Historia Universal, Moderna y Contemporánea II

 

Unidad II Guerras, Revolución socialista y Crisis (1914-1945)

 


Los cambios en los estilos de vida durante la primera mitad del siglo XX

 

Humberto Domínguez Chávez

 

Agosto de 2006

 


 

Nancy Harkness Love, Comandante de las Mujeres Pilotos al Servicio de la Fuerza Aérea (WASP)

http://www.airpower.maxwell.af.mil/apjinternational/ apj-s/3trimes04/ashcroft.html

Amanda Smith, empleada en la planta de Long Beach de la Compañía de Aviones Douglas

http://www1.cuny.edu/portal_ur/content/ womens_leadership/spanish/las_mujeres_guerra.html


 

Las mujeres en la guerra

 

Durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres de los países en lucha pelearon, hicieron de enfermeras, volaron aviones, animaron a las tropas, se introdujeron clandestinamente para informar sobre el combate como periodistas y espías, y aprendieron a construir barcos y tanques de guerra.

 

Las mujeres anglo-norteamericanas jugaron un papel crucial como pilotos, incialmente al servicio de los británicos, a partir de la primavera de 1942; cuando más de 100 mujeres piloto trabajaron para la Autoridad de Transporte Aéreo Británica, (BATA). Las razones fueron los problemas derivados de la carencia de suficientes pilotos hombres y la necesidad de movilizar una gran cantidad de aeroplanos, dentro y fuera del país, de las fábricas a los centros de distribución hacia los frentes de batalla; así, se formó, en 1942, un Escuadrón de Transporte Auxiliar de Mujeres, (WAFS), que dos años después estableció la División de Formación de Vuelo para Mujeres, (WFTD), dedicada a preparar a las mujeres como pilotos al servicio del Comando de Transporte.

 

En 1943, el ejército norteamericano creó el Servicio de la Fuerza Aérea de Mujeres Piloto, (WASP), que contó con 1,100 mujeres que completaron con éxito la formación de vuelo y volaron para el Ejército, aunque se enrolaron como pilotos de servicio civil. La marina de los Estados Unidos oficialmente no empleó mujeres pilotos, aunque algunas sirvieron como aviadores de transporte. Por su parte, en la Unión Soviética las mujeres volaron 30,000 misiones de combate, sobresaliendo Marina Raskova, que organizó tres unidades de combate durante la guerra y formó 200 mujeres piloto, murió antes de llegar al frente de Stalingrado; una de sus pupilas, Lily Litviak, derribó 12 aviones enemigos antes de ser derribada ella misma; mientras que en Alemania, Hanna Reitsch, y otras, sirvieron como pilotos de prueba.

 

 

 

Sin embargo, su papel principal fue, en norteamerica y Gran Bretaña, en el esfuerzo de guerra, como se llamó a todas aquellas acciones que servían para aportar recursos a los combatientes: recaudación de fondos, de material reciclable y recreación a los combatientes; estas actividades cambiaron el rol femenino que, aunado con su incorporación a la industria bélica, ya que los hombres iban a la guerra, las mujeres debían ocupar sus lugares en la industria y el comercio. Esto impulsó un cambio en la moda para adecuarse al ambiente laboral, con lo que las mujeres comenzaron a usar pantalones, overoles y turbantes en el trabajo, las faldas fueron acortadas y los vestidos se hicieron más estrechos.

 

Si bien el porcentaje de mujeres en la fuerza laboral pasó del 25% al 38% durante el conflicto, la Segunda Guerra Mundial tuvo un efecto mixto en la vida de la mujer. Los puestos mejor pagados resultaron ser temporales ya que, al regresar los soldados, las mujeres fueron desplazadas. Después de la guerra, las prestaciones en materia de empleo y educación de que disfrutaron los soldados ampliaron la brecha entre el hombre y la mujer en estos sectores.

