Actividad final

Comentario analítico-poemas.

Al finalizar esta actividad, habrás redactado un comentario analítico que dé cuenta de tu comprensión del sentido global de un poema, así como de los recursos empleados por el poeta.

Actividad final

Realiza un comentario analítico de poema Penélope siguiendo el procedimiento ya revisado.

También es necesario que en el desarrollo de tu comentario des respuesta a las siguientes preguntas:

  1. Describe, brevemente, cómo es la Penélope de Homero y cómo la Penélope de González Rojo.
  2. ¿Con cuál de las Penélopes te identificas o identificas a las mujeres de esta época? ¿Por qué?
  3. Anota el verso o versos que más te gusten del poema ¿Qué ves en él? ¿Qué interpretas?
  4. ¿Cuántos versos componen el poema?
  5. ¿Distingues cuántas estrofas hay en el poema?
  6. No olvides incluir aspectos del fondo y de la forma.

Escribe tu actividad en un archivo de Word y envíalo a tu tutor o profesor para que lo revise.

Penélope
Enrique González Rojo

Digámoslo: Penélope no se queda en la casa.
No permanece aquí para cuidar la hortaliza.
Para lavar la cara sucia de los pepinos,
peinar a los elotes, plancharle a las lechugas
los puños y los cuellos. No se queda, en la casa,
al frente de la escoba que al moverse reparte
un infarto en cada uno de los granos de polvo.
No teje la calceta de su matar el tiempo.
No le zurce a la ropa sus corrientes de frío.
No se halla en la cocina todo el día incrustada
mirando cómo hierve poco a poco su tedio,
probando a qué le sabe su propia servidumbre
cuando el dedo le pasa su información al gusto,
ordeñándole rayos de sol a las naranjas,
tomando de la mano diferentes sabores
que van, endomingados, a ornamentar la mesa.
No aletea, pelando cebollas y recuerdos,
el pañuelo custodio. No lava los pañales.
No cuelga en un alambre la exposición completa
de todo su fastidio, frustración, amargura
encarnada en manteles, calcetines, calzones
"y camisas que lloran lentas lágrimas sucias".
No teje una promesa que desteje en la noche
como el flujo y reflujo de un océano de estambre
en que está a la deriva su destino acosado
por la piel pretendiente. No se entierra en la casa.
También sale de viaje. También forja su propia
Odisea Penélope. No se queda en la casa.
Se va haciendo camino. Pisa distintas piedras.
Halla flores e insectos que aún no tienen nombre,
que escapan a las fauces de todo diccionario.
Acumula países, aventuras, crepúsculos.
Con su experiencia al hombro va adelante Penélope.
Es cierto que en el viaje, me vive en su conciencia
como yo me la adentro también en el espíritu:
en verdad mi equipaje tiene excedido el peso
por cargar sus caricias, sus ojos, su memoria.
Pero nos separamos. Con un mapa distinto
cada quien en los dedos. En barcos diferentes
que ni una sola gota del mismo mar comparten.
Digámoslo: Penélope no se queda en la casa.


Penélope es un personaje de la Odisea, uno de los dos grandes poemas épicos atribuidos a Homero (el otro es la Ilíada). Penélope es la esposa del personaje principal, el rey de Ítaca, Odiseo o Ulises. Ella esperó durante 20 años el retorno de su marido de la Guerra de Troya, por esta razón se le considera un símbolo de fidelidad. Mientras su esposo está fuera, Penélope es pretendida por muchos hombres y para mantener su castidad ante la ausencia de su marido, Penélope traza un plan: dice a los pretendientes que aceptará la desaparición de Odiseo, con la promesa de un nuevo enlace, cuando termine de tejer un sudario, para cuando falleciese el ex rey Laertes. Para mantener el mayor tiempo posible el tejido, deshace por la noche lo que creó durante el día; de esta forma soporta los 20 años. Justo cuando Odiseo llega a casa, Penélope termina la labor. Odiseo mata a los pretendientes y permanece con ella. Ésa es la historia original.

Alumno: