¿Cuándo y qué evaluar en matemáticas?

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Para explicar el proceso de evaluación consideramos los diferentes momentos, que señalan diferentes autores referidos por López (2008) y que se representan en la tabla siguiente:    

 

 

A continuación describíamos cómo podemos planear y realizar la evaluación en nuestra práctica de enseñar matemáticas. 

            Un diseño de evaluación que contempla la continuidad debe responder a la pregunta ¿cuándo evaluar? y debe estar ligado a qué es lo que se va evaluar. Hablando curricularmente, existen tres tipos de evaluación en el proceso de enseñanza aprendizaje, según el momento en el que se aplica: evaluación inicial, formativa y sumativa.

La evaluación inicial se sitúa básicamente sobre el estudiante. Pretende conocer los preconceptos de los alumnos, tener una intuición de sus intenciones reconocer sus habilidades y destrezas procedimentales, identificar sus actitudes y contrastar todo ello con lo que se pretende trabajar. Junto a ellos se querría hacerlos conscientes de su situación matemática, hacer que puedan integrar sus concepciones con el proceso y —por lo tanto— se ejerza un poder de predisposición inicial positiva ante el trabajo, se reconozca la utilidad de los conocimientos, etc. Los instrumentos utilizados sólo deben servir para identificar estudiantes con necesidades específicas (tales como discapacidades ligeras, problemas emocionales, etc.) y necesidades específicas ante la materia (tales como falta de redes conceptuales consolidadas, ausencia de conceptos concretos no adquiridos, procedimientos no incorporados, etc.).

La evaluación formativa. En el proceso, este tipo de evaluación trata de controlar el aprendizaje de forma diagnóstica o reguladora para aprender de los errores cometidos y conseguir mejores logros, tiene que ver con la metacognición, es decir, con la habilidad de la persona que le permite tomar conciencia de su propio proceso de pensamiento, examinarlo y contrastarlo con el de otros, realizar autoevaluaciones y autorregulaciones; es un «diálogo interno» que induce a reflexionar sobre lo que hacemos, cómo lo hacemos, y porqué lo hacemos y tiene alta incidencia en la capacidad de aprender a aprender, esta parte reflexiva está inmersa en una evaluación formativa y formadora que también nos proporciona la información necesaria para analizar las variables del proceso didáctico, para corregir el propio proceso, reconducir el programa y establecer así una retroalimentación pertinente y eficaz. Una consideración de la evaluación como algo integrado al propio proceso se plantea qué se quiere organizar y constatar en el proceso. Así, se reflejará el tipo de aprendizaje que se quiere desarrollar, las características mediante las que se describirá el pensamiento del estudiante (habilidades o capacidades). El valor de regulación del mismo, el análisis de las situaciones de contenido tal como transcurren, el análisis de las interacciones sociales que convierten al grupo en comunidad matemática y las implicaciones en la toma de decisiones de constante re-planificación. La parte formativa reguladora debe incluir, entre otras, las siguientes misiones: garantizar el dominio mínimo de los objetivos presentados, corrección progresiva de errores, transformación del comportamiento que convierte el error en fuente positiva de aprendizaje, autovaloración constante, facilitar los procesos cognitivos y metacognitivos generales y controlar elementos comunicativos básicos. En este paquete de evaluación consideramos muchas de las actividades como de exploración y están consideradas dentro de  esta evaluación  formativa, pues consideran varias de las características de ésta.

La evaluación sumativa. Posee la doble misión de promover a los alumnos para nuevos estudios e indicar el nivel global alcanzado. Se trata, por lo tanto, de una evaluación al término de una parte del proceso, o al término de un nivel ciclo o etapa. Esta evaluación toma datos de la evaluación formativa, es decir, los obtenidos durante el proceso y añade a estos otros obtenidos de forma más puntual. Permite saber el grado de aprendizaje de cada alumno y cuál es el nivel que ha logrado para tomarlo como punto de partida en un nuevo proceso. En cierto sentido, mide la eficiencia terminal del proceso de aprendizaje-enseñanza. A dicha evaluación se le critica que sirve sólo para seleccionar alumnos, pero diversos autores indican que también debe permitir un juicio global más preciso de los estudiantes, teniendo en cuenta de que ese proceso selectivo no debe enmascarar un error en el trabajo. Este juicio debe ser controlado y corregido mediante una re-planificación profesional y nunca la selección debe implicar un castigo para los estudiantes. En esta parte se incluyen exámenes y banco de reactivos para cada unidad, con el propósito de brindar a los profesores una amplia gama de posibilidades para este tipo de evaluación.

La evaluación integradora y del desempeño forma parte de la evaluación sumativa, pero que dada la importancia que para nosotros representa, la describimos aquí para hacer énfasis en ella. En todas las áreas del conocimiento y del quehacer humano, medir el desempeño en una tarea juega el papel de una evaluación crítica abierta que permite observar el nivel de conocimiento que se domina y cuáles y qué cosas se pueden mejorar. La evaluación del desempeño observa, de forma integrada, la ejecución de altas y complejas habilidades intelectuales que son empeladas por el ejecutante para resolver problemas. La valoración del desempeño en matemáticas involucra la presentación de la ejecución de una tarea —que enfrente o simule los retos del mundo real— Un buen desempeño en una tarea rara vez tiene una sola manera correcta de acercarse a la solución del problema o de acertar a la respuesta.

La valoración de los logros del estudiante se realiza utilizando una rúbrica, es decir, se usa una escala por niveles de desempeño —que van desde el logro completo al deficiente— en donde cada nivel tiene especificados los criterios que definen la calidad de los productos y resultados de la actividad desempeñada por el alumno. Normalmente estas actividades de evaluación del desempeño se presentan acompañadas de la rúbrica correspondiente y el profesor interesado, para evaluar, puede usar éstas o definir las suyas.