 

Las mujeres abandonaron la fuerza laboral y muchas de ellas volvieron a dedicarse exclusivamente a criar a sus hijos, pero no todas y no por mucho tiempo. Los sectores público y privado empezaron a registrar una rápida expansión de las actividades en las que tradicionalmente había encontrado empleo la mujer: trabajos de oficina, enseñanza y enfermería. Con tantos empleos disponibles, los patronos renunciaron a su preferencia por mujeres solteras y contrataron a mujeres casadas y madres.

Propaganda del Cuerpo del Ejército de Mujeres, (W.A.C.)

http://www1.cuny.edu/portal_ur/content/ womens_leadership/spanish/las_mujeres_guerra.html

1944: Una WAC reparando un rifle en el Campo Campbell, Kentucky

http://www.army.mil/cmh-pg/brochures/wac/wac.htm

1944: Una WAC reparando un vehículo

http://www.army.mil/cmh-pg/brochures/wac/wac.htm

1944: Soldados WAC atendiendo teletipos para el 8o Ejército Aéreo en Inglaterra

http://www.army.mil/cmh-pg/brochures/wac/wac.htm


Las mujeres en los países latinoamericanos

En las décadas de los años de 1930 y 1940, se sucedieron en el mundo sucesos importantes, como el ascenso al poder de Hitler en Alemania y de Mussolini en Italia, la Guerra Civil Española, la invasión de los nazis a Austria, Checoslovaquia y otras regiones europeas, además del inicio de una nueva Guerra Mundial, que marcaba para el planeta múltiples peligros, afectando a todos los seres humanos.

 

Sin embargo, mientras estos sucesos conformaban la historia, las revistas femeninas latinoamericanas poco hablaron de ellos. Podríamos pensar que los asuntos nacionales, como el fenómeno del Cardenismo (1934-1940) y el movimiento de la Unidad Nacional, impulsado por el presidente Manuel Avila Camacho (1940-1946), ocuparian los espacios, pero no fue así, lo mismo sucedería con los discursos y acciones modernizadoras de su sucesor, Miguel Alemán (1946-1952).

 

Si el terreno de la política y de los graves sucesos internacionales no fueron tema de estas publicaciones, tampoco lo serían los artísticos, que se multiplicaban como la producción de instituciones y artistas y sus obras; fue la época de fundación del Museo Nacional de Artes Plásticas que en 1958 cambió su nombre por Museo Nacional de Arte Moderno, que había tenido desde 1947.Fue la época de la inauguración del Museo Nacional de Artes e Industrias Populares, también en la ciudad de México en 1949. Lugares en donde se exhibiría la obra de Jesús Chávez Morado y Rufino Tamayo, que habían triunfado en Nueva York, o de Juan O'Gorman, que realizaba grandes obras del muralismo mexicano en Pátzcuaro (Historia de Michacán), mientras que otro de los exponentes de este estilo pictórico, José Clemente Orozco, moría en 1949.

 

En las dos décadas que van de 1930 a 1950, las publicaciones dedicadas a las mujeres latinoamericanas eran en México:

 

1948: Hermanos Rodríguez, Esquina bajan...!, David Silva, Fernando Soto "Mantequilla", Olga Jiménez y Víctor Parra,

http://cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/esquina.html

1948: Alejandro Galindo, Una familia de tantas, Ignacio Peón y Revilla, Alma Delia Fuentes, Fernando Soler, Martha Roth y Eugenia Galindo,

http://www.geocities.com/cinemexicano100/35familiadetantas.html

 

1947: Ismael Rodríguez, Nosotros los pobres, Blanca Estela Pavón, Evita Muñoz Chachita y Pedro Infante

http://www.geocities.com/cinemexicano100/30nosotroslospobres.html

 

1949: Alberto Gout, Aventurera, Miguel Inclán, Ninón Sevilla y Andrea Palma

http://www.geocities.com/jesus_373/Aventurera.html

El semanario El Hogar

La Revista de las Familias

La Familia

Revista de Labores para el Hogar

Paquita. La Revista de la Mujer y del Hogar

Negro y Blanco. Labores

 

