Primera etapa 1789-1791

Primera etapa 1789-1791

En plena crisis, la inflación y las malas cosechas entre el verano de 1788 y la primavera de 1789 habían provocado que el costo de la harina aumentara, dejando a la población sin posibilidad de pagar lo que en ese tiempo era la base alimenticia de los franceses: el pan, cuyo costo llega a ser inaccesible para la gente que, literalmente sufría de hambre. Se desatan entonces pequeños disturbios: la gente toma por asalto panaderías linchando a los panaderos, el caos ha comenzado.

En la primavera de 1789, Luis XVI nombra Ministro de Economía a Jacques Necker, que pronto se volvió popular por oponerse a las medidas estatales en las que se desprotegiera el alimento para el pueblo. Necker convence al rey de convocar a los Estados Generales, que no se habían reunido en más de siglo y medio para analizar nuevas medidas fiscales. Esta reacción provocó motines en las ciudades de París, Grenoble, Dijon y Toulousse, ya que se pedía que se duplicara el número de representantes del Tercer Estado en la asamblea.

La apertura oficial de los Estados Generales se dio el 5 de mayo de 1789 y se agudizó la crisis política. La burguesía propuso no votar por estamento sino por cabeza, lo cual se logró. El rey sintió esto como una amenaza, destituye al ministro Necker y envía tropas que sublevaron a las masas que, ante las malas cosechas de 1788 y el incremento del precio del trigo, vieron un complot aristocrático tramado por el rey y tomaron las armas y la Bastilla, prisión símbolo del Absolutismo, el 14 de julio. Lo que podía haber sido un acontecimiento más en el curso de la Revolución se consagró ante sus contemporáneos y ante la historia como el emblema de la victoria del pueblo contra los tiranos.

Toma de la bastilla, 1789, Jean-Pierre Houël (1735-1813)

 
Escarapela y gorro frigio, símbolos de la Revolución Francesa

Frente a estos acontecimientos, Luis XVI nombra de nuevo al ministro Necker; pero ya no se puede detener el curso de la recién iniciada Revolución y una multitud que asalta Versalles obliga al rey a transladarse a París. Sabiendo que su poder decrece cada día más, el monarca reconoce la soberanía del pueblo y adopta la escarapela tricolor de los insurrectos.

Pero la conmoción del campo no se pudo detener y la Revolución se extendió por todo el país. El pueblo tomó los poderes municipales: los campesinos asaltaron los castillos y quemaron los documentos que legalizaban los derechos feudales.

El Gran Pánico se apoderó de la nación y más de la burguesía, que temía que la Revolución campesina hiciera zozobrar su poder económico, por lo cual se decreta la abolición de los privilegios, en particular el diezmo, y se proclama la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

 
Representación de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, (1789), Jean-Jacques Le Barbier (1738–1826

La Asamblea Nacional que los proclamó se convierte, dos años después en Asamblea Constituyente y organiza el sistema político y legislativo de la nueva Francia codificado en la constitución de 1791, que concernía a la reorganización de la administración, la justicia y las finanzas. En lo correspondiente a los bienes de la Iglesia, los revolucionarios se dividieron y aparecieron las facciones girondinas y jacobinas aunque en esta etapa aún no están bien definidas.

Luis XVI intentó huir con su familia, para desde el extranjero, declarar la guerra a la Francia revolucionaria con el apoyo de las potencias europeas absolutistas, pero fueron sorprendidos a las afueras de París, en Varennes, pese a que iban disfrazados. La Asamblea desconoció las funciones del monarca, a menos que jurara la Constitución, lo que hizo a regañadientes.

 

Sabías que...


Mujer revolucionaria del grupo de los Sans-culottes

Esta etapa de la Revolución dejó un legado crucial para la historia: La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la cual se inspiró en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Sin embargo, estos derechos sólo podían ser ejercidos por los varones. En la Francia revolucionaria hubo una gran participación de las mujeres, incluso se fundó, en 1793, la Sociedad de Mujeres Revolucionarias Republicanas. Pero ya en 1791, Olympia de Gouges había escrito La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, una de las primeras manifestaciones de la lucha por la equidad de género…

Así que ahora sabes que en los últimos años del siglo XVIII se gestaron los movimientos por los que aún hoy en día seguimos luchando: la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana

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