Conflictos multiétnicos

La Península de los Balcanes se caracterizaba por ser una zona candente, ya que había muchas circunstancias que la hacían blanco de las ambiciones imperialistas y podían derivar en un conflicto armado. La Península era una región multinacional y varios grupos étnicos aspiraban a su independencia. Una parte del territorio estaba bajo el dominio del Imperio Austro-Húngaro y otra del Imperio Otomano, el cual se encontraba en plena decadencia y en efervescencia política. En los Balcanes, poco a poco fueron surgiendo estados independientes con el apoyo de Rusia, tales como: Grecia, Montenegro, Rumania, Bulgaria y Serbia. Bosnia también se separó de los turcos, pero cayó en manos del Imperio Austro-Húngaro.

A continuación se señalan dos de los conflictos más importantes ocurridos en los Balcanes al inicio del siglo XX. A través de éstos podemos observar la gravedad de la situación.

El primer conflicto surge como consecuencia de la anexión formal de Bosnia y Herzegovina, en 1908, por parte del Imperio Austro-Húngaro. La mayoría de su población era de origen serbio y siempre existió un sentimiento de rechazo hacia el dominio extranjero, pues por su origen étnico deseaban pertenecer a Serbia, la cual aspiraba a formar la gran nación serbia. Esta anexión incrementó la rivalidad entre Rusia y Austria-Hungría, pugna que avivaría el fuego de las rivalidades imperialistas.

Mapa de Bosnia-Herzegovina y Serbia

mapa

El segundo conflicto tuvo lugar en 1912. Para este año varias naciones balcánicas habían formado la Liga Balcánica para lograr expulsar definitivamente a los turcos del territorio. Pero en este movimiento también estuvieron presentes las diferencias étnicas que provocaron una confrontación entre los propios estados balcánicos. Algunos de ellos, como Serbia, Montenegro y Grecia buscaban aglutinar a todo el pueblo serbio, como ya se ha mencionado. Por su parte, Bulgaria rechazaba esta idea y pretendía que todos los estados fueran independientes. En tanto, las potencias estaban atentas a los sucesos; Austria-Hungría a la amenaza que representaba el poder que Serbia iba adquiriendo, Rusia miraba con recelo el expansionismo de Austria-Hungría. Inglaterra, Alemania y Francia, también seguían de cerca el desarrollo de los acontecimientos, esperando una oportunidad para establecer zonas de influencia en la región, por ello, Inglaterra y Francia apoyaron en cierto momento a Turquía para evitar que las otras potencias consolidaran su presencia en los Balcanes.