Por otro lado, en Argentina se publicaban:

Rosalinda. Revista Mensual Ilustrada para la Mujer y el Hogar

La Revista de la Mujer Argentina

La Revista Mensual de la Mujer

Para Tí. Todo lo que Interesa a la Mujer

 

Los temas de estas publicaciones fueron, básicamente, los mismos; abarcaron asuntos considerados como femeninos, como labores de tejido, bordado y costura; recetas de cocina; lo relativo a lo que se ha denominado consejos prácticos para el hogar y soluciones de problemas de la casa, especialmente los relacionados con la limpieza y la conservación de los enseres domésticos; era muy importante, y lo sigue siendo en este ramo de la produccióon editorial, los consejos para la conservación de la belleza de las mujeres, el decorado de los hogares, las modas, los horóscopos y correos sentimentales; otras secciones de estas publicaciones se dedicaban a impartir consejos para saber comportarse y hablar bien en diversos grupos sociales, educar bien a los hijos, además de recetas médicas sencillas para enfermedades o accidentes caseros leves, especialmente entre los niños.

 

Como parte del programa modernizador de varios países latinoamericanos, lanzado durante la guerra y sustentado con base en los recursos que generaban las agro, minero y petrolero exportaciones y el incremento en las percepciones de las familias beneficiadas con empleos mejor remunerados que los anteriores en el campo, se promocionaban nuevos artículos domésticos, fundamentalmente aparatos eléctricos y otros avances del capitalismo, con anuncios de pastas dentales, pomadas, jarabes y otros productos más, que comenzaron a ser considerados como indispensables para el hogar.

 

 

 

Otras secciones importantes de las revistas, de entonces y de ahora, que podría ubicarse, de alguna manera vaga, dentro del ámbito del arte literario, consistía en la inclusión de novelas, más o menos largas, que podían terminar en el mismo número en que se publicaban o en números posteriores; su tema podemos ubicarlo como novelas románticas, casi todas, existiendo también una que otra de aventura o de misterio.

 

Como ha sucedido desde entonces en este género editorial en lo relativo a las revistas publicadas en México, los autores de estos relatos no parecen ser mexicanos, al menos no son conocidos en este género, sino de otras nacionalidades sin especificarse cuáles; las novelas desaparecieron de las revistas de circulación nacional entre 1940 y 1950, incluso el número de páginas se redujo y fueron dedicadas exclusivamente a temas sobre el embellecimiento de las mujeres y de sus casas; se abandonaba la ilusión romántica por algo más práctico, el consumo de las mujeres mexicanas; mientras que, en las revistas argentinas, por lo contrario, se continuaron publicando las novelas durante los años cuarenta.

 

En las publicaciones de los años de 1930 se aportaban discursos explícitos donde se hablaba de los que debían ser las mujeres, que desaparecieron en la misma cantidad en las revistas de los cuarenta; en ellas se integró ahora, un discurso implícito en imágenes, que a través de fotografías, comerciales, consejos, horóscopos y dibujos impulsaban lo que debía ser la mujer; se abandonó la prédica por el discurso iconológico, que continuaría desarrollándose como modelo social y de consumo en años posteriores.

 

Por lo que se refiere a la Argentina, donde el laicismo no había rendido frutos, sus revistas incluían secciones abiertamente religiosas con títulos como Las enseñanzas de Cristo, o Las virtudes del buen cristiano; mientras que en México, en algunas ocasiones particulares, se ilustraban sus páginas y portadas con pasajes o personajes asociados con temas religiosos, especialmente durante ciertas épocas religiosas, como la navidad.

