Caracterización

El personaje literario se irá definiendo a partir de la descripción física, pero también de las características emocionales que el narrador le atribuye e, incluso, de la forma como habla y de las acciones que realiza. Estos rasgos contribuirán a que el personaje actúe de cierta manera en la obra conforme las acciones van sucediendo. Así, habrá personajes que serán impulsivos o calmados, coléricos o reflexivos, valientes o cobardes, alegres o amargados.

Veamos un ejemplo de cómo el narrador va moldeando las características de un personaje

Un buen espejo*
Rafael Menjívar
(fragmento)

(...) Ernesto, el moreno (...). Sonreía siempre, pero (...) se veía lleno de un miedo que se le escapaba por todas partes. No era timidez sino miedo, miedo a la vida, miedo a la muerte, miedo a ser visto y a ser ignorado. Miedo. Lo imaginé capaz de jugarse el pellejo en demostraciones de valores estúpidas con tal de convencer de que el miedo era sólo un disfraz, cuando era su verdad más íntima. Siempre hablaría en voz muy alta y se reiría con carcajadas estruendosas; sin embargo, sería tierno con las mujeres, y quizá en la cama les contaría la verdad, buscando un poco de lástima. A mí no lograría engañarme: era un cobarde, tan cruel como todos los cobardes. Era tan cobarde que prefería morir en medio de torturas antes que confesar todo su miedo. Lo odió durante un rato, viendo su foto de frente, de perfil y de tres cuartos. Tapaba la secuencia del trigueño. No quería que la lástima echara todo a perder (...).

*Menjíbar, M. (2005). Un buen espejo. México: Colibrí.

Como puedes ver, desde la primera persona, el narrador (que es también personaje) habla de un hombre moreno y trigueño. Se trata de dos descripciones que el autor acentúa cuando menciona que es alguien que hablaba con voz muy fuerte y que siempre se reía estruendosamente. Si bien rasgos mínimos, son importantes porque nos permiten empezar a entender cómo es el personaje y a imaginarlo. Y constituyen los rasgos físicos del personaje.

Estas características son las que más interesa destacar al narrador y que tienen que ver con su carácter y rasgos emocionales:

  • Se veía lleno de miedo.
  • Capaz de jugarse el pellejo en demostraciones de valores estúpidas.
  • Sería tierno con las mujeres.
  • Era un cobarde.

Cuando se habla de valores, hay que referirse a ciertas cualidades (positivas o no) que poseen los personajes y que definen, en buena medida, la manera cómo van a actuar a lo largo del relato. De este modo surgirán personajes que son prudentes, amables, tolerantes, honestos, solidarios y otros que serán, por el contrario, imprudentes, descorteses, intolerantes, deshonestos, etc.