Programa de Cómputo para la Enseñanza: Cultura y Vida Cotidiana: 1900-1920

Historia de México II. Primera Unidad: Crisis del Porfiriato y México Revolucionario 1900-1920

Cultura y Vida Cotidiana 1900 a 1920

Propósitos: Valorar el impacto sociocultural de la Revolución Mexicana, así como la diversidad de grupos sociales y regionales participantes en ella

Humberto Domínguez Chávez. Julio de 2013

 

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Introducción

 

Para los inicios del siglo XX nuestro país continuaba siendo eminentemente rural, señalan Wilkie (1987) y Loyo (2006: 174-175), más del 70% de los 15 millones de habitantes se dedicaban a labores del campo, donde las familias vivían dispersas en jacales miserables, y el 10% de la población era hablante de una lengua indígena y desconocía el español.

 

Vivían de una agricultura de subsistencia en poblaciones de menos de 2,500 habitantes, de las cuales más del 90% no estaban comunicadas con ferrocarriles o telégrafo, carecían de agua potable y electricidad, además de servicio postal o telefónico, médicos y boticarios, sacerdotes, mercados y maquinaria agrícola mecanizada.

 

Las apreciaciones del grupo de la población que disfrutaba los beneficios del sistema porfirista no habían cambiado mucho, en relación con el juicio expresado por Niceto De Zamacois (1856), sobre aquellas personas que conformaban las comunidades indígenas, en relación con sus características y condiciones de vida, cuando comentaba sus impresiones sobre los grupos representados en una litografía de la época:

Casimiro Castro Trajes Mexicanos [1856]

 

La modernidad porfirista

 

…al segundo [el indígena], le presenta con esa humildad y abatimiento que manifiesta un alma opacada que le constituye en un ser sumiso, degradado y servil. No hay más que ver el miserable traje que viste, para que podamos comprender la triste vida que pasa: ahí lo tenéis desprovisto de camisa y mal cubierto el pecho y la espalda con un pedazo de jerguilla de ordinaria lana tejida por él, y formando el resto de su vestido un sucio calzón de tela ordinaria de algodón, un asqueroso sombrero de paja o de petate, como él le llama, y sin otro calzado que el que le da la mugre y el lodo que ostenta en unos pies que jamás se lava.

 

El Porfiriato

 

 

El otro grupo [los indígenas] forma el complemento de la miseria, y de las ningunas exigencias de esa raza que tanto ha degenerado de los antiguos aztecas: ahí tenéis a ese muchacho en camisa y provisto de un gran palo, derribando las tunas (higos chumbos) que le producirán a la familia en el mercado un real o real y medio; sentada y debajo del tunal, yace tranquila la india, de tez bronceada, nariz chata, ojos grandes negros, pelo grueso de azabache y lacio, entrelazadas las trenzas con cordones de lana encarnada, cubiertos los hombros con una tela de lana listada de colores, a que dan el nombre de quitzquémetl, y que metiendo la cabeza por una abertura que tiene en medio, cae sobre el pecho y la espalda; que ostenta por enaguas una tela ordinaria de lana azul listada y raída ceñida al cuerpo, sostenida por un ancho ceñidor de algodón, y sin otro calzado que aquél que usó Eva antes de comer la fatal manzana. El indio viene a ser como el criado del ranchero; el triste peón que trabaja todo el día por dos reales; que vive en una miserable choza, sin más cama que un petate, ni más sábanas que la raída frazada que de día le sirve de capa, y que no tiene otros días de recreo, que aquellos en que se celebra la fiesta del santo de la iglesia o capilla del pueblo o rancho en que vive.

Arriero en el Istmo de Tehuantepec [ca. 1900]

 

Como señala Loyo (2010: 179):

 

Mientras se idealizaba el pasado indígena y se exaltaba a sus héroes, el indio de carne y hueso era vejado y menospreciado y calificado de indolente, perezoso, débil mental.

 

La exaltación y revaloración del pasado prehispánico, comenta Florescano (2005: 189-205), era considerado el sustento de la defensa de la integridad del territorio nacional, ya que era el apoyo para plantear la legitimidad de la ocupación ancestral por los indígenas, como los orígenes de lo mexicano.

 

Planteamiento que se focalizaba en la aristocracia indígena del grupo dominante que encontraron los castellanos en el Altiplano Central Mexicano, los Mexicas, al realizarse la conquista; sobre quienes se multiplicaron pinturas y esculturas, llegando a glorificarse a Cuauhtemoc como el inicial caudillo estoico, que había defendido la patria al enfrentarse a los invasores. Por lo que este pueblo sería considerado como el representante de la antigua nación indígena, si es que podía considerarse tal desatino, en el contexto del mosaico cultural que existía al momento de la conquista española (INAH, 2010).

 

Esta revaloración de la cultura indígena conduciría a incrementar las colecciones del Museo Nacional de Antropología, para lo cual se financiaron diversas investigaciones, y en donde en 1895 se celebraría un Congreso Internacional de Americanistas, además de formarse en 1911 la Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas. En ocasión de los festejos del Centenario de la Independencia, en 1910, cuando se amplió con nuevas salas, incluyéndose salas relativas a la época virreinal y la República Restaurada, como indica Florescano (2005: 215):

Sala de Monolitos del Museo de Antropología [1910]

 

Por primera vez los distintos espacios del museo mostraron el desenvolvimiento histórico del país, siguiendo la secuencia cronológica establecida por México a través de los siglos. Pero la pieza fuerte era la Sala de Monolitos, el área más espaciosa, donde se habían reunido las obras monumentales de la Piedra del Sol, la Coatlique, la llamada Piedra de Tizoc, un Chac Mol, la cabeza colosal de Coyolxauhqui, una serpiente emplumada y otras esculturas de grandes dimensiones. Así, por obra de un cuidadoso despliegue museográfico, los monumentos de la antigüedad, sobre todo los de estirpe azteca, pasaron a ocupar el lugar de símbolos de la identidad mexicana… En esta nueva concepción del museo la recuperación del pasado se convirtió en un instrumento poderoso de identidad nacional y el museo en un santuario de la historia patria..

 

Referencias


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