 

En lo relativo a los roles sociales, en las imágenes de las revistas de estos dos países se presentaba una guía, en imágenes, de lo que debían ser las mujeres, conforme al modelo establecido por la sociedad patriarcal, dirigida por la autoridad de los varónes: cumplir fundamentalmente con su papel de madresposas, estar bien casadas y ligadas en el hogar, irremediablemente, a sus maridos y a sus hijos; en donde, además de estar siempre en la casa, tenían el papel fundamental de dirigir su hogar, siendo amables con sus maridos y ser el pilar de la educación moral de los niños; que conducía a una conducta solícita frente a las necesidades de los otros, como lo señalaba la revista argentina Para Tí, en abril de 1945: ella no necesita que le comuniquéis vuestros dolores, porque los adivina en vuestros ojos, la madre es capaz de todo aunque deba de levantarse de la tumba para protegeros con su sombra.

 

1944: Emilio Indio Fernández,, Las abandonadas, Dolores del Río

http://www.geocities.com/cinemexicano100/21abandonadas.html

1942: Julio Bracho, La Virgen que forjó una patria, Dolores del Río, Gloria Marín y Paco Fuentes

http://www.geocities.com/jesus_373/Virgen.html

1941: Julio Bracho, ¡Ay que tiempos Señor Don Simón!, Mapy Cortés, Joaquín Pardavé Anita Blanch, Dolores Camarillo, Agustín Insunza y Consuelo Guerrero de Luna

http://www.geocities.com/jesus_373/DonSimon.html

 

1943: Julio Bracho, Distinto Amanecer, Andrea Palma

http://www.geocities.com/jesus_373/DistintoAmanecer.html

 

1950: Luis Buñuel, Los olvidados, Roberto Cobo y Stella Inda

http://www.geocities.com/cinemexicano100/38olvidados.html

 

1945: Julio Bracho, Crepúsculo, Arturo de Córdova y Gloria Marín

http://www.geocities.com/jesus_373/Crepusuculo.html

 

Esta imagen proyectada de la mujer y madre latinoamericana era totalmente contraria al modelo que la guerra había impuesto en los países anglosajones, que saldrían triunfantes en la guerra, imponiendo su modelo de rol femenino, incluso, al que había pregonado el nazi-fascismo de una mujer paridora de soldados que impondrían en nuevo orden de la raza perfecta; el mismo descrédito sucedería con el rol femenino pregonado por los soviéticos, que impulsaban la figura femenina de la madre patria, refugio y sustento del comunismo estalinista, a quien se encargaban todos los sacrificios y responsabilidades.

 

El discurso dirigido a las mujeres latinoamericanas, heredero de una tradición rural y precapitalista, impulsaba, como en época prehispánica o en el medioevo europeo, la permanencia femenina en el hogar, no importaba que fuera el cuchitril que nos muestran las películas del la época de oro del cine mexicano de viviendas insalubres en las vecindades metropolitanas; para las mujeres latinoamericanas el participar, más activamente, en el mundo que existía fuera de su casa era rechazado en los modelos que ofrecían las revistas, pues hacía a las mujeres perder su esencia como madres abnegadas y sumisas; así, se señalaba en Para Tí de abril de 1945: La madre ya no ocupa el pedestal sobre el cual siempre estuvo colocada. Los hijos no la obedecen por culpa de las madres mismas, antes eran quienes ordenaban y quienes eran obedecidas, no al revés… los hijos no quieren ver en la madre a una camarada sino a un ser mejor que ellos; no quieren mirarla de frente sino levantar la mirada hasta ella; anhelan verla convertida en la reina del mundo pequeño en el cual se desenvuelven, y sufren cuando se ven obligados a admitir que tiene tan poca inteligencia y fuerza espiritual como ellos mismos.

 

¿Qué conducta era adecuada para la mujer en su interacción con el otro sexo y, eventualmente, con su pareja? Dorothy Dix (???) escribió así en Para Tí de enero de 1945: una mujer debe poner en su mano azúcar y no vinagre para que su esposo coma de ella (…) Todo hombre ansía que una mujer alabe sus cualidades, que le repita cuán fuerte, inteligente y maravilloso es, aunque nada en su persona justifique las alabanzas. Ningún error mayor que el de la mujer que se cree indicada para cumplir la misión de corregir los defectos de su esposo.

