Programa de Cómputo para la Enseñanza: Cultura y Vida Cotidiana: 1920-1940

Historia de México II Segunda Unidad: Reconstrucción Nacional e Institucionalización de la Revolución Mexicana 1920-1940

La Historieta o Cómic 1920-1940

Propósitos: Valorar algunas manifestaciones socioculturales influidas por el nacionalismo revolucionario y su impacto sociocultural

Mayo de 2012

 

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Antecedentes

 

El ilustrador e impresor italiano Claudio Linati introdujo al país la técnica litográfica en 1826, al establecer el primer taller en el país y editar el semanario El Iris (febrero-agosto de 1826), en donde apareció la primera caricatura política, una alegoría sobre la Tiranía. Durante el resto del siglo XIX proliferarían las publicaciones ilustradas, donde podemos encontrar los antecedentes de la moderna historieta mexicana. Adicionalmente, con la nueva técnica de ilustración se abrió una era de esplendor gráfico que se desplegó ampliamente en la prensa periódica, en almanaques, gacetas, folletines, hojas volantes y en todo tipo de impresos. La prensa política, tanto de conservadores como de liberales, iba acompañada de ilustraciones satíricas, las caricaturas.(1)

 

El más temprano ejemplo de historieta realizado en México, comentan Aurrecoechea y Barrera (1988), es una litografía de autor anónimo, Cuadro Histórico del General Santa Anna, donde se relata irónicamente la historia del dictador en dos planchas de veinte viñetas cada una. Esta ilustración apareció en el Segundo calendario de Pedro Urdimalas para el año de 1857, con un opúsculo: Santa Anna a la faz de sus compatriotas; sus ilustraciones se presentan a la usanza de trabajos europeos de este tipo, los llamados prints ingleses, los canards franceses y las aucas catalanas, señalan Aurrecoechea y Barrera (1988), que desde el siglo XVII narran historias a través de viñetas secuenciadas y con textos rimados colocados al pie de las ilustraciones, cuyo estilo no cambiará hasta la segunda década del siglo XX, con la llegada de la influencia estadounidense de colocar globos sobre los personajes, para enmarcar sus diálogos.

 

Claudio Linati La Tiranía

(1) Aurrecoechea y Barrera (1988); Red Escolar ILCE (s/f)

 

Santa Anna a la faz de sus compatriotas

 

Este tipo de sátiras políticas, en forma de historieta, aparecieron sistemáticamente a partir de la República Restaurada y el inicio del Porfiriato en publicaciones como La Orquesta, El Mundo Ilustrado o El Ahuizote, según Aurrecoechea y Barrera (1988), que fue publicado entre 1874 a 1876 con una redacción de Vicente Riva Palacio, Juan N. Mirafuentes y Luis G. de la Sierra, y por los ilustradores Trinidad J. Alamilla y José María Villasana.

 

 

Santa Anna a la faz de sus compatriotas [Detalle]

 

José María Villasana Carballo La Cámara de Diputados en 1874

Jesús Martínez Carrión

 

Por otra parte, comenta Cardoso (2002), la primera historieta publicada en la prensa mexicana fue Rosa y Federico. Novela ilustrada contemporánea de José Tomás de Cuéllar y José María Villasana, que se publicó en la revista La Ilustración Potosina en 1869. Posteriormente otros autores también desarrollaron historietas breves, sobre todo Santiago Hernández, en el La Orquesta, José María Villasana en El Ahuizote y Jesús Martínez Carrión en El Colmillo Público, entre muchos más, donde satirizarían a los políticos y a la sociedad en general. Al respecto, Aurrecoechea y Barrera (1988) señalan:

 

El inicio de la publicación de "Aventuras de un Tourista ", el 3 de diciembre de 1903, en las páginas centrales de El Colmillo Público marca un hito en la historia de la historieta mexicana.

 

Aurrecoechea y Barrera (1988:29)

 

Aurrecoechea y Barrera (1988:36)

 

Ya que esta serie, obra de Jesús Martínez Carrión que se publicó en El Colmillo Público, integra el primer cómic que se desarrolla en episodios sucesivos, protagonizada por un personaje ficticio, Perfecto Malaestrella, viajero que transita por el país cargando su cobija como equipaje, en donde atestigua los horrores del régimen porfiriano, los cuales termina por padecer en carne propia al terminar siendo enganchado hacia las plantaciones de Valle Nacional, destino de los rebeldes al régimen.

