiempo que integraron la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano el 28 de septiembre de 1905; designándose a Ricardo Flores Magón como su presidente, a Juan Sarabia como Vicepresidente, como Secretario a Antonio I. Villarreal, y como Tesorero a Enrique Flores Magón, siendo sus vocales Manuel Sarabia, Rosalío Bustamante y Librado Rivera.

 

 

Poco después de aparecer el Programa y Manifiesto del Partido Liberal, señala Barrera (1955: 194-195), se intensificaron el espionaje y las amenazas en contra de sus dirigentes, al parecer ordenadas por el gobierno mexicano y toleradas por las autoridades estadounidenses, por lo que buscaron refugio en el Canadá, primero en Toronto y luego en Quebec, dejando a cargo de la publicación de Regeneración a Villarreal, Rivera, Sarabia y Rosalío Bustamante, la cual continuó circulando como correspondencia en sobre cerrado, para evitar las prohibiciones estadounidenses.

 

El Programa y Manifiesto del Partido Liberal integraba 52 propuestas para renovar las instituciones del país, señala Barrera (1955: 166-193); dentro de las cuales, además de los señalamientos para fortalecer la democratización por vía del sufragio efectivo y la no reelección, la libertad de imprenta y la reafirmación de las Leyes de Reforma en materia de cultos religiosos, se señalaba la necesidad de suprimir los jefes políticos en los estados y el ejército de leva, para crearse una guardia nacional de voluntarios.

 

Programa del Partido Liberal Mexicano [1906]

 

Se apuntaban medidas para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores del campo y de la ciudad, reglamentando el trabajo asalariado. Se exigía a los propietarios de predios que pusieran en producción el total de sus terrenos, de los cuales debía limitarse la extensión que se podría poseer, además de anunciarse el reparto agrario y la futura creación de un Banco Agrícola para financiar a los agricultores pobres. Se planteaba una restructuración del sistema recaudatorio a favor de los que menos tuvieran, además de señalarse una serie de medidas tendientes a la protección de las comunidades indígenas.

 

Se planteaba fortalecer el juicio de amparo, la igualdad ante la ley de todos los hijos de un mismo padre, la reorganización de la autonomía municipal, la prohibición del agio y del encarecimiento de productos de primera necesidad; también se anunciaba que al triunfo del movimiento impulsado por el Partido Liberal Mexicano, se realizaría una reforma constitucional, se incautarían las fortunas de los funcionarios enriquecidos bajo la dictadura y se devolverían a los indígenas las tierras de que habían sido despojados.

 

[4] En todo México, las jefaturas políticas habían sido uno de los elementos fundamentales para que las autoridades de la federación pudieran ir tendiendo sus redes hasta los últimos rincones del país y abarcar todos los escalones de la sociedad…Esta institución fue una herencia de la constitución liberal de Cádiz de 1812, que proveía notables prerrogativas para los "jefes políticos" de las provincias, los que serían designados por el rey de España. Las jefaturas perduraron, con importantes variables estatales, a lo largo de todo el siglo XIX, hasta quedar definitivamente abolidas por la constitución de 1917. Frecuentemente fueron desaparecidas y otro tanto reinstaladas; sus fricciones fueron constantes con los ayuntamientos y en especial con los presidentes municipales con los cuales competían por recursos de todo tipo, siendo generalmente los jefes políticos quienes tuvieron mayor capacidad para decidir e imponer sus resoluciones. Cada estado reguló con sus peculiaridades, sus funciones y alcances. [Falcón, 1988: 428-429]

[5] El grupo…era de tamaño reducido —originalmente de cuatro personas alrededor de José Ivés Limantour: Rosendo Pineda, Pablo y Miguel Macedo y Joaquín Casasús— al que se le fueron agregando por afinidad otras personalidades de la misma generación positivista: Justo Sierra, Enrique Creel y Francisco Bulnes, entre otros. [De María y Campos, 1985: 611] Integrados, de acuerdo con Zea (1976), en torno a las siguientes ideas: En 1892 el partido político llamado Unión Liberal lanzaba a la nación un manifiesto. En éste se hacían patentes los principios sobre los cuales se apoyaba el régimen porfiriano. El destino del manifiesto era apoyar la cuarta reelección del general Porfirio Díaz. Para ello presentaba un programa cuyo fin era satisfacer los intereses de la cada vez más poderosa burguesía mexicana. En dicho manifiesto se hablaba de analizar “científicamente” la situación social de México, sus problemas y soluciones. Muy pronto la oposición y la masa del pueblo en general, cuyos derechos políticos les habían sido arrebatados, empezó a dar a este partido el despectivo e irónico nombre de Partido de los Científicos…Orden político y libertad económica, tal es el ideal de la burguesía mexicana. El orden político, mantenido por el general Díaz, debería ser puesto al servicio de la libertad económica de la burguesía. Los derechos políticos tenían un carácter secundario, no podían interesar mientras no se considerase en peligro la libertad económica. Este derecho se lo reservará la burguesía para el caso de que se atentase contra la libertad de enriquecimiento. Sólo se hará uso de él si el gobierno llegaba a enfrentarse a estos intereses. Así, la libertad política, el derecho a la elección de los gobernantes, podría ser limitado en beneficio de un orden que satisficiese los intereses de la burguesía mexicana. Este orden es el que representaba el gobierno del general Díaz. De aquí se iba a deducir lo que interesaba al manifiesto: la reelección del presidente.

[6] Esos ferrocarriles matan toda la industria y todo el comercio, porque por su alta tarifa de fletes, las empresas ferroviarias ganan la utilidad que podrían percibir el comerciante o el industrial…En los estados las contribuciones son exasperantes. El treinta por ciento federal mata a cualquier empresa. [Cockroft, 1971: 96]

[7] Barrera, 1955: 158; apud: Taracena Alfonso (1937), Madero, vida del hombre y del político, México, Ediciones Botas, pp. 45-46

 

Referencias


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