 

Por su parte, la revista mexicana La Familia, señalaba en su número de diciembre de 1943, que las mujeres debían ser buenas amas de casa, no olvidarse de ser madres y esposas, hacerle sentir a los esposos que eran lo principal en su existencia, que debían tener siempre a su lado una mujer sonriente y dispuesta para todo, evitar las situaciones desagradables, relacionarse con personas inteligentes que le permitieran una agradable conversación con su cónyuge; amenzando después con la posibilidad del castigo, de no conducirse en esa forma: pues un hombre aburrido junto a su esposa es un hombre que ya se está alejando de ella. En este orden de ideas, se indica una responsabilidad primaria femenina: la buena apariencia de su esposo está en sus manos, acompañándose el mensaje con imágenes de mujeres limpiando, por ejemplo, los zapatos de un hombre, en donde se mostraban rostros sonrientes y satisfechos mientras hacían ese trabajo de hacer lucir bien a sus maridos.

 

En las revistas argentinas también se tocaba el tema, ante el incremento de los abandonos y divorcios; Mamá Isidora, columnista de Para Tí, insistía en febrero de 1942 sobre las inconveniencias que acarreaba a los hogares, y a las mujeres en particular, el hecho de que trabajaran fuera de sus casas; advertiéndoles que el mundo entero no basta para compensarnos de lo que perdemos al hacer abandono del hogar; si así lo hiciera sólo cosecha amarguras.

 

La ofensiva en contra del american way of life (forma de vida norteamericana), que impulsaba la incorporación femenina al sector productivo industrial e incluso, a ciertas actividades bélicas, no sólo abarcó en Latinoamérica a las mujeres pobres, ya que la sustitución de importaciones y la industrialización, modernización y urbanización de la sociedad latina, había generado un repunte del ascenso social de muchas familias; así, las revistas argentinas criticaban duramente a las madres que no se dedicaban al cuidado de sus hijos, que contrataban niñeras, o que los dejaban al cuidado de las sirvientas; en la revista Maribel de septiembre de 1944, se apuntaba: una buena madre ¿cómo podría negarse a cumplir tan noble y dulce obligación?.

 

Las féminas no sólo debían cumplir como esposas y madres, sino debían encontrar placer en ello; de lo contrario, todo se volvía frío y mecánico en el hogar, al no haber ahí mujer. Por lo tanto, la mujer que naturalmente no se entregara a la maternidad y al cuidado de sus hijos, era un caso patológico; la ausencia de amor maternal era un crimen imperdonable y quien no lo sintiera debía ser rechazada, ya que su conducta no correspondía con su especificidad humana como mujer. Por lo tanto, la mujer, antes que obrera, costurera, enfermera, educadora o empleada (trabajos femeninos de la época), debía ser madre, y si su pareja se ausentaba de su hogar era por culpa de ella, ya que no le había ofrecido un hogar acogedor e hijos bien educados.

 

Estas revistas pregonaban, implícitamente, una naturaleza femenina particular, orientada a la superficialidad y la tontería, de minusválido intelectual, en donde se escribía, de acuerdo con la revista mexicana La Familia de junio de 1942, para que las mujeres tengan en sus páginas un minuto de intensa vida interior, o la suavidad de un consejo, o la colaboración desinteresada en un trabajo manual.

 

Por su parte la revista femenina argentina Rosalinda, de diciembre de 1944, señalaba: Nos da vergüenza confesar que estamos muy por debajo del momento histórico. Sólo se nos ocurre pensar [a las mujeres] que con la gracia de Dios, y si no hay más guerras, huelgas y bochinches; terminaremos nuestra casita para febrero… marzo a más tardar. ¡Y ojalá que para entonces (para el estreno) haya bajado el precio del jamón, que nos tiene preocupadas! Por su parte la revista Maribel de septiembre de ese año, al referirse al hecho de la incorporación femenina en la industria en Europa y EUA, supliendo a los varones que habían sido mobilizados al frente de guerra, señalaban que las mujeres francesas seguían siendo elegantes a pesar de la guerra, indicando que la elegancia no es un recurso de lujo, sino una delicada condición del espíritu femenino.