 

Para los inicios del siglo XX, en el terreno de la historieta de cuestionamiento social se muestra un retroceso en la crítica política, debido el férreo control gubernamental de la prensa, comentan Acevedo y Sánchez (2011).(2) En ellas encontramos relatos contados con dibujos que permitieron comunicar historias e ideas a sectores importantes de una manera sencilla, cuando la alfabetización era privilegio de pocos, comenta Valenzuela (2000). En nuestro país se denominaron monitos, Apunta Giunta (2010), al publicarse a principios del siglo XX diversas series como Casianito el niño prodigio (obra anónima), además de Candelo el argüendero de Clemente Islas Allende (KGM) por el periódico El Imparcial; mientras que el diario El Heraldo publicó la serie Don Catarino y su apreciable familia de Salvador Pruneda, desde 1921 hasta los años de la década de 1950, donde abundaban los temas costumbristas.

 

 

Don Catarino y su apreciable familia de Salvador Pruneda

(2) En 1931 el poder de Plutarco Elías Calles acabaría con una provocadora revista, El Turco, de la cual aparecería únicamente el primer número, en cuya portada aparecía su caricatura (probablemente de Juan Arthenack) vendiendo California a los estadounidenses. [Acevedo y Sánchez, 2011: 156]

 

Dentro de este tipo de producción de historietas, la fábrica de productos de tabaco El Buen Tono ocupa un lugar importante en su desarrollo a principios del siglo XX. Esta empresa se estableció en las últimas décadas del siglo XIX dedicada a la producción de cigarrillos y, con el propósito de promocionar sus productos, fundó en 1923 una de las primeras radiodifusoras, la CYB (conocida posteriormente como la XEB), apunta Rodríguez (2005), continuando con una larga tradición de la empresa en cuanto al desarrollo de diversas formas de propaganda, y gancho para los consumidores.(3) Una de ellas es relevante en el contexto de la cultura popular y, dentro de ella, de la historia de la caricatura y el cómic en México.

(3) Mediante los cupones incluidos en las cajetillas de cigarrillos los consumidores participaban en rifas de múltiples regalos. La del cinco de mayo de 1927 incluyó 2,000 premios, que incluían recámaras, vajillas, trajes para caballero y señora, relojes de oro y diversos premios en efectivo. [Rodríguez, 2005: 27]

 

Eusebio Planas La historia de una mujer

 

Eusebio Planas La historia de una mujer

 

A partir de 1880 las cajetillas de cigarrillos de los productos de El Buen Tono incluían estampas, comenta Rodríguez (2005), en un principio con series numeradas de tarjetas con ilustraciones y fotografías que contenían diferentes temas; inicialmente fueron de barcos, vestimentas militares españolas y personajes taurinos, debido a la fuerte influencia hispana existente en México, además del origen de un importante sector de la población a la cual orientaban sus productos.

 

Posteriormente se incluyeron otras, más subidas de tono, que tenían la intención de coleccionarse; estas correspondieron a una serie de más de cien estampas ilustradas, titulada La Historia de una mujer, las cuales habían sido ejecutadas por el pintor catalán Eusebio Planas.(4) El lenguaje pictórico utilizado en su ejecución sería el usual de las ilustraciones del siglo XIX; ya que, de conformidad con los cánones de la época en el contexto europeo, los textos de los parlamentos de los personajes aparecieron insertados en la parte inferior de la ilustración, que no cambiaría hasta la segunda década del siglo XX.

 

Eusebio Planas La historia de una mujer [Dibujo y grabado]

(4) Eusebi Planas (1833-1897) fue un dibujante, ilustrador y litógrafo catalán, cuya producción tuvo gran trascendencia durante la segunda mitad del siglo XIX, como ilustrador de la mayoría de las novelas por entregas de Cataluña y de Hispanoamérica; una de sus obras emblemáticas fue La Historia de una Mujer de 1880, que narraba la vida de una muchacha promiscua para la época, en donde implantó el prototipo de belleza femenina decimonónica. [Galderich, 2011]

 

Tiempo después, señala Rodríguez (2005), ante el gran éxito obtenido con las estampas coleccionables, la empresa incorporó al litógrafo Juan B. Urrutia, quien sería el creador de Las Historietas de El Buen Tono, de 1904 a 1914, que también se difundieron en el periódico El Imparcial. En cuyas creaciones se plasmaron diversos mensajes en los que el consumo de los cigarrillos ayudaba a los personajes a salir de diversos apuros; propaganda que al parecer funcionó, ya que la fábrica duplicó su capital social y logró controlar el 50% de la producción nacional de este tipo de productos de tabaco. La empresa también buscó desarrollar un área de comercialización de productos para niños, por lo que creó los cigarrillos de chocolate, que también incluían las estampas, ante el éxito de las historietas entre este sector de la sociedad, induciéndolos desde pequeños en el consumo del tabaco.

 

Barbas anunciando los cigarros Congrecistas, Ilustraciones de El Buen Tono

 

El viajero López anunciando los cigarros Chorritos, Ilustraciones de El Buen Tono

 

Referencias


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