Introducción

Cuando comenzamos a leer un texto tenemos varios acercamientos con éste antes de comenzar a leerlo de lleno. Al verlo nos generamos hipótesis de lectura con las que construimos una serie de suposiciones, ya sea por el título del libro, por el autor, por la especialidad de la casa editorial, etc.

Después, y si nos interesa el texto, realizamos una lectura exploratoria que surge de la observación de la portada, de las fotos, cuadros e ilustraciones, de la revisión de los títulos y subtítulos, de la lectura del resumen o de la contraportada, de los párrafos iniciales, del recorrido por los mapas, diagramas y esquemas, de los tipos de letras y de las conclusiones, si es que el texto los contiene.

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Al realizar lo anterior, ya estarías en posibilidades de escribir un párrafo como hipótesis de lectura de un texto que te dé tu profesor o que tú encuentres, pero para poder decir que has comprendido un texto necesitarías hacer un tipo de lectura a mayor profundidad, es decir, hacer una lectura analítica.

Al terminar de revisar el material emplearás la lectura analítica para conocer exactamente el texto y profundizar en su comprensión.