 

1951: Alberto Gout, Sensualidad, Fernando Soler y Ninón Sevilla

http://www.geocities.com/jesus_373/Sensualidad.html

 

1950: Roberto Gavaldón, En la palma de tu mano, Carmen Montejo y Arturo de Córdova

http://www.geocities.com/cinemexicano100/41enlapalmadetumano.html

 

1945: Julio Bracho, El, Arturo de Córdova y Delia Garcés

http://www.geocities.com/cinemexicano100/44El.html

 

 

 

1954: Julio Bracho, Llévame en tus brazos, Rosenda Monteros, Andrés Soler y Ninón Sevilla

http://www.geocities.com/jesus_374/Llevameentusbrazos.html

 

1959: Rogelio A. González, El esqueleto de la señora Morales, Arturo de Córdova y Amparo Rivelles

http://www.geocities.com/cinemexicano100/51esqueletomorales.html

 

 

Si la revista mexicana La Familia, de noviembre de 1946, reconocía que se habían abierto nuevos campos de trabajo a las mujeres y que La contienda mundial que acabamos de pasar, ha puesto de relieve, de manera indudable, la igualdad de obligaciones entre ambos sexos ante el altar de la Patria y por tanto es necesario que en el disfrute de los derechos se imponga la equidad, evitando una discriminación injusta que venía padeciendo el elemento femenino, también se advertía de los efectos desastrosos que podía acarrear a la sociedad entera esta igualdad , que podría conducir al libertinaje y la falta de moral entre las mujeres, así como la pérdida de la feminidad entre las jóvenes; deseando que: el símbolo sagrado de nuestras Vírgenes, que saborearon el sacrificio, la humildad y supieron de fraternidad y de amor divino, les acompañe en esta época tan llena de dolores y de gloria.

 

En relación con los varones la revista Negro y Blanco de marzo de 1947, también mexicana, plantea las mismas simplezas al advertir que: A los hombres de la posguerra se les criticó su progresiva vulgarización percibida en sus ropas, su conducta, su lenguaje. en donde Adoptó [el hombre de la posguerra] nuevas ideologías como las formas socialistas, ya no hay serenatas ni paseos, ya no se viste de gala sino que luce descuidado, que no olvide que el champagne no sabe igual en copas transparentes de fino cristal que en toscos vasos de arcilla.

 

Otra preocupación presente en estas revistas era la liberalización de las referencias sexuales en lo cotidiano, propio de una sociedad en donde sus integrantes vivían al día, por el temor a la muerte derivada de la violencia generalizada con la guerra; así, La Familia de junio de 1942, criticaba las canciones de moda, que cantaban los niños de manera impúdica sin saber lo que dicen, citando como ejemplo una que versaba De qué cosa mi bien no sería capaz por tu amor y que, según ellos, conducía a incitar al mal y la inmoralidad, sugiriendo que debía prohibirse su difusión por tratarse de canciones llenas de impudor.

 

En fin, cambios existieron, sobre todo en la sociedad anglo-sajona que, triunfante en la guerra, impondría paulatinamentesus modelos de vida al mundo entero; pero, en Latinoamérica, el tránsito tendría que ser lento y gradual, a lo largo de décadas, para poder aspirar al reconocimiento de la igualdad femenina, pregonada en discursos actuales desde el poder en torno a una lucha por los pronombres (LAS mexicanas; LOS mexicanos), mientras se sostienen roles femeninos y masculinos, propios de sociedades medievales, desgraciadamente, hasta el momento actual.

 

La 1a Guerra Mundial y la Revolución Rusa

El período entre guerras y el surgimiento de los totalitarismos

La 2ª Guerra Mundial y el desarrollo del capitalismo dependiente en América Latina

Referencias

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